“El bolero de Rubén”, musicalizando la tragedia
Majida Issa, quien ya conocía la obra de teatro dirigida por Juan Carlos Mazo, interpreta a Marta. En entrevista con El Espectador, la actriz habla sobre el proceso de adaptación del personaje al cine, los retos de grabar durante pandemia y el papel de la música en la producción que llega a salas de cine el 29 de febrero.
Daniela Suárez Zuluaga
El próximo 29 de febrero se llevará a cabo el estreno oficial en las salas de cine de Colombia de “El Bolero de Rubén”, el primer largometraje musical colombiano escrito y dirigido por Juan Carlos Mazo.
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El próximo 29 de febrero se llevará a cabo el estreno oficial en las salas de cine de Colombia de “El Bolero de Rubén”, el primer largometraje musical colombiano escrito y dirigido por Juan Carlos Mazo.
Lejos de ser una película sobre la vida en las pandillas de Medellín, El Bolero de Rubén es una tragedia a ritmo de boleros donde Marta, tras quince años de esperar que su novio salga de la cárcel, es consumida por las paredes de su casa a medio terminar; al mismo tiempo que su extinto sueño de ser cantante la lleva por parajes imaginarios que reflejan su frustración, su rabia y su miedo.
Basada en la obra de teatro con el mismo nombre, El Bolero de Rubén navega entre el triller, el musical, el realismo y la comedia, convirtiéndola en una película única en su género. Las canciones originales de la película fueron escritas por Juan Carlos Mazo e interpretadas, en vivo, por el elenco de la película durante el rodaje. La pieza “Bolero”, de Maurice Ravel, fue grabada de modo exclusivo para la película por La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
Majida Issa, quien ya conocía la obra de teatro dirigida por Mazo, interpreta a Marta. En entrevista con El Espectador, la actriz habla sobre el proceso de adaptación del personaje al cine, los retos de grabar durante pandemia y el papel de la música en la producción que llega a salas de cine el 29 de febrero.
¿Cómo llegó a “El bolero de Rubén?
La historia es larga. Vi la obra por primera vez en el 2013 y me impresionó tanto lo que vi, me pareció tan bonito, tan distinto, tan sentido. Quise de inmediato saber quién era Juan Carlos Mazo, así que esperé a que salieran todos y lo conocí. Tiempo después me llaman para hacer un musical que se llamaba “De cantina en cantina” y resultó ser Mazo. Comenzamos a trabajar juntos haciendo teatro musical y luego me invitó a ser parte de su obra “El bolero de Rubén” como María, porque duró seis años continuos en temporada. Me enamoré de su manera de contar historias.
Hablemos un poco del rol que tiene la música en esta película...
Al comenzar el proceso de creación del personaje para la película, que es distinto a lo que habíamos hecho en teatro, uno de los grandes retos para mí fue hacerle un homenaje a cada una de las mujeres que interpretaron a María en las distintas temporadas, elgí unos momentos específicos para hacerlo. El rol de la música es tan importante para sensibilizar y conectar al espectador con una historia tan cruda, de una realidad tan fuerte y a veces aplastante. La música crea empatía con el sentimiento del ser humano que esta ahí, a través de las canciones podemos entender lo que está en el corazón de los personajes durante la película, es una herramienta muy bonita para conectar a la gente.
¿Cuáles fueron los retos de interpretar a María cambiando el formato de teatro a cine?
El reto más grande fue investigar más de dónde venían los personajes, en la película están todos los universos mucho más dibujados que en el teatro, hay muchas otras cosas que contar sobre las emociones de cada uno de los personajes y sus procesos. En el teatro uno cuenta una historia de principio a fin de dos horas, en la película también, pero hay que tener en cuenta que hay muchos otros personajes que se abren. En la obra no teníamos a la mamá de Marta, en la película sí contamos cómo fue esa relación madre e hija para entender un poco quién es Marta y su contexto. Fue zambullirnos más profundamente en lo que queríamos contar, hay muchas sutilezas, líneas y capas que son importantes de reconocer.
Esta película se grabó en pandemia, ¿cómo recuerda esta experiencia?
Para mí fue una aventura totalmente nueva, la afronté con muchos nervios y emoción en unas circunstancias muy adversas, en plena pandemia sin poder ensayar de manera presencial. Eso para mí fue terrible porque soy súper dependiente de los ensayos, fue una nueva manera de relacionarme y entender cómo trabajar, cómo confiar. Aprendí una nueva manera de hacer las cosas, construir un personaje que ya conocía hace muchos años sin amarrarme a ninguna de mis ideas anteriores, sino como Mazo la estaba visualizando en ese momento.
La reconstrucción de Marta
Fue muy bonito, porque un tiempo después de entender la historia de Marta me dieron la oportunidad de contar sus emociones, sus reacciones, etc, creo que tanto para mí como para el resto del elenco fue todo un parque de diversiones, porque como actores teníamos retos muy importantes como la cantada en vivo, pero también momentos de jugar con mis compañeros. Es muy importante escuchar al otro, y el otro siempre tiene algo que aportar para lo que estamos contando.
Muchos de ustedes se conocían hace tiempo, ¿qué tal la química en el set?
Siento que eso es algo esencial que se nota en el resultado final de la producción. Siempre voy a agradecerles a todos por su amor y su generosidad, por haber dicho que sí. Ni estando en una situación tan difícil lo dudaron, verlos entregados todos los días en el set para mí fue maravilloso, redescubrir a Marlon y a Diego en este trabajo también fue toda una experiencia, verlos en otras facetas, entregándose a otros retos, me encantó mucho eso.