Christopher Doyle: “El cine es como el feng shui”
El director de fotografía, uno de los colaboradores de Wong Kar Way, habla de la importancia de este realizador asiático, que forma parte del ciclo de cine estrenado por la plataforma Mubi, en la Cinemateca de Bogotá y en el MAMM de Medellín.
Usted ha trabajado con grandes maestros del cine como Edward Yang, Gus Van Sant, Jim Jarmusch y Wong Kar Wai, ¿qué los cautivó a ellos para que lo escogieran como parte de su equipo?
Estoy seguro de que todos se arrepienten de su elección... (Risas). Lo interesante es que todos éramos amigos antes de hacer películas, e incluso mucho antes de hacer películas juntos. Creo que la comprensión de nuestras personalidades, debilidades y fortalezas nos ha dado un espacio para “ceder y tomar”, un espacio para confiar y desafiarse unos a otros, sin ego, ni dinero, ni horario, ni productores interesados. Creo que solo hay que hacer películas con gente que te importa.
¿Cómo ve el futuro del cine en una sociedad pospandémica? ¿Cree que las películas seguirán disfrutándose en los cines de forma presencial?
En algún momento, a principios del siglo XX, la gente predijo “la muerte de la pintura”. Es un hecho que el COVID-19 ha hecho más difíciles las experiencias sociales, como salir a comer con amigos, disfrutar de un concierto de rock o ir al cine. Sin embargo, tenemos que encontrar la forma de poder compartir para sentirnos parte de una comunidad que va más allá de lo digital. Las redes sociales nos conectan de una forma especial, pero sentarse en un cine con otras personas nos conecta visceral, físicamente y de una forma que solo las experiencias compartidas pueden lograr.
¿Qué opina del creciente consumo de cine en plataformas digitales?
Creo que cada vez más personas se están volviendo “visualmente ilustradas”, porque están haciendo sus propias películas a su propio modo, están entendiendo mejor la luz y el color, aprenden a encontrar su propia voz, a expresar lo que ven y lo que sienten. Así que nosotros, los llamados profesionales, tenemos el desafío de hacerlo mejor, más personal y elegante de lo que lo hubiéramos podido hacer sin estas nuevas energías.
¿Por qué decidió radicarse en Hong Kong y cómo se refleja su visión de esta ciudad en las películas del director Wong Kar Wai, con quien trabajó de la mano?
Para mí el cine es como el feng shui, se trata de cómo nos relacionamos con el espacio en el que vivimos o las posibilidades que sugiere un espacio. Hong Kong nos ha dado mucho, a Wong Kar Wai y al público del mundo.
¿Cómo define la experiencia de trabajar con Wong Kar Wai?
Dar y tomar. En su cabeza él tiene mucho más de lo que yo tengo, pero he vivido de manera diferente. Así que tal vez nos felicitamos mutuamente, como debería suceder en un buen matrimonio.
¿Cuál es el mejor regalo que le ha dado Wong Kar Wai?
El mejor regalo que me hizo Wong Kar Wai fue la pregunta: “¿es eso todo lo que puedes hacer, Chris?”. A menudo, después de un largo día y de dormir poco en habitaciones muy calientes, respondo: “Sí, en este momento esto es todo lo que puedo hacer”. Me he quedado sin energía, sin ideas de cómo mejorar la escena, moverme más rápido o celebrar las ideas de otra manera. Sin embargo, luego reflexiono sobre el interrogante y tal vez no he pensado en la idea, o tal vez deberíamos iluminar el espacio de una manera diferente, o tal vez debería dejarlo ir, dejarlo pasar, dar un paso atrás y dejar que la película se haga como se merece.
¿Cuál considera que es su contribución a las películas de Wong Kar Wai?
Cometer los errores que terminan por mostrarnos algo que en principio no hubiéramos creído posible.
¿Cuál es su enfoque en el set? ¿Se centra en el punto de vista del personaje, o tal vez en la forma en la que le gusta grabar un lugar?
El set es el espacio de la película. Para algunas personas es un espacio en su cabeza que necesitan crear y controlar para realizar su visión. Prefiero trabajar desde lo que hay: la luz, los colores. Cómo la gente realmente se involucra en el espacio. El espacio es como un guion, como un plano, nos centra, nos da una base para trabajar. Luego todo lo que imaginemos, o cualquier forma en la que iluminemos el espacio, o cualquier forma en la que un actor interprete el mundo sobre la película, son de alguna forma aspectos sólidos y al mismo tiempo libres de ir a donde sientan que pueden ir. El espacio de la película es lo que hace que la cinta sea relevante, y lo que conecta con el público.
Usted habla del “baile en el movimiento de la cámara”. ¿Es algo que aplica en la mayoría de sus películas?
