“Cher y el elefante más solitario”, un rescate casi imposible
El documental, producido por Phil Fairclough y Mike Kemp, muestra el proceso detrás de la liberación de Kaavan, un elefante que duró más de dos décadas cautivo en un zoológico de Pakistán, que la cantante estadounidense ayudó a rescatar.
Daniela Suárez Zuluaga
Durante varias décadas, Kaavan fue una de las atracciones principales del zoológico de Marghazarm, en Pakistán. Mientras el público gritaba su nombre, él saludaba con la trompa mirando a sus espectadores, porque si no lo hacía, sus cuidadores le clavaban ganchos como castigo.
Pero ¿cómo llegó Kaavan al zoológico? Por el capricho de una niña. El líder militar pakistaní Ziaul Haq tenía una hija llamada Zain Zi. En la década de los 80, le dijo a su padre que quería un elefante para que fuera su amigo, y tiempo después, en el patio de su casa, apareció Kaavan. En ese entonces era pequeño, pero Hag le advirtió a su hija que cuando el elefante creciera debía estar en el zoológico.
Y así fue como Kaavan terminó prisionero de la crueldad y el maltrato. Treinta años después, se convirtió en un elefante obeso y depresivo. Saheli, su único compañero, murió en 2012 a causa de una gangrena fatal, y desde entonces, con cadenas en las patas, Kaavan estuvo solo casi una década caminando hacia delante y hacia atrás. Los turistas solían llamarlo “el elefante bailarín”, pero nunca pensaron que ese “baile” era la forma en la que expresaba su desesperación después de estar veinte años encadenado.
Cher y #FreeKaavan
Un día, la veterinaria Samar Khan y un grupo de especialistas visitaron el zoológico, y a ella le llamó la atención lo que estaba pasando allí. Impactada por las condiciones en las que vivía el elefante y su estado físico, creó el hashtag #FreeKaavan. “Los elefantes son animales muy sociales e inteligentes, y ver a Kaavan completamente solo en ese estado me conmovió el alma”, cuenta Khan en el documental.
El hashtag, que se hizo viral en todas las redes sociales, llegó hasta la cantante y actriz Cher, y a partir de ese momento empezó el rescate. Como era de esperarse, documentar todo en video no iba a ser nada fácil, y los productores lo sabían. “Tratar de obtener visas para ambos países fue extremadamente difícil. El mayor desafío fue cuando mi director se contagió de COVID-19 en Pakistán durante la filmación, pero se recuperó solo para ser examinado de nuevo a su llegada a Camboya”, contó Mike Kemp, uno de los productores del documental.
La logística del rescate
Después de varias trabas que la pandemia impuso, estaba todo listo: la jaula, el avión de carga y el camión que llevaría a Kaavan a su nuevo hogar. Su temperamento fue un problema en varias ocasiones, pues el estrés lo había vuelto agresivo… y era de esperarse. El elefante ya había matado a dos de sus cuidadores, pero el vínculo que Amir Khalil, veterinario líder de Four Paws International, había logrado forjar con Kaavan durante los meses que estuvieron juntos fue mágico, y eso ayudó a que estuviera más tranquilo cuando llegó el día de sacarlo del zoológico.
Con grúas y maquinaria, lograron meter a Kaavan en la jaula después de sedarlo un poco y finalmente lograron llevarlo al avión. El reto era que se mantuviera de pie durante las siete horas de vuelo, porque si se acostaba, el avión podría sobrecargarse y caerse con todo el equipo dentro.
Fueron siete horas de incertidumbre. Khalil no se separó del elefante en ningún momento, le hablaba, jugaba con él y hacía todo lo que estuviera a su alcance para que no se quedara dormido y pusiera en peligro su vida y la de todos los demás.
De Pakistán a Camboya
El grupo tuvo que superar una serie de desafíos abrumadores para transportar un elefante de cuatro toneladas por más de 3.700 km, en medio de una pandemia mundial. Pero todo el esfuerzo valdría la pena… en Camboya lo esperaba un hogar lleno de naturaleza, un santuario donde habitaban muchos como él.
