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El mercado de las IA está dando para todo, incluso para alcanzar la inmortalidad. Las startups están explotando la creatividad con ideas de negocio poco convencionales. Ya existe una plataforma de juegos interactivos para mascotas, la de los avatares digitales con réplicas exactas, los chatbots que brindan apoyo emocional, plataformas que utilizan IA para desarrollar alternativas vegetales y así evitar los productos animales o las que analizan imágenes médicas, tan solo por citar algunas.
Digamos que las anteriores hacen parte de la innovación propia de un avance tecnológico que revolucionará nuevamente nuestra cotidianidad, pero ninguna como aquellas que están ofreciendo la inteligencia artificial para crear avatares de difuntos, una idea que desafía los límites de la ética y la moral de muchas religiones y espiritualidades.
El documental “Eternal You” se adentra en este modelo de negocio y hace un acompañamiento a personas alrededor del mundo que utilizan estos servicios para contactarse con sus seres queridos muertos. La producción entonces lanza la pregunta: “Si tuvieras la oportunidad de hablar con un ser querido que falleció, ¿la aprovecharías?”. Dice también que la película hace un gran vistazo a lo que consideran “uno de los mayores experimentos humanos de nuestro tiempo”.
Detrás de esta experiencia surgen otras inquietudes como el hecho de intentar determinar qué motiva a una persona el querer resucitar a otra y qué impacto psicológico provoca esta decisión, por lo tanto, la película busca analizar el nivel de responsabilidad que tendrían o creen tener los creadores de estas plataformas. Es curioso que algunos de los que las utilizan “reviven” amigos que ya eran lejanos, pero con los que dejaron algo inconcluso, o incluso, exparejas con quienes, debido a las circunstancias, no hubo tiempo para una reconciliación.
“Eternal You” está abierto a todas las voces involucradas, desde quienes consideran que no hay responsabilidad alguna sobre las consecuencias que implica “jugar” con las emociones de alguien hasta quienes sí hacen un llamado de advertencia sobre las empresas que toman el control de la vida futura, un modelo de negocio cada vez más lucrativo y del que ya han entrado a formar parte gigantes como Amazon y Microsoft.
El concepto de “la vida futura” se compone de una serie de tecnologías y servicios que persiguen bien sea simular, preservar o extender la existencia humana de manera digital y dentro de ellas hay, digamos, niveles, que van desde los chatbots que crean la versión de una persona de forma digital para entrenamiento y así la IA puedan aprender a interactuar, hasta las que buscan la réplica cerebral o las que, a largo plazo, buscan conciencia humana en cuerpos artificiales. Ejemplo de estos son Humai, Nectome, Eternime o Replika.
El uso de la IA para este propósito está empujando la creación de una “conciencia humana”. Existe otra plataforma llamada “Soul Machines” que crea humanos digitales capaces de, desde lo que resulta más simple como imitar la voz, hasta lo más complejo como es adaptar la personalidad humana y también parecerse. Su creador, el neozelandés Mark Sagar, diseñó incluso como prototipo el clon de su propio bebé.
Los directores de esta interesante producción, Hans Block and Moritz Riesewieck, ya habían explorado estos nuevos entornos digitales con la ópera prima “The Cleaners”, que aborda el mundo de los moderadores de contenido en las redes sociales, llegando a revelar que es un trabajo subcontratado y que tiene como fuente humana de recursos a Filipinas. Estas personas, quienes regularmente laboran en condiciones precarias, son las que se encargan de mantener revisando y eliminando el contenido prohibido de las redes sociales.
Haciendo, como en este documental, un seguimiento a los actores, “Los limpiadores” habla del impacto psicológico que tiene esta actividad sobre quienes la ejecutan, puesto que están expuestos constantemente a imágenes perturbadoras. También muestra cómo son las condiciones laborales que produce la tecnología en estos casos y se cuestiona sobre los límites de la libertad de expresión.
“Mientras que en la primera película el cuestionamiento giraba en torno a la libertad de expresión, esta vez es sobre el sueño del alma, sobre la supervivencia en tiempos en los que cada vez más personas se alejan de la religión, por lo que tecnologías como la inteligencia artificial están listas para llenar el vacío de significado”, comentan estos cineastas, quienes insisten en presentar historias que demuestran cómo la vida humana está siendo revolucionada por la tecnología. “Nosotros queremos estar ahí cuando los pioneros de la inmortalidad digital se encuentren por primera vez con su clon digital. Queremos informarlo”. Según Grand View Research, el tamaño del mercado mundial de la inteligencia artificial se estimó el año pasado en casi 197 mil millones de dólares y proyecta que tendrá un crecimiento a una tasa compuesta anual del 36,6% entre este año y el 2030.
Finalmente, en palabras de los directores, el propósito último de este nuevo documental es el de “abrir un debate sobre hasta qué punto los desarrollos de IA deberían o no penetrar en nuestras áreas íntimas de la vida. Todos perdemos a seres queridos en el transcurso de nuestras vidas y vemos que la gente anhela nuevas formas no religiosas de duelo y recuerdo. Los robots de IA y avatares que simulan a los muertos y con los que los deudos pueden hablar, son solo el siguiente paso”.
“Eternal You” hizo su premiere mundial en la pasada edición del Festival de Cine de Sundance, donde tuvo una muy buena recepción. La semana pasada llegó a las carteleras alemanas, país que comparte coproducción junto a Estados Unidos y en Inglaterra se estrenó este viernes 28 de junio.