Publicidad

C. Carpentier: “MasterChef es para aprender cocina, no para hacer farándula”

El chef chileno pasó por Claro Oscuro, el formato de entrevistas en video de la sección de Entretenimiento de El Espectador. Habló, entre otras cosas, de su salida del programa de televisión, de su salud y nos contó de ‘Ilatina’, su nuevo proyecto.

Tatiana Gómez Fuentes
27 de julio de 2024 - 03:30 p. m.
Chef chileno y ex jurado de MasterChef Colombia.
Chef chileno y ex jurado de MasterChef Colombia.
Foto: Valentina Matiz Bernal

¿Qué piensa del divorcio?

Es un proceso difícil, doloroso, pero a veces necesario.

¿Para qué sirve la fama o el reconocimiento?

Sirven solamente, creo yo, para ayudar a otros. Cuando uno tiene la posibilidad de ser un personaje público, que puede tener plataformas para poder llegar a la gente, creo que el único fin es para poder aportar.

¿De qué manera se ha manifestado el dolor que siente su alma?

Física, de hecho, fue una de las razones importantes por las cuales dejé MasterChef. Lo que la mente calla, el cuerpo lo grita. Mi cuerpo ya no me acompañaba. Me dolía mucho la espalda, no dormía muchas horas, me daban jaquecas constantemente, todo eso me indicó que ya era momento de moverme.

¿Qué es lo que más extraña de Chile?

Mis hijos.

¿Cuál ha sido su mayor frustración en la cocina?

Todos los días tengo frustración en la cocina, pero, la mayor de todas fue alejarme de ella. La cocina para mí es como un matrimonio, una relación y creo que haber tomado solo el camino de la televisión y los medios durante tanto tiempo hizo que pasara eso. La cocina es como un delfín, puede estar un rato afuera del agua, pero su hábitat es dentro. Y ahora que estoy retomando, volviendo a ella, esas frustraciones se revierten.

¿Para qué sirve cocinar?

Llena el alma. La cocina no está hecha solo para alimentarse o para entretenerse, está hecha para emocionar.

¿De qué se trata ILatina?

ILatina es un proyecto que llevo armándolo diez años, y como la cocina, es generoso. ILatina es una plataforma para poder ayudar, aportar, apoyar a toda la industria de alimentos y bebidas de todas las áreas. O sea, no solamente de lo que se come, lo que se huele, lo que se toca, lo que se ve o lo que se siente, es una plataforma para poder poner en práctica todo lo que me ha dado la cocina para otros.

¿A qué hay que renunciar?

Hay que renunciar a ese diablito malo que te habla. A la envidia, a la rabia, a ese camino que no es el indicado, también a la falta de empatía, a creer que tu verdad es la única, a eso hay que renunciar.

Una palabra para definir la cocina

Amor.

¿El polo quedó aplazado?

No, no puede quedar nunca aplazado en mi vida porque para mí es naturaleza. Son los caballos, es tomarme un mate con los petiseros, es tener un momento de relajo en el cual me olvido de todo. Ese el único espacio en mi vida en el cual estoy concentrado en una sola cosa que es disfrutar con el caballo, entonces, no es un deporte, sino que básicamente es una forma de conectarme.

¿Quién es su mejor amiga? ¿La mano derecha o la mano izquierda?

Uy depende, depende, la izquierda me ayuda mucho. Soy de las personas que creen que hay que desarrollar habilidades con ambas y darse cuenta a diario de la fortuna que es tener una derecha, y para eso ocupo la izquierda. Me lavo los dientes con la izquierda de vez en cuando para darme cuenta de lo importante que es la derecha. (Risas).

¿Su mejor recuerdo de Coco Pacheco?

¡Ay, Coco!, es como mi padre gastronómico. Él me enseñó muchas cosas, poco de cocina, mucho de la vida.

Si pudiera devolverse 11 años atrás, ¿qué no haría?

Es difícil, ¿sabes?, porque pienso que todo lo que somos es nuestra historia, con lo bueno y con lo malo, y cuando hago un balance de mis 50 años, creo que la vida me ha dado mucho.

He tratado de ser una buena persona, he tratado de compartir, de ser generoso, de ser un buen padre, un buen marido en su minuto, un buen amigo, y si cometí errores, fui completamente inconsciente, de ellos he aprendido mucho. Quizá sería más empático en algunas cosas donde antes no lo fui.

¿Salado o dulce?

Últimamente, ando buscando más lo dulce que lo salado.

¿Es verdad que es tan bravo como dicen? ¿Se enoja con tanta facilidad?