Antes de llegar al avión, hubo mucha incertidumbre. Pusieron al elefante a dieta y construyeron una jaula que fuera lo suficientemente fuerte para poder llevarlo siete horas en avión hasta Camboya, y cuatro horas más en camión hasta el santuario. Sin importar la pandemia, Cher decidió estar presente en cuerpo y alma en la liberación del elefante, brindando todo el apoyo que fuera necesario. Cher y su equipo ya habían aterrizado en Camboya, y estaban esperando impacientes la llegada de Kaavan. “Cuando llegué me costó creer que lo habíamos logrado, que por fin, después de décadas, se liberó. Fue maravilloso”, contó Cher.
Cuando por fin el elefante logró llegar al santuario después de más de diez horas de viaje, el agradecimiento se veía en sus ojos. Entre lágrimas, todo el equipo celebró la llegada de Kaavan… podían dormir tranquilos por primera vez en mucho tiempo, teniendo la certeza de que el elefante estaba a salvo.
El papel de Cher
“Cher también es productora ejecutiva del programa y ha hecho una contribución creativa muy significativa e importante. El título del documental , Cher y el elefante más solitario se le ocurrió a ella. Pasamos por muchos títulos y Cher estaba muy apasionada por conseguir uno que se sintiera emotivo y levantara el ánimo”, comenta Phil Fairclough, coproductor del proyecto.
Además de todo lo que estaba haciendo el equipo de Four Paws International, el apoyo en redes sociales era cada vez mayor. Cher y otros activistas crearon la campaña #FreeTheWild, que recibió apoyo en todas partes del mundo. Además, por esos tiempos la cantante lanzó “Walls”, una canción que compuso inspirada en Kaavan. “Cher estuvo involucrada en ayudar a #FreeKaavan mucho antes de que existiera la posibilidad de hacer un documental. Ella se comprometió a hacer que esto sucediera, independientemente de si iba salir en televisión o no, y cuando tienes ese tipo de compromiso de alguien con un perfil tan alto, hace una gran diferencia, porque todos pueden ver que es genuina a la hora de ayudar”, comenta Khan.
Finalmente, el quipo reconoció que el rescate no hubiera sido posible sin Cher y todo su equipo de trabajo, y agradecen que, después de tantos años de intentar rescatarlo, Kaavan está gozando de su plena libertad.
Durante varias décadas, Kaavan fue una de las atracciones principales del zoológico de Marghazarm, en Pakistán. Mientras el público gritaba su nombre, él saludaba con la trompa mirando a sus espectadores, porque si no lo hacía, sus cuidadores le clavaban ganchos como castigo.
Pero ¿cómo llegó Kaavan al zoológico? Por el capricho de una niña. El líder militar pakistaní Ziaul Haq tenía una hija llamada Zain Zi. En la década de los 80, le dijo a su padre que quería un elefante para que fuera su amigo, y tiempo después, en el patio de su casa, apareció Kaavan. En ese entonces era pequeño, pero Hag le advirtió a su hija que cuando el elefante creciera debía estar en el zoológico.
Y así fue como Kaavan terminó prisionero de la crueldad y el maltrato. Treinta años después, se convirtió en un elefante obeso y depresivo. Saheli, su único compañero, murió en 2012 a causa de una gangrena fatal, y desde entonces, con cadenas en las patas, Kaavan estuvo solo casi una década caminando hacia delante y hacia atrás. Los turistas solían llamarlo “el elefante bailarín”, pero nunca pensaron que ese “baile” era la forma en la que expresaba su desesperación después de estar veinte años encadenado.
Cher y #FreeKaavan
Un día, la veterinaria Samar Khan y un grupo de especialistas visitaron el zoológico, y a ella le llamó la atención lo que estaba pasando allí. Impactada por las condiciones en las que vivía el elefante y su estado físico, creó el hashtag #FreeKaavan. “Los elefantes son animales muy sociales e inteligentes, y ver a Kaavan completamente solo en ese estado me conmovió el alma”, cuenta Khan en el documental.
