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A los 12 años, cuando aún vivía en Puerto Rico, Benicio del Toro escuchó por primera vez el nombre del ‘Che' Guevara en una canción del grupo estadounidense Rolling Stones. En ese tiempo pensaba que el líder era un hombre malo, un "sangriento".
Mr. Gringo, my father he ain't no Che Guevara, and he's fighting the war on the streets of Masaya. Little Indian girl where is your father? Little Indian girl where is your momma? They're fighting for Mr. Castro in the streets of Angola. -Indian Girl, Rolling Stones-.
Sin entender muy bien quién era aquel revolucionario, en el 87 volvió a saber de él en México, cuando en medio de una grabación entró a una librería que por todo lado exhibía sus fotografías y vida.
Un par de años después, cuando ya había leído un texto escrito por el mismo líder y tenía cierta idea de quién era Guevara, Del Toro le propuso a la productora Laura Bickford hacer una película sobre el personaje que en innumerables entrevistas ha definido como "la figura más grande de Latinoamérica del siglo pasado".
En ese tiempo estaban filmando Traffic, la cinta de Steven Soderbergh que le dio la posibilidad de ganar un premio Oscar. Y entonces, el mismo equipo - Bickford, Soderbergh y Del Toro- decidieron embarcarse en el proyecto que han definido como "loco" porque según el director "es imposible interpretar al 'Che'" y según el actor "sólo puedes acercarte al personaje, porque nunca vas a ser él".
Por supuesto, se acercaron demasiado. La crítica los ha tratado bastante bien desde su estreno en el Festival Internacional de Cannes, en pasado mayo, en donde Benicio ganó en la categoría de mejor interpretación masculina por 'Che, el argentino', la primera de dos cintas que hicieron del médico argentino.
En los 137 minutos de esta parte los espectadores ven la Cuba del 56, cuando desde México Fidel Castro llegó a La Habana acompañado de Guevara para sacar adelante la revolución que le permitió al argentino cargar con el apodo del 'comandante'.
La segunda cinta, 'Che, guerrilla', cuenta la historia de la desaparición del líder guerrillero y su vida en Bolivia hasta el día de su muerte en el pueblo La Higuera por parte de los soldados del dictador boliviano René Barrientos en 1967, el mismo año que nació el actor puertorriqueño.
A pesar de lo extenso que resultó el proyecto cinematográfico, Soderbergh no puso créditos al final de la cinta porque piensa que faltan una o dos películas mas. Algo sorprendente en Hollywood es que está hablada en español porque el cineasta pensó que sólo podía ser fiel a la historia respetando el idioma. Y aunque Benicio es latino, confesó que fue "más complicado
de lo que parecía... Yo hablo un español puertorriqueño, que es muy diferente al argentino y mi español es un poco como el que tenía cuando salí de Puerto Rico a los 13 años mientras que el 'Che' Guevara era un intelectual con un español muy bueno".
El trabajo de investigación que realizó Del Toro fue enorme. Al leer la biografía que le hizo Jon Lee Anderson entendió que no se podía quedar solamente con esa versión y por ello viajó a La Habana para ir al Centro de Estudios del Che Guevara en donde tuvo acceso ilimitado a las fotos y material que había del líder, incluso escrito por él mismo.
Con Bickford viajó a Cuba, Bolivia, París y Miami para hablar con gente que lo conoció y siguió sus ideas, así como con personas que no estaban de acuerdo con la revolución.
"Lo importante no era imitar al 'Che', moverme como él, hablar como él, sino entender las escenas; no era tanto actuar como reaccionar, entender qué quería el personaje en cada escena, de dónde venía y adónde iba", comentó el actor en el pasado mes en España cuando ganó el premio Goya por la mejor interpretación masculina.
"La historia del 'Che' llevaría muchas horas, pero lo que la gente va a ver es el resultado de lo que él mismo escribió y de la percepción de la gente que lo conoció que no siempre estuvo de acuerdo con él... era un intelectual, un ser humano, un guerrero, un producto de la época del 60, al tener esas dimensiones era un personaje complejo de interpretar", explicó el puertorriqueño.
Por eso, Benicio espera que la historia funcione como película mas no como documental, y por ello afirma que en cinco o diez años ningún otro director diferente a Soderbergh puede hacer una cinta mejor que 'Che, el argentino' y 'Che, guerrilla'.
Su admiración por el líder latino es innegable. Casi diez años leyéndolo y preparando el personaje le hacen decir con certeza a Del Toro que se ha acercado un poco a la realidad latinoamericana y que los filmes permiten "conocer mejor la historia de un país, de la Revolución cubana, de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos".
Por eso, siente frustración por la poca difusión que el largometraje ha tenido en Estados Unidos y la notable ausencia en los premios más importantes de cine como los Globo de Oro, los SAG -entregados por el sindicato de actores- y por supuesto, los Oscar -que se entregarán el 22 de febrero-.
Pero el consuelo llegó con las palabras de Sean Penn, quien reconoció que "'Che' es la gran olvidada de los premios norteamericanos" y con Camilo Guevara -hijo de Guevara-, quien afirmó en Cannes que "Benicio es un excelente actor, ojalá siempre le vaya bien en su vida y en su carrera".
‘Che, el argentino', que ya se ha presentado en Argentina y Cuba, está seleccionada para que abra el Festival Internacional de Cine de Cartagena el próximo 26 de febrero.
El 19 del mismo mes Benicio cumplirá 42 años siendo uno de los artistas latinos más importantes de Hollywood y el mundo. Sus raíces latinas y el vivir en Estados Unidos desde los 13 lo hacen ser todo un "soñador", como él mismo dice. Un ejemplo de esto es el apoyo que le expresa a Barack Obama, nuevo presidente estadounidense.
Mientras saborea el éxito logrado por su interpretación del 'Che' Guevara, Del Toro planea su próximo trabajo: Hombre Lobo, cinta en la que seguramente será otro íconos de la cultura occidental, el licántropo, bajo la dirección de Joe Johnston y junto a los actores Anthony Hopkins y Emily Blunt.