Camila Builes: “En la nueva HJCK queremos romper algunas reglas”
Tras 15 años de silencio, la emisora cultural más antigua de Colombia renace. La nueva propuesta pretende conservar el espíritu de antaño —producir contenido sobre literatura y música clásica— y apuntar a otros frentes: el feminismo y el género. Conversamos con su editora.
WILLIAM MARTÍNEZ
La HJCK tiene una colección solo comparable con la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. ¿Con qué tesoros se ha encontrado?
El archivo de la HJCK es impresionante. Más de 34.000 piezas de audios, fotografías y documentos no solo de la historia del país, sino de la cultura. En la primera exploración que hice del material, junto con Guillermo Aza -la memoria de la HJCK-, encontré la grabación de Borges. Un audio de 45 minutos en el que se registró por primera vez la voz del escritor argentino en Colombia. Álvaro Castaño, fundador de la emisora, le pidió que recitara Soneto a Buenos Aires y a Borges se le olvidó la mitad. Castaño intenta secundarlo, pero como si hubiese un hechizo, también lo olvidó. Todo eso está grabado: se escuchan los pasos cuando Borges abandona el estudio, los suspiros de Castaño. Es hermoso. Hay, además, entrevistas a Jean Paul Sartre, Alejandra Pizarnik, Mario Vargas Llosa, María Mercedes Carranza... Qué puedo decir, las voces más importantes del siglo XX las pudimos escuchar en Colombia gracias a la HJCK. Y ahora podemos volver a ellas en HJCK.com.
La emisora nació en septiembre de 1950 para homenajear a escritores colombianos cuya obra había sido poco estudiada en la prensa cultural. ¿La literatura seguirá ocupando el centro en esta nueva etapa? Me gustaría que hiciera un paneo de lo que se viene.
La literatura seguirá teniendo un papel protagónico en esta nueva etapa. Sin embargo, vamos a apuntarles a otros frentes. El feminismo y el género son dos de nuestras nuevas apuestas. ¿Cómo está afrontando el periodismo estos temas? ¿Cómo los está contando? Creo que nos ha faltado reflexión y nos han sobrado titulares mediáticos. No tenemos miedo de publicar artículos académicos largos, porque, aunque no sean los más vendibles en redes sociales, son absolutamente necesarios en este momento. En la nueva HJCK queremos romper algunas reglas. Los clics son importantes, pero queremos que sean una respuesta a un contenido sesudo. Vamos a tener contenido sobre conflicto, sobre política. No hay temas vetados. Algo que me emociona mucho es que tendremos una sección dedicada a lanzamientos de libros. Los lectores encontrarán allí los primeros capítulos o fragmentos de las novedades literarias. Tenemos desde el primer libro epistolar de Emily Dickinson hasta la reedición de Operación Masacre, del argentino Rodolfo Walsh. Y tendremos una sección dedicada a la memoria de la emisora. No vamos a dejar de ser lo que fuimos. Nos renovamos.
En los años sesenta, la HJCK llegó a tener 48 corresponsales en todo el mundo. Entre ellos Gabriel García Márquez, en Caracas; Eduardo Caballero, en París, y Mario Laserna, en Heildelberg. Si hoy la emisora no está en la capacidad de ser el puerto en Colombia de las vanguardias globales, ¿cuál será su gancho?
En este momento, ningún medio colombiano está en la capacidad económica de tener 48 corresponsales, ¡y menos esos nombres! Pero eso no quiere decir que no vayamos a ser un puerto de las vanguardias en la medida de lo posible. Una de las sorpresas que me llevé cuando llegué a la HJCK es que la mayoría de colaboradores tradicionales quieren seguir haciendo contenidos. Muchos de ellos están fuera del país, como Ricardo Bada, que está en Alemania, y fue uno de los que empezó su carrera literaria con nosotros. La escritora ecuatoriana Gabriela Alemán también forma parte de este nuevo equipo. Hay muchos nombres: por ejemplo, expertos en música clásica de Argentina y España, pero no puedo decirte todo hoy. Como las mejores cosas, vamos a ir soltando nombres de a poco.
“El Malpensante” y “Arcadia” llevan años consolidadas como las principales publicaciones culturales del país. ¿Cómo se abrirán camino? ¿A qué público le apuntarán?
