“Challengers”: ¿Qué hace buena a una película?
La película dirigida por Luca Guadagnino y protagonizada por Zendaya, acaba de ser nominada a cuatro Premios Globo de Oro: Mejor película - comedia o musical, Mejor actriz principal, Mejor banda sonora y Mejor canción original. A través de la historia de Tashi, la entrenadora de tenis que conduce la historia, se analizan las particularidades de las postulaciones.
Alejandra Cuberos Gómez
Cuando Challengers (Desafiantes) se estrenó en cines a mediados del año que ahora se acaba, causó revuelo en las redes sociales. No era una sorpresa para nadie, ya que todo lo que toca Zendaya tiene este poder. Además, desde el momento en que vimos el tráiler de la tan esperada nueva película de Luca Guadagnino sabíamos que nos esperaba algo impactante, como las anteriores cintas del director. Estábamos impacientes, expectantes, y de repente todo se esfumó. Nos quedamos impacientes, hasta que la impaciencia se acabó, y simplemente nos quedamos. El revuelo causado por la película se acabó con su estreno, y nuestra mente se impacientó por otras novedades. Ahora, a final de año, que ya estamos a la espera de la nueva película de Guadagnino, Queer, protagonizada por Daniel Craig, debemos revisitar a su predecesora, la cual, para sorpresa de muchos, acaba de ser nominada para múltiples Globos de Oro.
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Cuando Challengers (Desafiantes) se estrenó en cines a mediados del año que ahora se acaba, causó revuelo en las redes sociales. No era una sorpresa para nadie, ya que todo lo que toca Zendaya tiene este poder. Además, desde el momento en que vimos el tráiler de la tan esperada nueva película de Luca Guadagnino sabíamos que nos esperaba algo impactante, como las anteriores cintas del director. Estábamos impacientes, expectantes, y de repente todo se esfumó. Nos quedamos impacientes, hasta que la impaciencia se acabó, y simplemente nos quedamos. El revuelo causado por la película se acabó con su estreno, y nuestra mente se impacientó por otras novedades. Ahora, a final de año, que ya estamos a la espera de la nueva película de Guadagnino, Queer, protagonizada por Daniel Craig, debemos revisitar a su predecesora, la cual, para sorpresa de muchos, acaba de ser nominada para múltiples Globos de Oro.
¿Qué hace que una película sea digna de una nominación a los premios más prestigiosos de la industria? Es difícil saberlo con certeza. Muchas veces, antes incluso de que la película llegue a las salas de cine, sabemos que va a ser parte de ese selecto grupo. Tiene “algo”. Una dirección magistral, un guion que detiene el tiempo, actores que desafían los límites de su oficio, una fotografía que queda tatuada en el lóbulo frontal del espectador, una banda sonora que es capaz de controlar la respiración. Curiosamente, Challengers tiene todos estos elementos, y todos se manifiestan en los primeros treinta minutos de la cinta, y luego, se congelan. Como si al teclado se le hubiera quedado atascada una de sus teclas, y en lugar de tratar de desatascarla, simplemente la seguimos oprimiendo con más fuerza.
El tenis es un deporte fascinante. Tal y como lo dice Tashi, interpretada por Zendaya, en sus primeros diálogos, funciona como una relación. En un partido de tenis, los jugadores no llegan nunca a tocarse, los separa la red y varios metros. Pero de alguna forma, la tensión que se genera alrededor de cada punto hace que el contacto sea palpable. Esto es lo que sucede al principio de Challengers, la cancha está dispuesta, estamos listos para ver esta explosión de energía, cuando de repente el partido se detiene. Es como si uno de los jugadores se hubiera ido al baño, el partido se enfría, y nosotros nos quedamos viendo la repetición de la última jugada una y otra vez.
Sucede en el momento en que Tashi se lesiona. Ella deja de poder jugar el deporte que ama, entonces empieza a enfocar sus energías en jugar con los jugadores que aún pueden jugarlo. Pero ya sabemos lo que va a pasar, ya sabemos que Tashi va a vivir su carrera a través de Art, quien solo vive para complacerla, mientras que Patrick sigue ganando su atención tal y como lo hizo cuando se conocieron. Esto se repite en distintas etapas de la vida de los tres, hasta que se encuentran en el partido final, el cual estamos viviendo desde el inicio de la película. Challengers se vuelve entonces una película frustrante, que nos promete una explosión que parece nunca llegar, pero después de darle muchas vueltas, y pensar en la expectativa que la película tuvo y su recibimiento fugaz, creo que es ahí precisamente donde está el error.
Todo lo que Zendaya toca causa revuelo. Antes de ver la película sabíamos que la talentosa actriz iba a estar en el centro de un candente triángulo amoroso, y la promoción de la película nos preparó para esto, con la imagen de Art y Patrick besando a Tashi en el cuello, la cual hizo que las salas de cine se llenarán. Pero los triángulos tienen tres lados, no hay una persona en el centro, y no hay que olvidar quiénes están jugando el partido que domina la narrativa. Sí, hay una línea que conecta a Tashi con Patrick, y otra que conecta a Tashi con Art, pero hay también una línea que conecta a Patrick con Art, y es ahí donde está el potencial de la película.
La imagen promocional nos da una pista de esto. Vemos a Tashi viendo el partido, y en los lentes de sus gafas están reflejados los jugadores. Al igual que Tashi, a ellos es a quienes deberíamos estar mirando. No hay que olvidar que son ellos el primer lado constituido de ese triángulo, su primera experiencia sexual fue con el otro. Es fácil olvidarse de esa relación cuando gran parte de la película se enfoca en el tercer vértice del triángulo. Pero si iniciamos la historia con el contacto entre ellos dos, al final del partido en el que eran compañeros, tiene sentido entonces que se termine con el reencuentro de aquel contacto.
¿Qué hace entonces a Challengers merecedora de una nominación a los Globos de Oro? La lectura que se le dé. Es ahí donde las campañas de expectativa y los grandes nombres pueden llegar a traicionar a un producto, generando el humo que nos impide ver la obra. Es una lástima que Art y Patrick hayan sido catalogados como personajes secundarios de su propia historia, poniendo una presión en Tashi para canalizar una tensión y deseo que no le pertenecían. Pero como cualquier evento cinematográfico, el fracaso está en la indiferencia, y Challengers genera todo menos indiferencia. No es casualidad que sigamos hablando de ella meses después de su estreno. Si merece ganar es una discusión que probablemente requiere mayor detenimiento. Pero por el momento podemos aceptar que comparta una nominación con otros gigantes, porque una buena película es aquella que trasciende la pantalla y, de cierta forma, Challengers lo hizo.