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A 55 días de que los colombianos acudan a las urnas para elegir al próximo Presidente de la República, ya parece claro que lo que resta de campaña será todos contra Gustavo Petro. A nadie le sorprende que el candidato del uribismo, Iván Duque, señale al exalcalde de “castrochavista”, ni que el exvicepresidente Germán Vargas los califique como un mal administrador que hace campaña con el miedo. Pero lo que si resulta absolutamente sorprendente es que la exsenadora Piedad Córdoba, también aspirante a la Presidencia y una de las personas que más ha sufrido ataques por su relación con las Farc, sea quien hoy sostiene que la exguerrilla apoya a candidato de la Colombia Humana.
“Respeto con toda sobriedad que ellos (La FARC) hayan tomado la decisión de apoyar a Gustavo Petro y eso no me aparta jamás de seguir trabajando para que este país encuentre la paz”, sostiene Córdoba en un video que publicó en sus redes sociales y se convirtió en viral en pocos minutos. Y causa sorpresa que quien diga esto sea la misma persona que en dicho video afirma haber sido señalada injustamente de ser la candidata de la FARC por su defensa de la paz y sus convicciones políticas. Parece una broma que sea Córdoba quien utiliza como arma de campaña la estigmatización de un adversario acusándolo de representar los intereses de una guerrilla.
Más se demoró Córdoba en borrar el video de su cuenta de Twitter que Petro en responder. Sin menciones directas a la excongresita contestó: “Las Farc ni me han apoyado nuca, ni me apoyan, ni me apoyarán. No se puede hacer política con sentimientos de viudez”. Y es que en estos días de efervescencia electoral es justo precisar que la exguerrilla no sólo no ha manifestado su apoyo a ningún candidato, sino que además han mantenido desde una tirante relación con Petro, quien sólo fue una vez a La Habana, en febrero de 2016, pero que según una fuente que presenció el encuentro, el intercambió fue corto y cordial pero tenso. Y es que son innumerables la ocasiones en que Petro ha arremetido contra La FARC.
Este escándalo mediático por las declaraciones de la exsenadora parece más una estrategia de campaña, en la que los aspirantes a la Presidencia coincidente en un adversario común: Gustavo Petro Urrego. Por ejemplo, en las declaraciones dadas por Vargas Lleras esta semana afirmó que el exalcalde es populista, llegaría a la Casa de Nariño a improvisar y representa a la izquierda radical. “Lo deseable sería que en primera vuelta le cerráramos el paso al proyecto populista y de izquierda radical que representa Petro. Y que la segunda vuelta sea entre sectores que no representamos ni ese populismo ni esa izquierda”, expresó Vargas en entrevista con El Tiempo.
A las acusaciones de Vargas se han sumado las de Duque y, naturalmente las de su jefe de campaña, el expresidente Álvaro Uribe, quienes han insistido en que la campaña del exalcalde se basa en el odio de clase, en el modelo económico de Venezuela y que un gobierno suyo sería del miedo. Al respecto, Petro ha se ha defendido que el castrochavismo es el modelo económico en el que la extracción petrolera es el principal renglón; y que su propuesta no es “que haya menos ricos, sino que haya menos pobres”.
En un segundo plano en esta pelea han estado los candidatos Sergio Fajardo, de la Coalición Colombia, y Humberto de la Calle, del Partido Liberal, quienes sin atacar ferozmente a Petro han preferido no abrirle la puerta a una alianza que permita sumar fuerzas. “Estamos listos para enfrentar la polarización del miedo y la venganza, de Duque-Petro, con la fuerza de la esperanza que representó yo”, expresó en su momento el exgobernador de Antioquia.
A la vez, Fajardo ha sido enfático en que no está dispuesto a buscar una alianza con el exalcalde de Bogotá y ha preferido invitar a el exnegociador de paz a un café para explorar la posibilidad de sumarse en una sólo candidatura. Y con este, De la Calle le hizo un segundo desplante a Petro, pues en enero ya había declinado la invitación de Clara López y el exalcalde a sellar una alianza programática. Es así como, Gustavo Petro enfrentará la recta final de la campaña por la Presidencia sin posibilidad de alianzas con otros candidatos, y más bien con un escenario en el que se configura un “todos contra Petro”.