Conozco esta fuente, pues trabajé durante cuatro años en la sección cultural de El Espectador, y sé que Arcadia y El Malpensante tienen un terreno ganado con un muy buen trabajo. Esto sonará muy políticamente correcto, pero es lo que creo: entre más contenido periodístico de calidad se produzca, será una victoria para todos. Especialmente en estos momentos, en los que las noticias falsas y las tendencias insulsas y efímeras parecen que fueran lo único que tiene cabida en las redes sociales y, por ende, lo que consumen las personas.Pero no, sé que no. Sé que hay mucha gente a la que le interesa leer grandes historias, escuchar hermosas canciones. Confío en este oficio. Nosotros somos la emisora cultural más antigua del país; Arcadia y El Malpensante, ni siquiera juntándose, llevan los años que la HJCK lleva en el mercado: soportó la falta de pauta, la llegada de internet, el derrumbe de edificios y su señal jamás se ha apagado. La valentía ha sostenido estas letras. Y vamos a aprovechar eso, aprovecharemos que somos radio y ahora también toda una plataforma web de periodismo narrativo. Nos dirigimos a todo el que quiera leer y escuchar buen contenido.
La gran novedad de este nuevo ciclo es justamente la creación de esa plataforma, que ofrece reportajes, reseñas e incluso un apartado de ficción. Sé que sus principales influencias editoriales son “Cosecha Roja” y “Anfibia”, medios argentinos. ¿Qué tomará de ellosy cuál es el objetivo detrás de ese enfoque?
Antes de pensar el sitio web, hablé con Cristian Alarcón, el director editorial de “Anfibia” y “Cosecha Roja”. Sentía que la HJCK podía ser un buen mix de ambas plataformas, mientras conservábamos nuestra identidad: la música clásica, la literatura y las artes en general. Cuando le conté a Alarcón, me dijo que era muy ambicioso, pero no imposible. Los tomé como referentes porque, como te decía, en estos momentos es indispensable que en las salas de redacción haya un enfoque claro de género y debemos estar a la altura de lo que está pasando con el feminismo. Creo que es una deuda que tenemos los medios de comunicación con las mujeres y hombres que han dado su vida por estas causas y que a veces nosotros, con tal de tener no sé cuántas visitas, pasamos por alto. No queremos ser activistas, eso es clave. Queremos ser conscientes del momento histórico por el que estamos pasando y corresponder con buen periodismo. De ambos medios queremos adoptar el riesgo. La falta de miedo a la hora de elegir una historia y la capacidad periodística a la hora de contarla, de escribirla.
Ustedes tendrán dos charlas en el Festival del Libro Parque 93, que se realizará entre el 7 y el 10 de febrero. ¿Con qué se encontrarán los visitantes?
La primera es el jueves 7 de febrero a las seis de la tarde y vamos hablar sobre periodismo y feminismo. Voy a estar acompañada de cuatro mujeres increíbles: Mariángela Urbina, Viviana Bohórquez, Paola Silva y Helana Calle. Vamos a intentar entender cómo se han contado sucesos como el Me Too, las marchas en defensa del aborto, la llegada de la ultraderecha al poder en países como Colombia, Estados Unidos y Brasil y cómo estos gobiernos amenazan los derechos de las minorías. La otra es el sábado 9, a las cinco de la tarde, y estará a cargo de Mario Jursich, quien rescató las entrevistas más emblemáticas que se hicieron en la HJCK durante el siglo pasado. Las vamos a escuchar en todo el parque y Mario hablará del contexto de cada una: ¿qué estaba pasando en el mundo mientras se hicieron esas entrevistas? Estas charlas representan muy bien lo que es hoy la HJCK.
La primera etapa de la HJCK podría ser recordada como un baúl que conserva pistas sobre el temperamento y la visión de mundo de nuestros grandes poetas (Raúl Gómez Jattin, León de Greiff) y nuestros artistas modernos (Édgar Negret y Luis Caballero). ¿Cómo le gustaría que recordaran el proyecto que usted lidera hoy?
Qué pregunta tan difícil. Todavía creo que es un poco insuperable lo que hizo Álvaro Castaño, a decir verdad. Respeto mucho lo que encontré en la HJCK. Me atrevería a decir dos cosas: quiero que nos recuerden siempre como un medio que no cedió ante la presión de los clics y que siempre conservó su calidad periodística. Y lo otro lo voy a ilustrar con un ejemplo: hay un momento especifico cuando uno está leyendo un libro, viendo una película o escuchando una canción en el que perdemos el aliento. En el que sentimos que valió la pena todo lo que leímos, lo que vimos y lo que escuchamos solo por haber llegado hasta ahí. Hasta ese momento sin aire. Quiero que nos recuerden así: como el lugar donde nos quedábamos sin aliento. Quiero que nos dejen de recordar como la inmensa minoría, porque seremos muchos, todos.
