Antiguos aliados enfrentados por el poder en Córdoba

El uribismo, parte de los conservadores y sectores de “Noño” Elías, Lyons y Zulema Jattin apoyan a Carlos Gómez. Con Orlando Benítez están Barguil, Amín, los Besaile y los Bechara. Lluvia de candidatos cuestionados.

Alfredo Molano Jimeno y Germán Gómez Polo /@AlfredoMolanoJi - @TresEnMil
25 de octubre de 2019 - 11:00 a. m.
Carlos Gómez, candidato a la Gobernación de Córdoba; Orlando Benítez, candidato a la Gobernación de Córdoba; Salín Ghisays, candidato a la Alcaldía de Montería; y Carlos Ordosgoitia, candidato a la Alcaldía de Montería. / Función Pública, cortesía, alcaldía de Montería y archivo particular
Carlos Gómez, candidato a la Gobernación de Córdoba; Orlando Benítez, candidato a la Gobernación de Córdoba; Salín Ghisays, candidato a la Alcaldía de Montería; y Carlos Ordosgoitia, candidato a la Alcaldía de Montería. / Función Pública, cortesía, alcaldía de Montería y archivo particular

Córdoba y Sucre son  dos departamentos del Caribe donde las elecciones se disputan en un reñido cabeza a cabeza. El uribismo ha movido sus fichas para reconquistar las tierras donde siempre ha sido fuerte, pero los partidos de la antigua unidad nacional, encabezados por los partidos Liberal y Conservador, quieren hacer valer su condición de principales electores. En los últimos años, Córdoba se convirtió en el epicentro de la corrupción política-administrativa. Los grandes escándalos judiciales, desde el cartel de la hemofilia hasta Odebrecht, pasando por el cartel de la toga y la reelección de Juan Manuel Santos, atravesaron los sabanales de esta tierra. Y la elección que se realizará el domingo ha tomado un tinte especial: las casas políticas de Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile quedaron maltrechas, pero patalean por mantener la hegemonía de otrora. Mientras en Sucre, la contienda es entre la estructura de Yahir Acuña y la casa política de los Fernández Alcocer.

Pelea de compadres en Córdoba

En la actual disputa electoral, las toldas del ‘Ñoño’ y Musa no aparecen como protagonistas de primera página ni tampoco desde el mismo bando, como antes lo hicieron. Esta vez tomaron caminos distintos, desde el apoyo a la sombra a candidatos avalados por liberales y conservadores, de un lado, y el Centro Democrático, por el otro. Una realidad que se expresa en una contienda reñida, que no da pie a premoniciones superficiales y que se ha librado voto a voto, municipio a municipio, y con todas las formas de lucha. A los candidatos que persiguen el poder les han esculcado sus más oscuros rincones, en busca de un dato que se traduzca en ventaja para este domingo.
Propaganda negra, campañas de desprestigio, filtraciones judiciales y toda suerte de artimañas bajas se han utilizado de parte y parte.

Córdoba es uno de los grandes fortines electorales del país. Tiene poco más de 1’200.000 personas habilitadas para votar y una de las bancadas más grandes en el Congreso, con cinco senadores y cinco representantes a la Cámara, entre ellos David Barguil, el cuarto elector a escala nacional después de Álvaro Uribe, Antanas Mockus y Jorge Robledo. En la carrera a la Gobernación son cinco los aspirantes, sin embargo, al consultar a los principales barones electorales del departamento, queda claro que son dos las candidaturas con posibilidades: Carlos Gómez Espitia, uno de los hombres más cercanos al condenado exgobernador Alejandro Lyons Muskus; y Orlando Benítez, exdiputado y hombre de entraña liberal. Alrededor de las dos campañas se han aglutinado los pesos pesados de Córdoba.

Vea cuáles son los candidatos que se disputan el poder en las elecciones

Gómez Espitia tiene el apoyo del uribismo en pleno y de la casa del ‘Ñoño’ Elías y del exgobernador Lyons. Fue avalado por el Centro Democrático y Cambio Radical, y cuenta con los votos de la casa García Burgos, de la senadora Nohora García; los de los Chagüi (de la senadora Ruby y su padre, el alcalde de Cereté, Élber Chagüi); del representante Jorge Burgos, así como el apoyo de la representante Sara Piedrahíta Lyons (prima del exgobernador condenado) y el grupo político de la exsenadora Zulema Jattin. “La campaña de Gómez Espitia tiene toda la maquinaria  y ha movilizado toda la energía del uribismo. El mismo expresidente se lo ha tomado como un punto de honor, se le ha visto metiéndole el hombro a la campaña como a ninguna”, aseguró un conocedor de los hilos de la política cordobesa.

