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La estrella de la telerrealidad estadounidense Kim Kardashian, atacada en su hotel parisino por hombres armados que se llevaron joyas por unos nueve millones de euros, pudo desatarse y llamar por teléfono a su guardaespaldas, informó este martes una fuente próxima a la investigación. (Galería Tremendo susto de Kim Kardashian en París).
Según las primeras investigaciones, "se desató y llamó a las 02H56 locales (00H56 GMT) a su guardaespaldas que no estaba en el lugar en el momento de la agresión", explicó esta fuente. Pascal Duvier, que escolta a la multimillonaria estadounidense en la mayoría de sus viajes, "acompañó a la hermana de Kim Kardashian a una discoteca", según fuentes cercanas al caso. (Lea: Kim Kardashian sufre dos ataques en París, ¿y el guardaespaldas qué?)
El atraco se produjo el domingo por la noche hacia las 02H30 en una discreta residencia de lujo, el hotel de Pourtalès, cerca de la iglesia de la Madeleine, en un elegante barrio de la capital francesa.
Los cinco hombres iban armados y vestidos de policías. Después de atacar al guardia de seguridad, tres de ellos permanecieron vigilando y dos subieron al apartamento de la estrella, según una fuente cercana al caso. Le apuntaron con un arma en la cabeza y la encerraron en el baño, tras haberla amordazado y maniatado con cinta adhesiva.
Además de Kardashian y el guardia de seguridad, en el edificio también se encontraba una estilista de la estrella de la televisión. En un principio, los investigadores pensaron que había sido ella la que consiguió dar la alerta.
Ninguna imagen de las cámaras de video permite avanzar en la investigación, y la policía técnica y científica están buscando posibles restos de ADN.
Tras el ataque, Kim Kardashian, de 35 años, que cuenta con 84 millones de seguidores en su cuenta Instagram, dijo que estaba "muy aturdida". Fue interrogada por la policía el lunes y regresó después rápidamente a Nueva York.
Según una fuente judicial, los asaltantes se llevaron un anillo de un valor de cuatro millones de euros y una caja con joyas avaluadas en otros cinco millones. Se trata del mayor robo de joyas a un particular en Francia en los últimos 20 años. Los ladrones también robaron dos teléfonos celulares.