Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Representación de la Mujer en Comunicación Política en entornos digitales, ¿Todo cambia para que siga igual?”. Ese es el título de una investigación realizada por el semillero de investigación de publicidad internacional de la Universidad Sergio Arboleda, que arrojó los primeros resultados sobre la incidencia, tendencias e inclusión de las mujeres en la política a través de las redes sociales, y que seguirá en desarrollo con las próximas elecciones presidenciales de 2018.
Cabe preguntarse si, de seguir como fórmulas presidenciales, Marta Lucia Ramírez, Clara López, Claudia López o Ángela María Robledo llevarán la vocería de las mujeres por primera vez en Colombia en el ejercicio de este importante cargo público. No sobra advertir que la participación femenina en política está respaldada desde la ley 581 de 2000, conocida como Ley de Cuotas. Dicha norma busca garantizar, por lo menos, un 30 % de cupos en cargos públicos. Tristemente es una cuota no alcanzada en nuestro país, en donde apenas se llega a un 20 %, pero como bien lo indicó El Espectador en su edición del pasado 18 de marzo, urge una reforma que eleve a un 50 % la participación política femenina.
Le puede interesar: Mujeres en las listas al Congreso 2018-2022: lejos de lograr la paridad
De todas las actuales candidatas vicepresidenciales, hemos revisado el número de seguidores con que cuenta cada una en su red social, frente a aspirantes del sexo opuesto en Twitter. Los resultados muestran que se mantienen aún muy por debajo de candidatos masculinos tradicionales, además de mencionar que todas tienen falsos seguidores, al igual que muchos otros políticos, según lo revela Twitter Audit, herramienta usada para analizar esta red social. Muchas mujeres que aspiran a cargos públicos hacen uso de las redes sociales como una herramienta de empoderamiento, voz y voto, a pesar de ejercer en un país como el nuestro, permeado por el machismo y en donde sin duda ellas no cuentan con las mismas facilidades para acceder a este escenario. Las redes sociales se convierten en el aliado perfecto para emanciparse de la política tradicional.
Según un estudio realizado por Newsweek, entre 1976 y 2009 se presentaron 53 escándalos de sexo político en Estados Unidos, pero solo uno involucró a una mujer, es decir, que solo el 1,9 % en ese período de 33 años fue protagonizado por una congresista. Sin embargo, las redes sociales han servido como instrumento para ridiculizar a las mujeres, como lo hizo John Carman, candidato político estadounidense, al burlarse de la marcha de mujeres de enero de 2017, en Washington, compartiendo un meme en el que se leía “¿Acabará la protesta de las mujeres a tiempo para que cocinen la cena?”. Fue un insulto que muchas utilizaron como caballito de batalla para exponer esta forma de comentarios sexistas y peyorativos. Ashley Bennet fue una de ellas y venció en las urnas al candidato del desafortunado comentario.
La Universidad Sergio Arboleda, durante 2017, a través del empleo del software especializado Social Studio15, realizó una investigación que consistió en un ejercicio de “escucha de redes sociales”. Se seleccionaron 3.816 líderes de opinión, divididos en tres grupos categorizados en “Lideresas políticas”, “Líderes políticos” y “Partidos políticos”. Para realizar el respectivo análisis se relacionaron las cuentas de Twitter con las palabras claves: mujer, mujeres, niñas, femenino, colombiana. El objetivo fue conocer las posturas de cada uno de los grupos en relación con las palabras discriminadas, durante tres meses. Esta etapa proporcionó big data para identificar la continuidad del discurso.
Lea también: La propaganda disfrazada: influenciadores y patrocinadores en la campaña presidencial
Dicho estudio arrojó que, por ejemplo, Claudia López y Marta Lucía Ramírez sobresalen en el uso de las redes sociales para el ejercicio de la política. En el caso de la primera, se resalta su actitud “frentera, berraca, de cantarle la tabla”, presentando a las mujeres como símbolo de fortaleza y cambio. Por el contrario, Marta Lucía Ramírez mantiene un discurso mucho más tradicionalista frente a las mujeres, en el que se les representa como vulnerables y dignas de recibir más cuidados por su sexo y género, aunque su campaña se ha orientado en “el empoderamiento de las mujeres”.
Claramente, ambas buscan obtener el voto preferente de las mujeres (más que por sus propuestas de política pública diferenciadas por el género, por el solo hecho de ser mujeres). El estudio concluye que “cuando las mujeres precisan ser fuertes, guerreras o irreverentes en el entorno político, se les percibe de forma negativa; en cambio, cuando el hombre tiene estas mismas actitudes, automáticamente se convierten en cualidades asociadas a ‘tener un carácter normal’”.
A dos meses de las elecciones presidenciales en Colombia, y suponiendo que no haya segunda vuelta, muchas cosas pueden ocurrir en la esfera política y en las redes sociales en relación con el papel de la mujer como fórmula vicepresidencial. Los escándalos pueden estar a la orden del día y, tratándose de mujeres, está comprobado que los sexuales no son tan habituales como en el caso de los hombres. Andrea Ramsay, candidata al Congreso de Estados Unidos, renunció a sus aspiraciones en 2017, pues se develó en las redes que años atrás había participado en un posible acto de acoso y, aunque salió a desmentir, tuvo que dar un paso al costado.
Ahora no solo se trata de hombres y mujeres. Hay actores políticos que cobran relevancia, como la misma comunidad LGTB, que ha ganado una gran participación en temas políticos, ya que los individuos, en ejercicio de sus derechos, pueden elegir y ser elegidos.
Texto del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad Sergio Arboleda.