La HJCK tiene una colección solo comparable con la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. ¿Con qué tesoros se ha encontrado?
El archivo de la HJCK es impresionante. Más de 34.000 piezas de audios, fotografías y documentos no solo de la historia del país, sino de la cultura. En la primera exploración que hice del material, junto con Guillermo Aza -la memoria de la HJCK-, encontré la grabación de Borges. Un audio de 45 minutos en el que se registró por primera vez la voz del escritor argentino en Colombia. Álvaro Castaño, fundador de la emisora, le pidió que recitara Soneto a Buenos Aires y a Borges se le olvidó la mitad. Castaño intenta secundarlo, pero como si hubiese un hechizo, también lo olvidó. Todo eso está grabado: se escuchan los pasos cuando Borges abandona el estudio, los suspiros de Castaño. Es hermoso. Hay, además, entrevistas a Jean Paul Sartre, Alejandra Pizarnik, Mario Vargas Llosa, María Mercedes Carranza... Qué puedo decir, las voces más importantes del siglo XX las pudimos escuchar en Colombia gracias a la HJCK. Y ahora podemos volver a ellas en HJCK.com.
La emisora nació en septiembre de 1950 para homenajear a escritores colombianos cuya obra había sido poco estudiada en la prensa cultural. ¿La literatura seguirá ocupando el centro en esta nueva etapa? Me gustaría que hiciera un paneo de lo que se viene.
La literatura seguirá teniendo un papel protagónico en esta nueva etapa. Sin embargo, vamos a apuntarles a otros frentes. El feminismo y el género son dos de nuestras nuevas apuestas. ¿Cómo está afrontando el periodismo estos temas? ¿Cómo los está contando? Creo que nos ha faltado reflexión y nos han sobrado titulares mediáticos. No tenemos miedo de publicar artículos académicos largos, porque, aunque no sean los más vendibles en redes sociales, son absolutamente necesarios en este momento. En la nueva HJCK queremos romper algunas reglas. Los clics son importantes, pero queremos que sean una respuesta a un contenido sesudo. Vamos a tener contenido sobre conflicto, sobre política. No hay temas vetados. Algo que me emociona mucho es que tendremos una sección dedicada a lanzamientos de libros. Los lectores encontrarán allí los primeros capítulos o fragmentos de las novedades literarias. Tenemos desde el primer libro epistolar de Emily Dickinson hasta la reedición de Operación Masacre, del argentino Rodolfo Walsh. Y tendremos una sección dedicada a la memoria de la emisora. No vamos a dejar de ser lo que fuimos. Nos renovamos.
En los años sesenta, la HJCK llegó a tener 48 corresponsales en todo el mundo. Entre ellos Gabriel García Márquez, en Caracas; Eduardo Caballero, en París, y Mario Laserna, en Heildelberg. Si hoy la emisora no está en la capacidad de ser el puerto en Colombia de las vanguardias globales, ¿cuál será su gancho?
En este momento, ningún medio colombiano está en la capacidad económica de tener 48 corresponsales, ¡y menos esos nombres! Pero eso no quiere decir que no vayamos a ser un puerto de las vanguardias en la medida de lo posible. Una de las sorpresas que me llevé cuando llegué a la HJCK es que la mayoría de colaboradores tradicionales quieren seguir haciendo contenidos. Muchos de ellos están fuera del país, como Ricardo Bada, que está en Alemania, y fue uno de los que empezó su carrera literaria con nosotros. La escritora ecuatoriana Gabriela Alemán también forma parte de este nuevo equipo. Hay muchos nombres: por ejemplo, expertos en música clásica de Argentina y España, pero no puedo decirte todo hoy. Como las mejores cosas, vamos a ir soltando nombres de a poco.
“El Malpensante” y “Arcadia” llevan años consolidadas como las principales publicaciones culturales del país. ¿Cómo se abrirán camino? ¿A qué público le apuntarán?
Conozco esta fuente, pues trabajé durante cuatro años en la sección cultural de El Espectador, y sé que Arcadia y El Malpensante tienen un terreno ganado con un muy buen trabajo. Esto sonará muy políticamente correcto, pero es lo que creo: entre más contenido periodístico de calidad se produzca, será una victoria para todos. Especialmente en estos momentos, en los que las noticias falsas y las tendencias insulsas y efímeras parecen que fueran lo único que tiene cabida en las redes sociales y, por ende, lo que consumen las personas.Pero no, sé que no. Sé que hay mucha gente a la que le interesa leer grandes historias, escuchar hermosas canciones. Confío en este oficio. Nosotros somos la emisora cultural más antigua del país; Arcadia y El Malpensante, ni siquiera juntándose, llevan los años que la HJCK lleva en el mercado: soportó la falta de pauta, la llegada de internet, el derrumbe de edificios y su señal jamás se ha apagado. La valentía ha sostenido estas letras. Y vamos a aprovechar eso, aprovecharemos que somos radio y ahora también toda una plataforma web de periodismo narrativo. Nos dirigimos a todo el que quiera leer y escuchar buen contenido.
La gran novedad de este nuevo ciclo es justamente la creación de esa plataforma, que ofrece reportajes, reseñas e incluso un apartado de ficción. Sé que sus principales influencias editoriales son “Cosecha Roja” y “Anfibia”, medios argentinos. ¿Qué tomará de ellosy cuál es el objetivo detrás de ese enfoque?
Antes de pensar el sitio web, hablé con Cristian Alarcón, el director editorial de “Anfibia” y “Cosecha Roja”. Sentía que la HJCK podía ser un buen mix de ambas plataformas, mientras conservábamos nuestra identidad: la música clásica, la literatura y las artes en general. Cuando le conté a Alarcón, me dijo que era muy ambicioso, pero no imposible. Los tomé como referentes porque, como te decía, en estos momentos es indispensable que en las salas de redacción haya un enfoque claro de género y debemos estar a la altura de lo que está pasando con el feminismo. Creo que es una deuda que tenemos los medios de comunicación con las mujeres y hombres que han dado su vida por estas causas y que a veces nosotros, con tal de tener no sé cuántas visitas, pasamos por alto. No queremos ser activistas, eso es clave. Queremos ser conscientes del momento histórico por el que estamos pasando y corresponder con buen periodismo. De ambos medios queremos adoptar el riesgo. La falta de miedo a la hora de elegir una historia y la capacidad periodística a la hora de contarla, de escribirla.
Ustedes tendrán dos charlas en el Festival del Libro Parque 93, que se realizará entre el 7 y el 10 de febrero. ¿Con qué se encontrarán los visitantes?
La primera es el jueves 7 de febrero a las seis de la tarde y vamos hablar sobre periodismo y feminismo. Voy a estar acompañada de cuatro mujeres increíbles: Mariángela Urbina, Viviana Bohórquez, Paola Silva y Helana Calle. Vamos a intentar entender cómo se han contado sucesos como el Me Too, las marchas en defensa del aborto, la llegada de la ultraderecha al poder en países como Colombia, Estados Unidos y Brasil y cómo estos gobiernos amenazan los derechos de las minorías. La otra es el sábado 9, a las cinco de la tarde, y estará a cargo de Mario Jursich, quien rescató las entrevistas más emblemáticas que se hicieron en la HJCK durante el siglo pasado. Las vamos a escuchar en todo el parque y Mario hablará del contexto de cada una: ¿qué estaba pasando en el mundo mientras se hicieron esas entrevistas? Estas charlas representan muy bien lo que es hoy la HJCK.
La primera etapa de la HJCK podría ser recordada como un baúl que conserva pistas sobre el temperamento y la visión de mundo de nuestros grandes poetas (Raúl Gómez Jattin, León de Greiff) y nuestros artistas modernos (Édgar Negret y Luis Caballero). ¿Cómo le gustaría que recordaran el proyecto que usted lidera hoy?
Qué pregunta tan difícil. Todavía creo que es un poco insuperable lo que hizo Álvaro Castaño, a decir verdad. Respeto mucho lo que encontré en la HJCK. Me atrevería a decir dos cosas: quiero que nos recuerden siempre como un medio que no cedió ante la presión de los clics y que siempre conservó su calidad periodística. Y lo otro lo voy a ilustrar con un ejemplo: hay un momento especifico cuando uno está leyendo un libro, viendo una película o escuchando una canción en el que perdemos el aliento. En el que sentimos que valió la pena todo lo que leímos, lo que vimos y lo que escuchamos solo por haber llegado hasta ahí. Hasta ese momento sin aire. Quiero que nos recuerden así: como el lugar donde nos quedábamos sin aliento. Quiero que nos dejen de recordar como la inmensa minoría, porque seremos muchos, todos.