Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El momento
Ocho de la mañana, Caracol TV. Cinco mesas con manteles azules y blancos, quince personas distribuidas entre las mesas. Dos pantallas negras en la pared; detrás, una puerta de vidrio, y al lado derecho una ventana. En una de las mesas, cerca de la ventana, están sentados Ciro Guerra y Cristina Gallego. A su lado, amigos, directores, cámaras. Hay más personas, pero ellos parecen solos: se dicen cosas al oído, se sonríen. Parece una primera cita. (Video Nominación a los Óscar fue una sorpresa porque no aparecíamos en las predicciones : Ciro Guerra).
El encuentro estaba pactado desde el 17 de diciembre de 2015. Ciro Guerra, Cristina Gallego y parte del equipo de producción de El abrazo de la serpiente se reunirían el 14 de enero para saber si, por primera vez en la historia del país, una película colombiana sería nominada al Óscar. La cinta era la única cuota latinoamericana en el grupo de nueve semifinalistas. A excepción de Theeb, de Naji Abu Nowar (Jordania), las demás son europeas. (Leer La competencia de Colombia en los Premios Óscar).
La voz del director mexicano Guillermo del Toro rompe la histeria de la habitación. Todos permanecen sentados. Guerra y Gallego se toman de la mano, ninguno de los dos mira por más de diez segundos las pantallas. El pecho de Guerra parece saltar; su esposa está encogida de hombros como quien espera un regaño.
“Ciro y yo remamos solos cuatro años, nadie se quería montar en nuestra barca. Después de Los viajes del viento pensábamos que todas las puertas nos habían quedado abiertas, y resultó que no. Era una película que no se parecía a nada, a la gente le daba miedo. Muchos años de muchas negativas. Mi sentimiento más fuerte fue al terminar el rodaje de El abrazo de la serpiente. El último día de grabación, hablando con el asistente de dirección, yo no hacía más que llorar: ‘Fuimos capaces de hacer esto, no puedo creer que hayamos sido capaces’, le decía. Ciro se arrodilló y comenzó a llorar. Fue algo que sacamos adelante cuando teníamos un presupuesto superapretado, una agenda superapretada. Al verla me siento en paz”, dijo Cristina Gallego en una entrevista para El Espectador cuando se enteraron de la prenominación. (Video Pensábamos que no íbamos a quedar porque no éramos la candidata más fuerte: Cristina Gallo).
Ahora están ahí: frente a dos pantallas negras donde una sola mención de su película garantiza su presencia en la gran gala de los premios más importantes del cine mundial. Primero once categorías. La luz de la ventana hace brillar las imágenes de los televisores. Guerra saca las gafas y se las pone; permanecen cinco segundos en sus ojos. Comerciales. Todos hablan, se ponen de pie, contestan sus mensajes en el celular. La transmisión comienza de nuevo: nominados a mejor actor de reparto, nominados a mejor actriz de reparto, nominadas a mejor película de habla no inglesa. Suspiros y risas nerviosas. “For Colombia…”. No se escucha el resto, no es necesario. Guerra y Gallego se abrazan, no se levantan de las sillas. El resto aplaude: “¡Sí!”, “¡Bravo!”. Una estampida de abrazos. Sólo la productora y esposa de Guerra, Cristina Gallego, llora. Todos se levantan y un abrazo confirma que es verdad: El abrazo de la serpiente ha sido nominada al Premio Óscar.
Apuntes sobre la cinta
La producción, rodada en el Vaupés (Colombia) con un presupuesto de US$1,4 millones, bajo en comparación con otras cintas que estarán en la alfombra roja, ha recibido distintos reconocimientos en festivales internacionales y nacionales de cine. Entre ellos el premio al Cine Arte en la Semana de la Quincena del Festival de Cannes, escenario en el que fue estrenada; mejor película en la categoría de ficción del Festival de Lima; ocho galardones en los Premios Macondo en Colombia, y cuatro premios Fénix en México.