Claro que sí. Tengo que estar cerca de los actores para celebrar su energía. Para hacerles sentir que estoy allí para ellos. Saber que nos cuidamos el uno al otro, para que el público se comprometa como nosotros lo estamos.
Usted ha trabajado con grandes maestros del cine como Edward Yang, Gus Van Sant, Jim Jarmusch y Wong Kar Wai, ¿qué los cautivó a ellos para que lo escogieran como parte de su equipo?
Estoy seguro de que todos se arrepienten de su elección... (Risas). Lo interesante es que todos éramos amigos antes de hacer películas, e incluso mucho antes de hacer películas juntos. Creo que la comprensión de nuestras personalidades, debilidades y fortalezas nos ha dado un espacio para “ceder y tomar”, un espacio para confiar y desafiarse unos a otros, sin ego, ni dinero, ni horario, ni productores interesados. Creo que solo hay que hacer películas con gente que te importa.
¿Cómo ve el futuro del cine en una sociedad pospandémica? ¿Cree que las películas seguirán disfrutándose en los cines de forma presencial?
En algún momento, a principios del siglo XX, la gente predijo “la muerte de la pintura”. Es un hecho que el COVID-19 ha hecho más difíciles las experiencias sociales, como salir a comer con amigos, disfrutar de un concierto de rock o ir al cine. Sin embargo, tenemos que encontrar la forma de poder compartir para sentirnos parte de una comunidad que va más allá de lo digital. Las redes sociales nos conectan de una forma especial, pero sentarse en un cine con otras personas nos conecta visceral, físicamente y de una forma que solo las experiencias compartidas pueden lograr.
¿Qué opina del creciente consumo de cine en plataformas digitales?
Creo que cada vez más personas se están volviendo “visualmente ilustradas”, porque están haciendo sus propias películas a su propio modo, están entendiendo mejor la luz y el color, aprenden a encontrar su propia voz, a expresar lo que ven y lo que sienten. Así que nosotros, los llamados profesionales, tenemos el desafío de hacerlo mejor, más personal y elegante de lo que lo hubiéramos podido hacer sin estas nuevas energías.
¿Por qué decidió radicarse en Hong Kong y cómo se refleja su visión de esta ciudad en las películas del director Wong Kar Wai, con quien trabajó de la mano?
Para mí el cine es como el feng shui, se trata de cómo nos relacionamos con el espacio en el que vivimos o las posibilidades que sugiere un espacio. Hong Kong nos ha dado mucho, a Wong Kar Wai y al público del mundo.
¿Cómo define la experiencia de trabajar con Wong Kar Wai?
Dar y tomar. En su cabeza él tiene mucho más de lo que yo tengo, pero he vivido de manera diferente. Así que tal vez nos felicitamos mutuamente, como debería suceder en un buen matrimonio.
¿Cuál es el mejor regalo que le ha dado Wong Kar Wai?
El mejor regalo que me hizo Wong Kar Wai fue la pregunta: “¿es eso todo lo que puedes hacer, Chris?”. A menudo, después de un largo día y de dormir poco en habitaciones muy calientes, respondo: “Sí, en este momento esto es todo lo que puedo hacer”. Me he quedado sin energía, sin ideas de cómo mejorar la escena, moverme más rápido o celebrar las ideas de otra manera. Sin embargo, luego reflexiono sobre el interrogante y tal vez no he pensado en la idea, o tal vez deberíamos iluminar el espacio de una manera diferente, o tal vez debería dejarlo ir, dejarlo pasar, dar un paso atrás y dejar que la película se haga como se merece.
¿Cuál considera que es su contribución a las películas de Wong Kar Wai?
Cometer los errores que terminan por mostrarnos algo que en principio no hubiéramos creído posible.
¿Cuál es su enfoque en el set? ¿Se centra en el punto de vista del personaje, o tal vez en la forma en la que le gusta grabar un lugar?
El set es el espacio de la película. Para algunas personas es un espacio en su cabeza que necesitan crear y controlar para realizar su visión. Prefiero trabajar desde lo que hay: la luz, los colores. Cómo la gente realmente se involucra en el espacio. El espacio es como un guion, como un plano, nos centra, nos da una base para trabajar. Luego todo lo que imaginemos, o cualquier forma en la que iluminemos el espacio, o cualquier forma en la que un actor interprete el mundo sobre la película, son de alguna forma aspectos sólidos y al mismo tiempo libres de ir a donde sientan que pueden ir. El espacio de la película es lo que hace que la cinta sea relevante, y lo que conecta con el público.
Usted habla del “baile en el movimiento de la cámara”. ¿Es algo que aplica en la mayoría de sus películas?
Claro que sí. Tengo que estar cerca de los actores para celebrar su energía. Para hacerles sentir que estoy allí para ellos. Saber que nos cuidamos el uno al otro, para que el público se comprometa como nosotros lo estamos.