Del otro lado, el exdiputado Orlando Benítez ha reunido los votos liberales. “Es un hombre de tradición en el partido, desde sus juventudes hasta el Directorio Departamental. De sombrero vueltiao y acordeón. Tiene la confianza del expresidente César Gaviria, quien ha visto en él la oportunidad de ganarle a Uribe en tierras uribistas. Al papá de Benítez lo asesinaron los paramilitares; a sus suegros las Farc, por eso es un hombre que sabe de qué se trata la paz: del perdón y la reconciliación”, explica un miembro de su campaña. Cuenta con el apoyo de los senadores Barguil y Fabio Amín; así como de los representantes Erasmo Zuleta Bechara, miembro de la familia que es dueña de la Universidad del Sinú;  Andrés Calle, cabeza de una de las familias más poderosas de Montelíbano; y el grupo político de los hermanos Besaile (Edwin y Musa, ambos procesados por corrupción). Rumores dicen que tiene el apoyo del ‘Ñoño’ Elías, pero otras versiones afirman que fue una promesa que nunca se materializó.

Lea también: Elecciones 2019: 86% de los candidatos sigue sin rendir cuentas

Montería, entre dos candidatos oscuros

En la carrera por la Alcaldía de Montería compiten los mismos dos sectores que lo hacen por la Gobernación, pero a través de dos candidatos con protuberantes cuestionamientos.  De acuerdo con los resultados de la encuesta de Cifras y Conceptos del  17 de octubre, financiada por Cambio Radical, los punteros, con amplísima ventaja de los demás son Salín Ghisays Martínez, que obtuvo el 41 % de la intención de votos, y Carlos Ordosgoitia Sanín, con el 36 %. En contraste, una de Guarumo, del 15 de octubre, da como ganador a Ordosgoitia, con el 42,1 % y otra de Centro Nacional de Consultoría (CNC) y CM&, del 17 de octubre, pone a el candidato conservador arriba, con el 53 %, mientras que Ghisays obtiene el 34 %. Sin embargo, a dos días de las elecciones, las cuentas en la capital de Córdoba pueden estar más apretadas. Ghisays Martínez es un monteriano de 38 años, graduado de la Universidad del Sinú y con una corta experiencia en el sector público, en donde estuvo recientemente como secretario del Gobierno del actual alcalde, Marcos Daniel Pineda, hijo de la senadora García Burgos.

Es tanta la cercanía de Ghisays con el alcalde, que en Montería dicen, sin tapujos, que es el candidato de la administración; además, el pasado 23 de octubre la Procuraduría General de la Nación anunció la apertura de una investigación en contra de Pineda por presunta participación indebida en política a su favor. Del lado de Ghisays están los sectores que apalancan la candidatura de Gómez a la Gobernación. “En Montería la cosa está más apretada y la diferencia del ganador va a ser poca, aunque va a ganar Ghisays. Al comienzo, él llevaba mucha ventaja, pero le han metido mucha plata a la otra”, comentó una voz del Congreso conocedora de la política cordobesa.

Lea más: "Vamos a pasar a una etapa superior de la corrupción en Colombia": Sergio Fajardo

La campaña alrededor de Ghisays estuvo movida luego de que se conocieran los audios en que Lyons Muskus, desde el exterior, daba muestra del manejo que aún tiene de la política en el departamento. Uno de los apartes de esas conversaciones fueron con el exgobernador Yasser Alvear, en la que Lyons le dice directamente a este que se pegara a Salín. “Eso está definido, primo (…) con Salín y Carlos (…) le pides una vaina a Salín; yo en la Gobernación, de lo que me corresponda a mí en burocracia, te doy una vaina buena”, se escucha que le dice Lyons a Alvear. A pesar de los cuestionamientos, el expresidente Uribe está empeñado en ganar la capital con él. 

Ordosgoitia Sanín, por su parte, es un empresario que  militó en el Centro Democrático, pero que fue avalado con una votación mayoritaria por el Partido Conservador, en un pulso que Barguil le ganó a la senadora García Burgos. Es hijo de Luis Carlos Ordosgoitia, un querido exfuncionario del gobierno Uribe que resultó salpicado en la parapolítica, incluso detenido en La Picota, por ser uno de los firmantes del Pacto de Ralito. Además, se evidenció que estaba afiliado al Sistema de Selección de Beneficiarios para Programas Sociales (Sisbén), de acuerdo con registros de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), a pesar de tener un patrimonio de más de $ 3.000 millones, según su declaración de renta. El Departamento de Planeación Nacional explicó que el candidato no estaba afiliado y, de paso, aclaró la situación de varios congresistas que figuraban en el listado. Con Ordosgoitia está el sector conservador de Barguil y Zuleta, de la U; de Amín, liberal y los llamados musitas.

“Uribe ya no está tan fuerte acá. Es aceptado socialmente por una élite, pero electoralmente no tiene mucho. Y eso lo sabe Ghisays, tanto que cuando Uribe vino a Montería a apoyar su campaña, ni lo publicó. Eso fue en el barrio Cantaclaro. En Montería se mueve mucha opinión y a la gente le ha molestado el abuso de la administración, los funcionarios haciendo campaña a favor de Ghisays y hasta la Procuraduría le abrió una investigación”, comentó una fuente cercana a la campaña de Ordosgoitia. Así las cosas, los monterianos tienen en sus manos el futuro político de la ciudad donde todo parece indicar que el próximo alcalde se elegirá por “votofinish”.

Nota del editor: la fotografía de Carlos Ordosgoitia fue actualizada. 

Por Alfredo Molano Jimeno y Germán Gómez Polo /@AlfredoMolanoJi - @TresEnMil

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar