Brendan Fraser sella su regreso a Hollywood con el Óscar al mejor actor
El actor, que deleitó a millones en los años 1990 con “La momia” y “George de la selva”, conquistó a los votantes de la Academia al encarnar a un profesor obeso que, atormentado por el duelo, come de forma compulsiva.
Brendan Fraser selló un inesperado regreso a Hollywood al ganar este domingo el Óscar al mejor actor por su poderosa interpretación en el drama “La ballena”.
El actor, que deleitó a millones en los años 1990 con “La momia” y “George de la selva”, conquistó a los votantes de la Academia al encarnar a un profesor obeso que, atormentado por el duelo, come de forma compulsiva.
“Empecé en este negocio hace 30 años, y las cosas no me resultaron fáciles”, afirmó al borde las lágrimas al recibir la estatuilla. “Gracias por este reconocimiento”.
“La Ballena”, de Darren Aronofsky, marca el retorno del actor de 54 años que pausó su carrera en la década del 2000 en medio de una crisis personal y tras haber acusado a una figura de la industria de acoso sexual.
En la cinta, adaptación de una obra de teatro de Samuel D. Hunter, Fraser reaparece irreconocible en la piel de Charlie, un profesor de inglés de 270 kilos, que enseña por videollamada, solo tiene contacto personal con su enfermera y amiga Liz (Hong Chau), y apenas se levanta del sofá.
El drama muestra los intentos de Charlie por reconectarse con su rebelde y distante hija adolescente Ellie, interpretada por Sadie Sink, la joven estrella de la serie “Stranger Things”.
El actor, envuelto en prótesis para simular el sobrepeso, recurre a su voz y a expresiones faciales para transmitir la agonía y la resignación de un ser humano que se siente perdido pero que tiene explosiones de pasión y esperanza.
“Charlie es, de lejos, el hombre más heroico que he interpretado”, dijo Fraser en el estreno mundial de la película en Venecia el año pasado. “Su superpoder es ver lo bueno en los demás y sacarlo”.
Vertiginoso ascenso
De padres canadienses, Fraser nació el 3 de diciembre de 1968 en Indiana, centro de Estados Unidos. El teatro despertó su interés por la actuación desde muy joven, y después de graduarse en el Cornish College para las Artes, en Seattle, Fraser se instaló en Los Ángeles a comienzos de los años 1990.
La ciudad de oropel lo recibió con los brazos abiertos, y no demoró en aparecer en películas, entre ellas “Presunto culpable” (1991), junto a Martin Sheen, y “Hombre de California” (1992), donde interpretó a un cavernícola descongelado por adolescentes.
El alto y carismático actor de ojos claros se convirtió en una figura constante en la pantalla grande, muchas veces con personajes que exploraban mundos desconocidos.
Arrancó lágrimas en “Código de honor” (1992), cosechó risas con “George de la selva” (1997), y sacudió la taquilla con el aventurero Rick O’Conell en “La Momia” (1999), que tuvo dos secuelas.
En 1998, Fraser se casó con la también actriz Afton Smith y tuvieron tres hijos.
Más tarde, protagonizó junto a Liz Hurley una nueva versión de “Al diablo con el diablo” (2000), y tres años después dirigió “Looney Tunes: de nuevo en acción”.
Fraser protagonizó más de 40 largometrajes, entre ellas “Vidas cruzadas” (2004), Óscar a la mejor película, hasta que desapareció de los afiches de Hollywood.
Redención
Fraser explicó en cierta forma su retirada en 2018, cuando acusó a Philip Berk, expresidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), que entrega los Globos de Oro, de haberlo agredido sexualmente en 2003, un episodio que Berk niega.
Pero Fraser ha dicho que el impacto psicológico del presunto ataque, sumado a frustraciones en su carrera y a un publicitado y costoso divorcio de Smith, le pasaron factura, y lo alejaron de la pantalla grande.
En la década de 2000, el actor también sufrió una serie de lesiones físicas, muchas en los sets durante las secuencias de acrobacias, que eventualmente requirieron múltiples cirugías en las rodillas, la espalda y las cuerdas vocales.
Participó en algunas series de televisión en los últimos años, pero fue “La Ballena” y su historia de redención lo que le devolvió el estatus de estrella.
Por este papel ganó también un premio del Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG) y un premio de la crítica (Critics Choice Award).
Entre sus proyectos recientes destaca “Ni un paso en falso”, de Steven Soderbergh, y “Killers of the Flower Moon”, de Martin Scorsese, de próximo lanzamiento.
Al llevarse su primer Óscar, Fraser superó a Austin Butler (“Elvis”), Colin Farrell (“Los espíritus de la isla), Paul Mescal (”Aftersun”) y Bill Nighy (“Living”).
Brendan Fraser selló un inesperado regreso a Hollywood al ganar este domingo el Óscar al mejor actor por su poderosa interpretación en el drama “La ballena”.
El actor, que deleitó a millones en los años 1990 con “La momia” y “George de la selva”, conquistó a los votantes de la Academia al encarnar a un profesor obeso que, atormentado por el duelo, come de forma compulsiva.
“Empecé en este negocio hace 30 años, y las cosas no me resultaron fáciles”, afirmó al borde las lágrimas al recibir la estatuilla. “Gracias por este reconocimiento”.
“La Ballena”, de Darren Aronofsky, marca el retorno del actor de 54 años que pausó su carrera en la década del 2000 en medio de una crisis personal y tras haber acusado a una figura de la industria de acoso sexual.
En la cinta, adaptación de una obra de teatro de Samuel D. Hunter, Fraser reaparece irreconocible en la piel de Charlie, un profesor de inglés de 270 kilos, que enseña por videollamada, solo tiene contacto personal con su enfermera y amiga Liz (Hong Chau), y apenas se levanta del sofá.
El drama muestra los intentos de Charlie por reconectarse con su rebelde y distante hija adolescente Ellie, interpretada por Sadie Sink, la joven estrella de la serie “Stranger Things”.
El actor, envuelto en prótesis para simular el sobrepeso, recurre a su voz y a expresiones faciales para transmitir la agonía y la resignación de un ser humano que se siente perdido pero que tiene explosiones de pasión y esperanza.
“Charlie es, de lejos, el hombre más heroico que he interpretado”, dijo Fraser en el estreno mundial de la película en Venecia el año pasado. “Su superpoder es ver lo bueno en los demás y sacarlo”.
Vertiginoso ascenso
De padres canadienses, Fraser nació el 3 de diciembre de 1968 en Indiana, centro de Estados Unidos. El teatro despertó su interés por la actuación desde muy joven, y después de graduarse en el Cornish College para las Artes, en Seattle, Fraser se instaló en Los Ángeles a comienzos de los años 1990.
La ciudad de oropel lo recibió con los brazos abiertos, y no demoró en aparecer en películas, entre ellas “Presunto culpable” (1991), junto a Martin Sheen, y “Hombre de California” (1992), donde interpretó a un cavernícola descongelado por adolescentes.
El alto y carismático actor de ojos claros se convirtió en una figura constante en la pantalla grande, muchas veces con personajes que exploraban mundos desconocidos.
Arrancó lágrimas en “Código de honor” (1992), cosechó risas con “George de la selva” (1997), y sacudió la taquilla con el aventurero Rick O’Conell en “La Momia” (1999), que tuvo dos secuelas.
En 1998, Fraser se casó con la también actriz Afton Smith y tuvieron tres hijos.
Más tarde, protagonizó junto a Liz Hurley una nueva versión de “Al diablo con el diablo” (2000), y tres años después dirigió “Looney Tunes: de nuevo en acción”.
Fraser protagonizó más de 40 largometrajes, entre ellas “Vidas cruzadas” (2004), Óscar a la mejor película, hasta que desapareció de los afiches de Hollywood.
Redención
Fraser explicó en cierta forma su retirada en 2018, cuando acusó a Philip Berk, expresidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), que entrega los Globos de Oro, de haberlo agredido sexualmente en 2003, un episodio que Berk niega.
Pero Fraser ha dicho que el impacto psicológico del presunto ataque, sumado a frustraciones en su carrera y a un publicitado y costoso divorcio de Smith, le pasaron factura, y lo alejaron de la pantalla grande.
En la década de 2000, el actor también sufrió una serie de lesiones físicas, muchas en los sets durante las secuencias de acrobacias, que eventualmente requirieron múltiples cirugías en las rodillas, la espalda y las cuerdas vocales.
Participó en algunas series de televisión en los últimos años, pero fue “La Ballena” y su historia de redención lo que le devolvió el estatus de estrella.
Por este papel ganó también un premio del Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG) y un premio de la crítica (Critics Choice Award).
Entre sus proyectos recientes destaca “Ni un paso en falso”, de Steven Soderbergh, y “Killers of the Flower Moon”, de Martin Scorsese, de próximo lanzamiento.
Al llevarse su primer Óscar, Fraser superó a Austin Butler (“Elvis”), Colin Farrell (“Los espíritus de la isla), Paul Mescal (”Aftersun”) y Bill Nighy (“Living”).