Aunque ha sido elogiada por parte de la crítica internacional, en Colombia sólo fue vista por 120.000 espectadores desde su estreno el 21 de mayo, superada por producciones como Colombia, magia salvaje, con 2’367.860, y Se nos armó la gorda, con 452.519, por nombrar algunas. Esto refleja la situación del cine colombiano: una lucha constante por convertirse en un exponente de películas de gran formato y alejarse de las historias que recrean la vida de una familia de clase media o problemáticas como el narcotráfico y la prostitución.
La historia narra el encuentro y eventualmente la amistad entre un payé y chamán amazónico, último sobreviviente de su pueblo, y dos científicos que son los primeros en recorrer el noroeste del Amazonas en busca de saberes ancestrales. Una relación que se da a lo largo de 40 años.
Guerra justifica la tesis de su historia en “una mirada que expresa los inicios de por qué se es un pueblo violento”. El director no se aleja de las problemáticas sociales del mundo.
La película encaja con las narrativas que son tendencia a nivel mundial: volver a los antepasados para reconocernos de nuevo, la naturaleza como escenario benigno y purificador, el diálogo entre el hombre blanco —una visión hollywoodense de los personajes— y el indígena, que es fuente de sabiduría ancestral. Una historia que da una mirada al Amazonas como el territorio de redención del mundo occidental.
¿Es posible ganar el Óscar?
El Óscar es otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, fundada el 11 de mayo de 1927 en Los Ángeles, California, por 36 figuras de la cinematografía de aquella época. Actualmente cuenta con más de 6.000 miembros que están divididos en 17 disciplinas diferentes: desde productores y directores, hasta diseñadores de audio y relaciones públicas. Cada gremio, a su vez, está representado por un miembro ante la junta de gobierno, responsable de la organización de los premios y de seleccionar a los nuevos integrantes del club.
Para elegir a los nominados en cualquiera de las 24 categorías que la Academia reconoce se emplea el voto único transferible, un método de agregación de preferencias raramente usado y cuyos ejemplos más conocidos son las elecciones en la República de Irlanda y la elección de los senadores en Australia. Para determinar a los nominados, este método emplea un sistema de cuotas, es decir, de mínimo de votos. En el caso del Óscar, el primer paso es que los miembros de la Academia enumeren, en orden de preferencia, las que consideren las mejores películas.
Pueden elegir de cinco a diez de entre la totalidad de cintas producidas durante el año en cuestión. Este proceso se repite hasta alcanzar la lista de las 10 películas que mejor reflejen las preferencias de los miembros de la Academia. Para determinar al ganador, el proceso se repite, sólo que en esta ocasión la cuota es del 50% de los votos. Por ejemplo, para ganar el Óscar a mejor película, una cinta debe de acumular, al menos, 3.001 menciones como la mejor del año.
El abrazo de la serpiente está en la categoría en la que Hollywood premia lo mejor del mundo, lo cual significa por adelantado un gran reconocimiento para el país. Jerónimo León Rivera, profesor investigador de cine de la Universidad de la Sabana, habló para Caracol Radio y comentó las posibilidades que tendría el filme nacional de ganarse la estatuilla. Según él, “es complicado ganarse el premio. Hay temas detrás del galardón que mueven intereses y muchas otras cosas. Ganar un Óscar es muy costoso. Lo que hacen los grandes estudios, y cada vez lo hacen más las películas independientes, es realizar una labor de lobby: ir donde algunos miembros de la Academia, llevarles copias de la película —algunas veces ni siquiera ven la película—, contarles la historia… Los grandes estudios de Hollywood tienen personas encargadas de hacer esta labor comercial durante todo el año. La Academia de Cine está conformada por personas que hacen parte de la industria en cada uno de estos estudios. Esa es la gran crítica a los Óscares: premios entregados por ganadores anteriores y personas de la industria de Hollywood, lo que hace que la mirada sea casi siempre uniforme”.
El logro de Ciro Guerra y su equipo de trabajo le plantea nuevamente a la industria nacional retos en cuanto a la creación de contenidos, escritura del guión y todo lo necesario para el rodaje. Pero el mayor desafío sigue siendo la exhibición, la forma de atraer a la audiencia y de mantenerse en las salas de cine.
Con el panorama que sea, y teniendo grandes contendores, El abrazo de la serpiente ya hizo historia en el cine nacional. (Leer Alejandro González Iñárritu vuelve a seducir a Hollywood).