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Ricky Martin: "La gente me quiere más tras decir que soy gay"

Está en la cima de su carrera, pero conserva la ilusión del primer día. El cantante saca nuevo disco y se declara feliz como hace mucho tiempo que no lo era. Adicto al aplauso, y a las redes sociales, también necesita el silencio para vivir

Mábel Galaz / El País
06 de febrero de 2015 - 10:57 p. m.
Ricky Martin. / AFP
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Acaba de levantarse y su voz al otro lado del Atlántico suena relajada pero sobre todo feliz cuando atiende la llamada. Su gente de prensa advierte de que el tiempo es limitado, pero él se olvida del reloj. Se nota que le gusta conversar no solo de su música, de la vida y, además, le gusta escuchar. Precisamente el título de su nuevo disco —A quien quiere escuchar, que sale a la venta el día 10— tiene que ver con esa afición por el diálogo.

Ricky Martin, reconocido como “un ícono internacional y embajador global de la música latina” por la revista Billboard y honrado por la Academia Latina de la Grabación como “Persona del año”, ha vendido más de 60 millones de discos y continúa agotando localidades en estadios de todo el mundo. Pero sigue viviendo todo lo que le pasa, a sus 43 años, con la ilusión del novato.

Me gusta lo que hago, esa es la clave. Solo tengo que recordar lo que se siente en un escenario ante 25.000 personas que te aplauden. Ese es mi alimento. Sí soy adicto al aplauso. Es lo que me motiva y me inspira a seguir. Trabajar en lo que me gusta me hace descansar”. Y cuando se produce un bajón hace un alto. “Cuando no me siento cómodo me paro y medito. Me ha pasado varias veces en mi carrera. En 2000 detuve una gira para volver a casa y luego también lo hice el año que nacieron los niños para estar en casa cuidándolos”. Ahora Valentino y Matteo, sus gemelos, le acompañan allí por donde va y hace poco han descubierto que su padre es toda una estrella.

Ricky Martin se define como un hombre feliz. Tiene nuevo disco, una familia que poco a poco irá creciendo y se siente querido. Su situación personal se refleja en su trabajo. “Es un disco muy simple en el que he vuelto a recuperar las baladas. Acabo de hacer una gira por todo México y cuando cantaba mis éxitos más románticos el público se cortaba las venas. Lo que quiero es volver a ese sentimiento romántico. Hace tiempo que no jugaba con él. El disco es multicultural porque soy latino, vivo ahora en Estados Unidos pero también lo he hecho en Australia. El álbum es un trabajo fruto de la fusión. ¡Hace tanto tiempo que no me sentía tan bien con mi música!”.

¿El disco refleja su estado anímico?
Siempre cuento mis historias. Nunca me pongo caretas cuando subo al escenario, pero también cuento cosas que le pasan a la gente. Las letras son historias de amor y desamor, también hay música para hacer bebés. Estoy muy satisfecho.

Personalmente, ¿en qué momento se encuentra?
Estoy agradecido con la vida que tengo. Soy padre de familia, tengo dos niños que están creciendo. He logrado todo lo que he querido en mi vida. Desde que salí de mi casa he hecho todo lo que he deseado. He podido llevar mi idioma a donde no se habla y a través de él romper fronteras. Eso es lo que me llevo a mi casa cuando regreso de una gira.

A diferencia de otros famosos, Ricky Martin habla de sus niños con naturalidad y también de sus planes para volver a ser padre. “Quiero una niña. Estoy empezando a construir mi familia, pero todavía no es el momento de pensar en una niña por mucho que algunos medios lo digan”.

Se confiesa un padrazo, quizá por ello mucho de su trabajo solidario tenga que ver con la infancia más desfavorecida. A través de la Fundación Ricky Martin aboga por el bienestar de los niños en áreas como la justicia social, la educación y la salud. Trabaja para denunciar la trata infantil en colaboración con el Comité Internacional de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, es Embajador global de Unicef, y colabora con Bill Gates y la Corporación Microsoft en el programa Navega Protegido, que ofrece herramientas para prevenir delitos cibernéticos como la pornografía. “Me siento comprometido. El poder de convocatoria que me ha dado la música me sirve para hablar de cosas que me han impactado en mi vida. En India, por ejemplo, visité un orfanato donde había niñas que iban a ser invitadas a entrar en el mundo de la prostitución y me di cuenta de que es un problema que tenemos en todas partes. Por eso estoy intentando crear conciencia. En Puerto Rico construimos un centro que da la opción a 136 niños y niñas de salir de las calles y dejar la prostitución".


India siempre es un punto de referencia para el cantante. Allí encuentra la calma, la inspiración y la salud. Allí descubrió la medicina ayurvédica [que trata el espíritu y el cuerpo con terapias naturales]. “Vas caminando y te encuentras con seres humanos que te van dando información y te das cuenta de que hay muchas opciones para prolongar la vida. Es muy importante tomar espacio para buscar en tu interior y cuando lo haces el impacto para tu música es maravilloso. Es un círculo vicioso que fortalece tu carrera. Necesito silencio para escribir música”.

Pero hay otro Ricky Martin, ese que huye de la calma y vive enganchado a las nuevas tecnologías y en especial a las redes sociales.

“Tenemos la suerte de ser testigos de esta revolución en la comunicación. Yo me despierto, desayuno y lo primero que hago es entrar en mis redes sociales y ver lo qué se está comentando, qué les gusta, qué no les gusta y comenzar a tomar decisiones. Twitter, HeyHey y Facebook te abren una ventana a la comunicación, al diálogo. Yo me obsesiono con las redes sociales, sinceramente. Es algo que no tuve en el inicio de mi carrera”. A diferencia de otros famosos, maneja sus cuentas personalmente. “Tengo un equipo de personas que me ayudan a analizar lo que pasa, que me van diciendo qué tipo de reacción tuvo una foto que posteé, en qué países gustó más. Pero todas las redes las manejo yo personalmente. Me encanta. Soy adicto”.

El 30 de marzo de 2010 en su web habló por primera vez de su sexualidad y desde entonces se ha convertido en un activista por los derechos de los homosexuales. “Siento la necesidad de apoyar estas causas. Si mis 11 millones de seguidores en Twitter y mis 10 millones en Facebook me escuchan, debo hablar de cosas de impacto social. Siempre he trabajado fuerte en pro de los derechos humanos, y como soy parte de la comunidad LGBT voy a luchar por la igualdad en todas partes del mundo”.

A Ricky Martin le costó mucho hablar de su vida más privada pero desde entonces se siente mejor que nunca y también más querido. “Mucha gente me dice: ‘no importa lo que eres. Lo que importa es tu música’. Y sí, probablemente la gente me quiere más porque yo me quiero más y la gente lo percibe. Aceptar mi homosexualidad fue una cuestión de autoestima”.

Por Mábel Galaz / El País

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