El hashtag, que se hizo viral en todas las redes sociales, llegó hasta la cantante y actriz Cher, y a partir de ese momento empezó el rescate. Como era de esperarse, documentar todo en video no iba a ser nada fácil, y los productores lo sabían. “Tratar de obtener visas para ambos países fue extremadamente difícil. El mayor desafío fue cuando mi director se contagió de COVID-19 en Pakistán durante la filmación, pero se recuperó solo para ser examinado de nuevo a su llegada a Camboya”, contó Mike Kemp, uno de los productores del documental.
La logística del rescate
Después de varias trabas que la pandemia impuso, estaba todo listo: la jaula, el avión de carga y el camión que llevaría a Kaavan a su nuevo hogar. Su temperamento fue un problema en varias ocasiones, pues el estrés lo había vuelto agresivo… y era de esperarse. El elefante ya había matado a dos de sus cuidadores, pero el vínculo que Amir Khalil, veterinario líder de Four Paws International, había logrado forjar con Kaavan durante los meses que estuvieron juntos fue mágico, y eso ayudó a que estuviera más tranquilo cuando llegó el día de sacarlo del zoológico.
Con grúas y maquinaria, lograron meter a Kaavan en la jaula después de sedarlo un poco y finalmente lograron llevarlo al avión. El reto era que se mantuviera de pie durante las siete horas de vuelo, porque si se acostaba, el avión podría sobrecargarse y caerse con todo el equipo dentro.
Fueron siete horas de incertidumbre. Khalil no se separó del elefante en ningún momento, le hablaba, jugaba con él y hacía todo lo que estuviera a su alcance para que no se quedara dormido y pusiera en peligro su vida y la de todos los demás.
De Pakistán a Camboya
El grupo tuvo que superar una serie de desafíos abrumadores para transportar un elefante de cuatro toneladas por más de 3.700 km, en medio de una pandemia mundial. Pero todo el esfuerzo valdría la pena… en Camboya lo esperaba un hogar lleno de naturaleza, un santuario donde habitaban muchos como él.
Antes de llegar al avión, hubo mucha incertidumbre. Pusieron al elefante a dieta y construyeron una jaula que fuera lo suficientemente fuerte para poder llevarlo siete horas en avión hasta Camboya, y cuatro horas más en camión hasta el santuario. Sin importar la pandemia, Cher decidió estar presente en cuerpo y alma en la liberación del elefante, brindando todo el apoyo que fuera necesario. Cher y su equipo ya habían aterrizado en Camboya, y estaban esperando impacientes la llegada de Kaavan. “Cuando llegué me costó creer que lo habíamos logrado, que por fin, después de décadas, se liberó. Fue maravilloso”, contó Cher.
Cuando por fin el elefante logró llegar al santuario después de más de diez horas de viaje, el agradecimiento se veía en sus ojos. Entre lágrimas, todo el equipo celebró la llegada de Kaavan… podían dormir tranquilos por primera vez en mucho tiempo, teniendo la certeza de que el elefante estaba a salvo.
El papel de Cher
“Cher también es productora ejecutiva del programa y ha hecho una contribución creativa muy significativa e importante. El título del documental , Cher y el elefante más solitario se le ocurrió a ella. Pasamos por muchos títulos y Cher estaba muy apasionada por conseguir uno que se sintiera emotivo y levantara el ánimo”, comenta Phil Fairclough, coproductor del proyecto.
Además de todo lo que estaba haciendo el equipo de Four Paws International, el apoyo en redes sociales era cada vez mayor. Cher y otros activistas crearon la campaña #FreeTheWild, que recibió apoyo en todas partes del mundo. Además, por esos tiempos la cantante lanzó “Walls”, una canción que compuso inspirada en Kaavan. “Cher estuvo involucrada en ayudar a #FreeKaavan mucho antes de que existiera la posibilidad de hacer un documental. Ella se comprometió a hacer que esto sucediera, independientemente de si iba salir en televisión o no, y cuando tienes ese tipo de compromiso de alguien con un perfil tan alto, hace una gran diferencia, porque todos pueden ver que es genuina a la hora de ayudar”, comenta Khan.
Finalmente, el quipo reconoció que el rescate no hubiera sido posible sin Cher y todo su equipo de trabajo, y agradecen que, después de tantos años de intentar rescatarlo, Kaavan está gozando de su plena libertad.