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Las elecciones legislativas de este domingo y las consultas entre partidos para escoger candidatos presidenciales dejan un sabor agridulce al uribismo, que se convirtió en la fuerza con más representación en el Congreso pero sin conseguir el gran resultado que esperaba.
El partido Centro Democrático, fundado y liderado por el expresidente Álvaro Uribe, obtuvo una resonante victoria en la consulta de un sector de la derecha, en la que su ungido, Iván Duque, recibió 4.021.201 votos, equivalentes al 67,71 %, según datos oficiales con el 98,97 % escrutado.
Duque superó a los conservadores Marta Lucía Ramírez, que fue segunda con 1.531.84 papeletas (25,81 %) y Alejandro Ordóñez, con 383.130 votos (6,45 %).
"Que bueno para Colombia que Iván Duque sea candidato a la Presidencia y la doctora Marta Lucía Ramírez a la Vicepresidencia", manifestó Uribe sobre la decisión de Duque de ratificar la alianza con un sector conservador. Lea también: Álvaro Uribe obtuvo la votación más alta del Senado
También fue importante su resultado en las elecciones para Senado, en las que el partido obtuvo la mayor votación (cerca de 2,5 millones de votos), y para Cámara de Representantes, en la que tuvo el segundo caudal, con 2,35 millones, superado solo por el Partido Liberal (2,42 millones).
Esas votaciones le permitieron elegir 19 de los 102 senadores y 32 de los 166 representantes a la Cámara, un resultado que aunque lo convierten en la primera fuerza del legislativo en su conjunto, está por debajo de la expectativas.
El Centro Democrático tiene actualmente 20 senadores y las encuestas vaticinaban que como mínimo mantendría el mismo número e incluso que podría llegar a 24, lo que supone un revés para el partido y sobre el cual no se ha manifestado el expresidente.
En la Cámara, en cambio, sí logró ampliar su presencia al pasar de los 19 representantes actuales a 32.
Curiosamente la votación del Centro Democrático para el Senado y la Cámara fue inferior en 1,5 millones a la obtenida por Duque en la consulta, lo que muestra lo atomizados que están los partidos políticos colombianos.
La vigencia del fenómeno Uribe, que después de ocho años en la oposición sigue siendo el principal barón electoral del país, amado por unos con la misma intensidad con que es odiado por otros, quedó de manifiesto este domingo. Además: El viacrucis electoral de La FARC
Uribe fue reelegido como senador con más de 866.000 votos, lo que le convierte en el más votado para ese cargo en la historia del país y revalida su papel clave en el Congreso donde ha liderado la oposición al acuerdo de paz con las FARC.
En lo que tiene que ver con el partido FARC, las elecciones de este domingo le pasaron la factura por más de medio siglo de conflicto armado y sus candidatos, que por primera vez se presentaban a cargos de elección popular, recibieron un varapalo del electorado.
Según el escrutinio con el 98 % de los votos, la lista de las FARC al Senado obtuvo escasos 52.112 sufragios, lo que supone el 0,34 %, y a la de la Cámara de los Representantes le fue peor, pues se quedó con 32.429 papeletas (0,22 %).
Pese a ese fracaso, la antigua guerrilla contará en la próxima legislatura con cinco senadores y cinco representantes a la Cámara que tiene garantizados por un periodo de ocho de años gracias a la firma del acuerdo de paz.
Llamativo es el descenso del Partido de la U, del que forma parte el presidente Juan Manuel Santos, que consiguió hoy 14 senadores, siete menos de los que había obtenido en 2014 cuando fue la primera fuerza en la Cámara Alta.
Peor ha sido su resultado en la Cámara de Representantes, donde pasó de 37 a 25 escaños, un notable descenso en el que ha pesado el desgaste de ocho años de Gobierno de Santos y la decisión de no presentar candidato presidencial por no tener un líder fuerte.
El resultado del uribismo, pese a que no fue el esperado en el Senado, pone al Centro Democrático como favorito para las elecciones presidenciales de mayo ya que ninguno de los demás aspirantes ha mostrado hasta ahora un apoyo electoral como el obtenido por Duque con sus cuatro millones de votos.
Ese caudal, sumado a los votos que deben aportar Ramírez y Ordóñez como parte de la alianza, hacen que el uribismo piense en ganar la primera vuelta presidencial con cerca de seis millones de votos, los mismos con los cuales se impuso en 2016 por estrecho margen el plebiscito del acuerdo de paz.