De nuevo en Colombia
Luego de participar en varios proyectos de televisión fuera del país, la actriz bogotana Natalia Ramírez regresó para interpretar a Silvia de Rugeles en ‘Novia para dos’, telenovela que lleva un mes al aire.
Lina María Gómez González
Natalia Ramírez regresó a la pantalla colombiana para interpretar de nuevo a un personaje antagónico. Se trata de Silvia de Rugeles, prima de Adrián Zea, el protagonista de Novia para dos. Ramírez es nuevamente una de las malas del paseo, pero a diferencia de Marcela Valencia, en Yo soy Betty, la fea, este nuevo personaje es poco inteligente e imprudente.
“De Silvia me cautivó que es una mala distinta de las que he interpretado en otras oportunidades. Es una mala bruta que raya en lo infantil. Ha sido todo un reto mantener al personaje en ese límite de adulta y niña”, describe la actriz bogotana, quien lleva en este oficio 20 años.
En ocho meses de grabaciones y un mes al aire de Novia para dos, Natalia afirma haberse divertido con su nuevo personaje, pues también le permite hacer algo de comedia. “Una de las cosas que extrañé en Betty... fue que nunca podía hacer algo chistoso, porque mi personaje era uno de los serios de toda una comedia. Eso me daba un poco de mal genio, ya que cuando todos reían en escena, yo debía seguir siendo la seria. Por el contrario, aquí me estoy divirtiendo de lo lindo”, explica.
Antes de regresar al país, Natalia había rodado por las pantallas de varios países de América Latina, gracias al reconocimiento internacional que le dio su interpretación en Yo soy Betty, la fea. Y, a pesar de que la telenovela salió del aire hace ocho años, la actriz no ve a Marcela Valencia como un fantasma en su carrera profesional, al contrario, la ve como un ángel de la guarda por las puertas que le ha abierto en el mundo. Reitera que es un angelito que espera nunca se vaya.
Natalia Ramírez estableció su residencia en Miami en 1994 y desde esa fecha viajaba constantemente a Colombia para las grabaciones de sus proyectos en el país.
Sin embargo, con Novia para dos decidió radicarse nuevamente en Colombia, experiencia que le ha permitido reencontrarse con su familia, sus pocos pero grandes amigos y su lugar de rumba: El Sitio, el primero que visitó a su regreso, para reencontrarse con Moris, su gran compañero de parrandas y con quien cantó nuevamente las tres canciones de su repertorio: Alfonsina, No lo puedo creer y La potra zaina.
Natalia Ramírez regresó a la pantalla colombiana para interpretar de nuevo a un personaje antagónico. Se trata de Silvia de Rugeles, prima de Adrián Zea, el protagonista de Novia para dos. Ramírez es nuevamente una de las malas del paseo, pero a diferencia de Marcela Valencia, en Yo soy Betty, la fea, este nuevo personaje es poco inteligente e imprudente.
“De Silvia me cautivó que es una mala distinta de las que he interpretado en otras oportunidades. Es una mala bruta que raya en lo infantil. Ha sido todo un reto mantener al personaje en ese límite de adulta y niña”, describe la actriz bogotana, quien lleva en este oficio 20 años.
En ocho meses de grabaciones y un mes al aire de Novia para dos, Natalia afirma haberse divertido con su nuevo personaje, pues también le permite hacer algo de comedia. “Una de las cosas que extrañé en Betty... fue que nunca podía hacer algo chistoso, porque mi personaje era uno de los serios de toda una comedia. Eso me daba un poco de mal genio, ya que cuando todos reían en escena, yo debía seguir siendo la seria. Por el contrario, aquí me estoy divirtiendo de lo lindo”, explica.
Antes de regresar al país, Natalia había rodado por las pantallas de varios países de América Latina, gracias al reconocimiento internacional que le dio su interpretación en Yo soy Betty, la fea. Y, a pesar de que la telenovela salió del aire hace ocho años, la actriz no ve a Marcela Valencia como un fantasma en su carrera profesional, al contrario, la ve como un ángel de la guarda por las puertas que le ha abierto en el mundo. Reitera que es un angelito que espera nunca se vaya.
Natalia Ramírez estableció su residencia en Miami en 1994 y desde esa fecha viajaba constantemente a Colombia para las grabaciones de sus proyectos en el país.
Sin embargo, con Novia para dos decidió radicarse nuevamente en Colombia, experiencia que le ha permitido reencontrarse con su familia, sus pocos pero grandes amigos y su lugar de rumba: El Sitio, el primero que visitó a su regreso, para reencontrarse con Moris, su gran compañero de parrandas y con quien cantó nuevamente las tres canciones de su repertorio: Alfonsina, No lo puedo creer y La potra zaina.