Roberto Gómez Bolaños junto a su personaje más famoso y la portada de “El diario del chavo del ocho”.
Foto: Cortesía Penguin
Prólogo
Sus holgados pantalones tenían más parches y remiendos que tela original. Estaban precariamente sostenidos por dos tiras de tela que hacían las veces de tirantes, terciadas sobre una vieja y descolorida playera en la que también predominaban los parches y los remiendos. Calzaba un par de zapatos del llamado tipo “minero” que evidentemente habían pertenecido a un adulto. Pero lo más característico de su atuendo era la vieja gorra con orejeras, las que en tiempo de frío le debían haber sido de no poca utilidad, pero que, cuando lo...