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La primera portada del diario El Espacio daba una impresión muy distinta a la de su edición impresa actual, que cayó en desgracia: el miércoles 21 de julio de 1965, compuesto por un cuadernillo de 24 páginas a 24 centavos de la época, El Espacio ofrecía contenido político en primera plana. Hay allí una fotografía de Guillermo Valencia en el Congreso y sobre ella un titular a seis columnas en mayúsculas sostenidas: “Estado de sitio indefinido”. Su fundador, Jaime Ardila Casamitjana, prometía una edición vespertina gráfica, siempre ligada a los principios liberales.
Era un diario político, en la línea de muchos otros que ya se imprimían por entonces. “El Espacio es un diario liberal para Bogotá, con inspiración nacionalista y criterio independiente que refleja honestamente la opinión pública”, dice en el editorial de aquella primera edición.
La redacción de entonces estaba conformada por Luis Fernando Botero, Augusto Díaz Calderón, Alfonso Londoño, Gladis Sicard, Antonio Toledo y Hernando Correa. Años después, periodistas y escritores como Jorge Gaitán Durán, Yamid Amat y Carlos Lemos Simmonds se convertirían en columnistas del diario.
Ocurrió, sin embargo, una metamorfosis. Al cabo de un año —cuenta Maryluz Vallejo en su libro A plomo herido—, el diario cambió su vocación política para abrir espacio a la crónica de sucesos y a la crónica roja. El Espacio seguía el ejemplo, aunque con ambiciones gráficas muy distintas, de diarios como Clarín, Sucesos Sensacionales y Sucesos, fundados entre 1946 y 1956.
La transformación fue evidente: poco a poco se fueron incorporando titulares más amplios e historias más macabras, que eran apartadas o reseñadas apenas de manera muy breve por diarios de mayor magnitud: El Tiempo, El Siglo o El Espectador. Las páginas de hechos políticos fueron relegadas mes a mes y se dedicaba cada vez más espacio a la farándula y sucesos del común.
En tres años, y con una tecnología de impresión offset que no poseían aún el resto de diarios, El Espacio comenzó a circular en todo el país. Alcanzó en ventas a los diarios bogotanos de distribución nacional y luego los superó. Los resultados más recientes, después de 48 años de impresión, señalaban que era el diario más leído después de El Tiempo. Y de aquí y allá venían las razones de su popularidad: la gente es morbosa, decían unos; la gente lo compra por el crucigrama, decían otros; los más simples también decían que El Espacio era “el diario del pueblo colombiano” porque llevaba en su contraportada a una “mona”: una mujer desnuda o semidesnuda que servía como atractivo para los activos lectores del vespertino.
Quizá existan razones más sencillas: el estilo directo del diario, con su impresión llamativa y la exposición descarnada de las muertes y casos judiciales, permitía que el lector se identificara más fácil con su contenido, que lo entendiera de modo más rápido y efectivo.
A pesar de todas estas razones, sean o no verdaderas, El Espacio cierra su edición impresa y publicará contenidos sólo en su página web, que nació en noviembre de 2002. El medio alternativo Las 2 Orillas contó en su propia página algunos detalles: al parecer, la distribución masiva de diarios gratuitos como Publimetro y ADN en el país produjeron el descenso de las ventas del diario, que la semana pasada realizó un primer recorte de planta. Jaime Ardila, hijo del fundador y actual propietario del diario, no se ha pronunciado al respecto.
Uno de sus empleados, entrevistado por RCN La Radio, dijo: “Desde la gerencia nos llamaron a agradecernos todos los años de trabajo, pero nos dijeron que entraban en una nueva etapa (...). Nunca nos dieron razones, sólo nos dijeron eso”. Semanas atrás, uno de sus cronistas más conocidos y jefe de redacción del diario, Ricardo Rondón, abandonó su cargo después de más de 20 años, sin razones confirmadas. Su salida avivó las sospechas sobre la situación del tabloide.
Meses atrás, El Liberal, tradicional diario de Popayán, también anunció que cerraba sus puertas por dificultades económicas. En esa ocasión, un grupo de empresarios decidió revivir el periódico y rebautizarlo El Nuevo Liberal. Salvo su completa instalación en la red, en el camino de El Espacio no se ha confirmado una posibilidad similar. “El diario del pueblo colombiano”, como se hizo llamar por 48 años, está fuera de circulación.
jtorres@elespectador.com
@acayaqui