Andrés Baiz: “La intención no es romantizar a Griselda Blanco”
Sofía Vergara se meterá en la piel de una de las narcotraficantes más peligrosas de la época de los 70 en “Griselda”, la serie de Netflix dirigida por Andrés Baiz, quien pretender presentar otra faceta de “La viuda negra”. El director habló para El Espectador de la serie que se estrena el 25 de enero.
Daniela Suárez Zuluaga
“La viuda negra”, así conocía el país a la narcotraficante. Una mujer controladora, hábil y sanguinaria que fue pionera del tráfico de cocaína en Miami durante los 70 y 80, y que además, fue acusada de matar a varios de sus esposos luego de descubrir sus engaños.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
“La viuda negra”, así conocía el país a la narcotraficante. Una mujer controladora, hábil y sanguinaria que fue pionera del tráfico de cocaína en Miami durante los 70 y 80, y que además, fue acusada de matar a varios de sus esposos luego de descubrir sus engaños.
Su adolescencia estuvo marcada por el abuso de su padrastro, esa fue la razón por la que Griselda Blanco se fue de la casa con solo 14 años y tiempo después se casó con su primer marido, Carlos Trujillo, a quien amenazó de muerte. En los 70 se fue a vivir a Estados unidos con Alberto Bravo, su segundo marido, a quien también asesinó. Vivían en Queens, y allí comenzaron a consolidar el negocio de la cocaína.
Como todo criminal, Blanco adoptó un “alias” que la identificara a ella y a sus acciones perturbadoras, por eso acogió “La viuda negra”, la arácnida conocida por asesinar al macho después de copular. Fue parte de la época conocida como “Cocaine Cowboys Wars”, siendo culpable directa de la ola de violencia que se vivió en Miami en los 70 por vendettas del mundo de la mafia. En 1994 fue presa y luego puesta en libertad en 2004. Años más tarde, fue asesinada por un sicario que le disparó dos veces en la cabeza al frente de una carnicería.
La historia de “La viuda negra” ha resultado turbia, pero a la vez fascinante para la industria audiovisual, esta vez el turno es para Netflix, que de la mano del director Andrés Baiz propone su relato de la narcotraficante que, en esta oportunidad, será interpretada por la actriz Sofía Vergara. “Cuando conocemos a Griselda, vemos a una mujer rodeada de un mundo dominado por hombres, y también la vemos evolucionar, utilizando la opresión como medio de terror”, dice el director.
En entrevista para El Espectador, Baiz habló del trabajo con Sofía Vergara y el productor de la serie, Eric Newman y los retos de hacer una serie de época. Un rodaje que duró cien días.
Griselda Blanco no es un personaje para romantizar, ¿qué van a ver los espectadores?
Esta serie protagonizada por Sofía Vergara tiene seis episodios y todos son dirigidos y producidos por mí, esa fue una de las motivaciones que me llevaron a tomar este proyecto. Además, soy un colombiano que admira a Sofía (Vergara) y trabajar con ella era un sueño hecho realidad, pero sobre todo en este papel, porque es un antes y un después en su carrera. Habiendo dicho esto, la intención de esta serie no es de ninguna manera romantizar a este personaje, sino más bien verlo desde otra perspectiva, entender sus luchas internas y sus decisiones, involucrarnos con la presión y el machismo de la época, tener el panorama un poco más claro sobre su vida personal, que conecta directamente con sus acciones.
¿Por qué quiso que Sofía Vergara fuera la protagonista de “Griselda”?
Fue curioso porque Sofía y Luis Balaguer fueron los que vinieron a nosotros con la idea. Tuvo mucho que ver que “Narcos” fuera tan exitosa y críticamente muy valorada, así que Sofía ya tenía la idea en mente y juntos desarrollamos una historia completamente diferente a “Narcos”, no tiene nada que ver. Con esto ella quiso mostrar al mundo que tiene otras facetas actorales y quería explorarlas.
¿Se puede decir que Sofía Vergara muestra una evolución en su carrera como actriz con este papel?
Por supuesto. Estamos acostumbrados a verla en roles como el de Gloria en “Modern Family” y este es un papel completamente dramático. Poder ser artífice como director en ese cambio en su carrera, en mostrar esa faceta como una actriz madura que puede enfrentarse a un rol como estos nos daba miedo a ambos, pero ese mismo miedo se convirtió en motivación. Van a ver una serie sobre el empoderamiento de la mujer, que sucede en Miami a finales de los años 70 y principios de los 80 en un mundo muy machista donde los hombres tratan de subestimarla, traicionarla y ella tendrá que trabajar diez veces más fuerte que ellos.
¿Por qué hablar de drogas?
El mundo de las drogas para mí como director era lo menos importante, lo esencial es este empoderamiento, esta resiliencia de Griselda en un mundo nefasto y tóxico, y cómo en ese proceso ella va perdiendo su brújula moral, su norte porque empieza a replicar las mismas tácticas que usaron sus enemigos contra ella. La serie tiene un tono muy particular, realmente la tomé más como una película larga que como una serie.
¿Cuáles fueron los retos a la hora de ambientar la serie en otra época?
Fue un reto muy grande, porque muchas veces cuando se trata de hacer una serie de época queda un poco impostada, acartonada, así que el mayor desafío es hacerlo orgánico, que se sienta real, que puedas respirar ese ambiente, que invite a la audiencia a ser parte de eso. Lo primero es tener un buen equipo artístico alrededor, elegir bien a la gente que se va a encargar de eso y que va a poner su experiencia artística. Lo segundo es hacerlo con mucho respeto y autenticidad. La Miami de los 70 y 80 es muy diferente a la Miami de hoy en día, así que filmamos en Los Ángeles y la ambientamos como si fuera Miami, y la verdad pienso que hicimos un gran trabajo en ese sentido. La música es fenomenal en la serie, tiene un soundtrack del que estoy muy orgulloso, y todo eso en conjunto ayuda a que el televidente se sumerja en esa atmósfera tan particular y surreal.
Anteriormente mencionó que usted había tomado este proyecto como una película y no como una serie, ¿cómo manejó los tiempos?
Afortunadamente tengo un productor que se llama Eric Newman, él me apoyó bastante, y Netflix, por supuesto, siempre me ha dado muchas libertades creativas, eso es una gran ventaja. Para mí como director poder darle coherencia de tono, estética y visualmente al rodaje que duró cien días fue maravilloso, porque ese es el sueño de un artista: ser responsable tanto de las virtudes como de las falencias de esa visión de su proyecto. Pudimos impregnarle a Griselda una mirada muy particular, se siente única, se siente específica. Vale la pena verla.