La declaración de guerra de Dago García
Pese a que las más recientes producciones del director y productor de cine y televisión son de lo más visto en Netflix, aún hay cuestionamientos al cine que propone para la industria. “Los límites entre el cine y la televisión se rompieron y en TV, si no tienes al gran público, no existes”, dice. En entrevista para El Espectador cuenta cuál es la película que aún sueña hacer.
Joseph Casañas Angulo
En tres meses, el productor y director de cine y televisión Dago García estrenó cinco producciones. La publicación frenética de contenido es la forma con la que libra la guerra por el gran público en la industria audiovisual. El último hombre sobre la Tierra llegó a salas de cine el 25 de diciembre del año pasado; La primera vez se publicó en Netflix el 15 de febrero; El actor, el director y la guionista salió a cartelera el 23 de enero y las obras de teatro Hombre con hombre, mujer con mujer e Historia ilustrada del sexo se estrenaron el 13 de enero y 17 de febrero respectivamente.
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En tres meses, el productor y director de cine y televisión Dago García estrenó cinco producciones. La publicación frenética de contenido es la forma con la que libra la guerra por el gran público en la industria audiovisual. El último hombre sobre la Tierra llegó a salas de cine el 25 de diciembre del año pasado; La primera vez se publicó en Netflix el 15 de febrero; El actor, el director y la guionista salió a cartelera el 23 de enero y las obras de teatro Hombre con hombre, mujer con mujer e Historia ilustrada del sexo se estrenaron el 13 de enero y 17 de febrero respectivamente.
“Hoy en día en la industria audiovisual hay demasiada oferta. Mucho contenido audiovisual circulando en el cine y en las plataformas de TV. Por eso hemos tenido que optar por una estrategia diferente, que es tratar de crecer en volumen de producción para poder sostener una economía y una continuidad. Estrenamos mucho y esperamos que un alto porcentaje de lo que estrenamos le vaya bien. Esa es la nueva realidad y toca competir de esa manera”, dice en entrevista para El Espectador.
Según dice, esa forma de disputarse el mercado es una enseñanza de los grandes estudios de producción estadounidenses. “Ellos funcionan con el famoso 7-3, según el cual para que el ejercicio sea exitoso se necesita que de 10 proyectos funcionen tres. Eso viene mucho del béisbol, donde se supone que un bateador que va 10 veces al bate, si conecta tres veces, tiene muy buen promedio”.
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Los números muestran que a García la estrategia le está funcionando. La primera vez ha permanecido por cinco semanas consecutivas en el alto de las series más vistas en Colombia, Chile, México, Perú, Ecuador, Guatemala, Honduras, El Salvador, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y Venezuela. Además, logró ingresar al top 10 global de esta plataforma.
El último hombre sobre la Tierra debutó liderando la lista de las películas más vistas en Colombia y permaneció en el primer lugar durante toda la semana. La comedia, cuyo guion fue escrito por García y es protagonizada por John Álex Toro y Laura Acuña, entró al top 10 de varios países de Latinoamérica, como Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.
Sin embargo, la crítica pega un brinco y pasa la valla cuantitativa para analizar su trabajo de forma cualitativa y con esa óptica sus producciones han recibido duros cuestionamientos desde el estreno de El carro, en 2003. A Dago García, se lee en una reseña publicada en Diners, se le ha cuestionado porque siempre va por lo seguro, porque no arriesga mucho a ser menos popular y menos televisivo y porque sus películas son caricaturas extremas de los colombianos.
André Didyme-Dóme, profesor de la Escuela Nacional de Cine y crítico de cine para la revista Rolling Stone en español, dice que el guionista y productor “hace parte de esa polarización que existe en el cine colombiano donde las películas o son ligeras comedias o son parte de un cine profundo, filosófico, sociológico y de reflexión que no tiene el mismo éxito de las comedias ligeras. Dago García es la evidencia de que hace falta un punto medio entre esas comedias ligeras y esas películas refinadas que, de hecho, son su gusto”.
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En una tesis de magíster en Estudios Culturales de la Universidad Nacional, escrita por Claudia Marcela González Cabezas, se lee que las historias de Dago García entran “en un juego de aprobación o desaprobación de aquellas consideraciones que representan al colombiano como inferior, tonto, torpe, subdesarrollado. De alguna manera, estos planteamientos negativos de lo nacional son reivindicadas, no en todas las oportunidades, complaciendo y dando solución a las vergüenzas identitarias de los colombianos”.
Sobre la estética de sus películas, García dijo para El Espectador: “La estética y la narrativa de mis películas es de televisión. Lo que pasa es que hoy en día los límites entre la televisión y el cine se acabaron. Con la unificación tecnológica, ya no se hacen películas en 35 mm. Cuando yo empecé se hacían las películas en 35 mm y hoy todo pasa por la tecnología digital y esa unificación tecnológica también tuvo consecuencias a nivel de la estética”.Hoy en día el cine se parece cada vez más a la televisión y la televisión se parece cada vez más al cine. Hay series de televisión que parecen películas extendidas y hay películas que parecen series de televisión, entonces esa frontera se rompió. Y mi origen es de televisión y en la televisión tú te juegas día a día el gusto del gran público. La televisión es masiva. Si en la televisión no tienes al gran público, no existes”.
Sobre aquella zanja que separa el cine masivo y el de ensayo dice: “El cine de autor que no busca los grandes públicos, sino que va en busca de descubrimientos estéticos, es un cine que necesita el dinero que produce el cine de entretenimiento, porque ese cine difícilmente va a producir rentabilidad. No es un cine popular, pero este cine de entretenimiento también necesita los descubrimientos que hace el cine de ensayo, que se hace de espaldas al público. La única forma de que los lenguajes evolucionen, las estéticas cambien, se adapten a los tiempos es experimentando, y la experimentación nunca ha sido rentable. Ninguno de los dos cines puede vivir sin el otro”.
Según García, películas como El abrazo de la serpiente, Monos, Pájaros de verano, Matar a Jesús, Los reyes del mundo y El olvido que seremos han sido posibles gracias a los éxitos de cintas como El paseo, Uno al año no hace daño o El Coco. “Esas películas, el noble arte del entretenimiento, es el que hace posible que se haga otro cine”, dice.
La declaración de guerra
Hay una película que aún sueña hacer Dago García. Una que se aleja del frenesí de la producción en masa y que espera su momento. Esa cinta ya existe en el papel y está guardada en su escritorio. Es una deuda.
“Mi familia es de un pueblo de Boyacá que se llama El Cocuy. Allí hay dos grandes próceres: uno de ellos es Santos Gutiérrez, que fue un militar colombiano de mediados del siglo del siglo XIX. Cuando Colombia se convirtió en país federal, fue el primer presidente que tuvo la República Independiente de Boyacá y el primer decreto que firmó como presidente fue declararle la guerra a Bélgica, porque en Bélgica había tenido una decepción amorosa. Esa película se llama Declaración de Guerra”.