No sé si bravo, pero sí muy exigente y eso me cuesta mucho. Soy muy apasionado de las cosas que quiero, amo y soy muy dedicado, entonces, pido que la gente que se mete en mi espacio, básicamente en la cocina o cosas así, las viva como yo.

Creo que esa fue una de mis características en MasterChef, porque siendo un programa de entretenimiento o farándula en cierto punto, asociado a un concepto que puede ser el de un reality, siempre traté de llevarlo hacia el mundo de la cocina, de la pasión. Quería que todos los que salieran por las puertas de él tuvieran una relación distinta con la comida, la cocina, y con ese entorno tan lindo que son los productos gastronómicos.

Entonces, claro, parezco bravo porque si hay alguien que quiere ir a MasterChef a creer que se va a hacer más famoso, por eso, conmigo no convive.

¿En qué momento se viste de disciplina?

Soy muy disciplinado en el día a día, en todo. De hecho, me cuesta desvestirme del rigor, del esfuerzo, del trabajo, de la responsabilidad, tanto así que terminé a los 33 con una parálisis completa por eso, porque fui educado con disciplina. No sé trabajar de otra manera.

¿Qué tiene Colombia que no lo dejó escaparse a otra realidad en el mundo?

Ustedes saben bailar muchos ritmos y saben hacerlo porque han vivido una historia dura y difícil desde el narcotráfico, la guerra, los secuestros y cada vez que tienen un espacio de tranquilidad, lo disfrutan al máximo. En chile somos muy rigurosos y no disfrutamos tanto, acá la gente es feliz y eso fue lo que no me dejó ir y lo que me permitió entender que la vida no es solo trabajo.

Un acto de transparencia

La humildad, el perdón y la vulnerabilidad. Cuando uno logra mostrar sus debilidades sin importar a quién ni el momento, es transparente.

¿Su defecto más publicable?

Creo que mi overthinking, pensar, pensar, pensar y también torturarme mucho con las cosas que no hago o con las expectativas que tengo de mí.

Un título para su autobiografía

No lo hice tan mal.

¿Qué sabor lo conmueve?

El casero. La comida casera, en cualquier parte, tiene un sabor único que no se puede replicar en un restaurante.

¿Salmón o ajiaco?

Ajiaco, he comido mucho salmón.

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

En MasterChef creo que fue la última y la primera vez en años.

Una canción para cocinar

Como estoy en el mundo de la cocina, es algo un poquito más técnico y amplio, pero si le estuviera cocinando a alguien que quiero mucho sería con jazz. Ahora, cuando quiero hacer una locura, me gusta escuchar ópera a todo lo que da.

¿Cuál sería su última cena?

Piqueos, siempre piqueos, o sea, jamones, quesos, varios productos de mar, panes distintos y un muy buen vino.

¿A qué le tiene miedo?

A la mentira, vivimos en un mundo donde mentir es muy fácil. A eso le tengo terror.

Una frase para cerrar su ciclo en MasterChef.

Gracias, gracias totales, diría Cerati. No tengo nada más que agradecerle. Crecí, aprendí, me emocioné, me enojé, conocí gente maravillosa, conocí países y me quedé en Colombia. MasterChef es gran parte de mi vida y aunque no esté, seguirá siendo mi familia y como en la familia, uno puede estar de buenas o de malas, puede estar en un periodo y en un proceso de sanación, pero nunca deja de ser parte de ella y uno nunca deja de tenerle cariño.

¿Maestro o chef?

Me encantaría que me vieran como maestro, no sé si es muy arrogante. La cocina es un oficio, no es una profesión, tiene que ver con entregar, transmitir, con la generosidad, con rescatar desde las tradiciones, pasiones, amores, cariños, eso es lo que he intentado hacer siempre, por eso quiero que me vean como un maestro.

¿Cuál palabra va a ser su etiqueta para el futuro?

Confía y suelta, creo que ese es mi proceso actual, eso me cuesta mucho.

¿Cómo está de salud?

Sanándome, mejorándome, y ojo que la salud no solamente es la física, también es la mental, entonces, estoy en un proceso de sanación.

¿Qué lo hace sentir orgulloso de Colombia?

Su gente.

¿Con qué palabras definiría la gastronomía colombiana?

Amplitud, generosidad, exuberancia.

¿Cuál es su asignatura pendiente?

Perdonarme es una cosa importante. Tengo varios pendientes conmigo, por ejemplo, priorizarme, definitivamente.

Lea más del mundo del Entretenimiento 📀🎞️🎤.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar