“El mundo perdido de Cumbiana”, un viaje hacia el origen
El documental sobre el álbum “Cumbiana”, de Carlos Vives, que se estrena este viernes a las 9:00 p.m. en Directv, nace como un homenaje a su tierra, Santa Marta, y a todo el territorio que propició la creación de músicas que hacen parte del folclor colombiano y lo inspiraron a realizar este proyecto.
Daniela Suárez Zuluaga
Devolverse a los orígenes, a los territorios que produjeron los sonidos más bellos del folclor colombiano como la cumbia, el vallenato y el bambuco fue lo que hizo el cantante colombiano Carlos Vives en su disco Cumbiana, e inmortalizó en el documental El mundo perdido de Cumbiana, un espacio que quiso dedicar no solo a la música, sino también a la naturaleza y la conexión que existe entre ellas y nosotros los colombianos.
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El documental, que estará disponible desde este viernes a las 9:00 p.m. en el canal OnDirecTV y la plataforma DirecTV GO, muestra paso a paso el proceso creativo de este disco, que fue galardonado con un Latin Grammy y está inspirado en los espíritus ancestrales de una región anfibia en la costa norte de Colombia, formada por majestuosas ciénagas del río Magdalena, epicentro de la cumbia.
“Este documental nos lleva a la Ciénaga Grande de Santa Marta, que es el corazón de la cumbia, y a través de él veremos que para cuidar la esencia del folclor tenemos que trabajar todos por la protección de este lugar, por proteger a nuestra gente, proteger lo que somos como colombianos en toda nuestra diversidad. No hacer diferencia entre la gente y el río, la gente y la montaña, la gente y el macizo”, dijo Carlos Vives.
El territorio que Vives muestra en esta producción es un lugar por el que ha transitado toda su vida, pero que a ojos de los demás parece incierto, como invisible. Un lugar en el que la gente vivía sobre el agua y tenía una profunda conexión entre su forma de vivir y la naturaleza que habitaba. Su inspiración para crear el álbum fue, finalmente, haber entendido todo eso y revivir lo que hace muchos años llamó “la tierra del olvido”.
Con canciones como “Hechicera”, “No te vayas” y “Vitamina en rama”, Vives le canta en este disco a su tierra, y a través del documental busca que tanto los adultos como las nuevas generaciones logren tener una mayor conciencia sobre el lugar que habitan. “Creo que mientras más demos ese aprendizaje, conoceremos más a fondo lo que hay detrás de nuestros territorios, en las historias de nuestros ríos”, comentó el artista en entrevista con El Espectador.
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Pero ¿por qué es tan importante para Vives el tema de los ríos en El mundo perdido de Cumbiana? Para él, purificar y limpiar los ríos que hacen parte del territorio colombiano es un sinónimo de que sus habitantes limpiasen su propia alma. “La relación que tenemos nosotros, por eso hablamos de culturas anfibias, está profundamente conectada con el agua y con la tierra”, revela y agrega que todo el proceso del documental, más allá de ser algo musical, está dedicado también a la naturaleza. “El mensaje es entender que nuestros ríos son como nuestras venas, y que va a depender mucho de la salud de nuestra naturaleza que sigan existiendo los vallenatos y las cumbias”, asegura.
Los viajes que realizó Vives con su equipo y todo lo que registró en video para este documental tenían un objetivo: unir la música con la tierra, para poder mostrar el origen de la cumbia. Según el artista, las primeras canciones del género no se hacían para sacar discos, ni mucho menos… hacían parte de lo cotidiano, de contar historias cantadas. Con el tiempo, las cumbias llegaron a la industria y se grabó por primera vez “La pollera colorá”, una de las canciones más famosas.
“Quería mostrarles a ustedes este lugar, epicentro de la cultura anfibia que está en el centro del Magdalena... para mí fue muy emocionante poder enseñar que, incluso las cumbias argentinas tienen su origen en este territorio de este río grande que desemboca en el Caribe”.
Los sonidos de las canciones de Cumbiana están repletos de folclor, paisajes que conectaron a Vives directamente con su tierra y lo inspiraron a crear toda una narrativa dedicada a ese origen, y esa conciencia sobre cuidar lo que es nuestro. Su principal influencia para llegar al resultado final fue, según él, entender que no habíamos valorado nuestra cultura ni muchos de los privilegios que tenemos.
Carlos consideraba que los colombianos veíamos con menor valía lo nuestro ante lo que nos llegaba de Europa y otros lugares ajenos al nuestro. “La dimensión del daño en la ecología del patrimonio cultural se debía mucho a esa falta de conciencia de entender el valor del lugar en el que vivimos, y de entendernos a nosotros mismos en nuestra diversidad.
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La intención con el documental también va conectada con las nuevas generaciones y a comprender que la música moderna se alimenta de lo antiguo. Lo moderno son los instrumentos, y todo lo que se usa hoy en día para hacer música, pero, según el cantante, es importante mostrar cómo el dancehall, el dembow, el reguetón y la música urbana en general vienen de sonidos de antes. “Si viajáramos a Panamá nos encontraríamos con varios grupos de hip hop que usan muchas de las esencias locales de la música como las cumbias, los vallenatos... todos esos ritmos yo los utilicé en canciones como “Para Maité”, “Pescaíto”... todo eso está en la genética de lo que se usa hoy para hacer música”, afirma el artista.
El pasado 13 de mayo, Vives lanzó su nuevo álbum Cumbiana II, una secuela de este proyecto que cuenta con las participaciones de Ricky Martin, Fito Páez, Mau & Ricky y Camilo, entre otros. Este nuevo disco da continuidad al trabajo del artista por reconocer y valorar el folclor, los orígenes y los sonidos que nos han dejado nuestros territorios, que, para él, son parte fundamental de nuestra historia musical.
Devolverse a los orígenes, a los territorios que produjeron los sonidos más bellos del folclor colombiano como la cumbia, el vallenato y el bambuco fue lo que hizo el cantante colombiano Carlos Vives en su disco Cumbiana, e inmortalizó en el documental El mundo perdido de Cumbiana, un espacio que quiso dedicar no solo a la música, sino también a la naturaleza y la conexión que existe entre ellas y nosotros los colombianos.
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El documental, que estará disponible desde este viernes a las 9:00 p.m. en el canal OnDirecTV y la plataforma DirecTV GO, muestra paso a paso el proceso creativo de este disco, que fue galardonado con un Latin Grammy y está inspirado en los espíritus ancestrales de una región anfibia en la costa norte de Colombia, formada por majestuosas ciénagas del río Magdalena, epicentro de la cumbia.
“Este documental nos lleva a la Ciénaga Grande de Santa Marta, que es el corazón de la cumbia, y a través de él veremos que para cuidar la esencia del folclor tenemos que trabajar todos por la protección de este lugar, por proteger a nuestra gente, proteger lo que somos como colombianos en toda nuestra diversidad. No hacer diferencia entre la gente y el río, la gente y la montaña, la gente y el macizo”, dijo Carlos Vives.
El territorio que Vives muestra en esta producción es un lugar por el que ha transitado toda su vida, pero que a ojos de los demás parece incierto, como invisible. Un lugar en el que la gente vivía sobre el agua y tenía una profunda conexión entre su forma de vivir y la naturaleza que habitaba. Su inspiración para crear el álbum fue, finalmente, haber entendido todo eso y revivir lo que hace muchos años llamó “la tierra del olvido”.
Con canciones como “Hechicera”, “No te vayas” y “Vitamina en rama”, Vives le canta en este disco a su tierra, y a través del documental busca que tanto los adultos como las nuevas generaciones logren tener una mayor conciencia sobre el lugar que habitan. “Creo que mientras más demos ese aprendizaje, conoceremos más a fondo lo que hay detrás de nuestros territorios, en las historias de nuestros ríos”, comentó el artista en entrevista con El Espectador.
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Pero ¿por qué es tan importante para Vives el tema de los ríos en El mundo perdido de Cumbiana? Para él, purificar y limpiar los ríos que hacen parte del territorio colombiano es un sinónimo de que sus habitantes limpiasen su propia alma. “La relación que tenemos nosotros, por eso hablamos de culturas anfibias, está profundamente conectada con el agua y con la tierra”, revela y agrega que todo el proceso del documental, más allá de ser algo musical, está dedicado también a la naturaleza. “El mensaje es entender que nuestros ríos son como nuestras venas, y que va a depender mucho de la salud de nuestra naturaleza que sigan existiendo los vallenatos y las cumbias”, asegura.
Los viajes que realizó Vives con su equipo y todo lo que registró en video para este documental tenían un objetivo: unir la música con la tierra, para poder mostrar el origen de la cumbia. Según el artista, las primeras canciones del género no se hacían para sacar discos, ni mucho menos… hacían parte de lo cotidiano, de contar historias cantadas. Con el tiempo, las cumbias llegaron a la industria y se grabó por primera vez “La pollera colorá”, una de las canciones más famosas.
“Quería mostrarles a ustedes este lugar, epicentro de la cultura anfibia que está en el centro del Magdalena... para mí fue muy emocionante poder enseñar que, incluso las cumbias argentinas tienen su origen en este territorio de este río grande que desemboca en el Caribe”.
Los sonidos de las canciones de Cumbiana están repletos de folclor, paisajes que conectaron a Vives directamente con su tierra y lo inspiraron a crear toda una narrativa dedicada a ese origen, y esa conciencia sobre cuidar lo que es nuestro. Su principal influencia para llegar al resultado final fue, según él, entender que no habíamos valorado nuestra cultura ni muchos de los privilegios que tenemos.
Carlos consideraba que los colombianos veíamos con menor valía lo nuestro ante lo que nos llegaba de Europa y otros lugares ajenos al nuestro. “La dimensión del daño en la ecología del patrimonio cultural se debía mucho a esa falta de conciencia de entender el valor del lugar en el que vivimos, y de entendernos a nosotros mismos en nuestra diversidad.
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El pasado 13 de mayo, Vives lanzó su nuevo álbum Cumbiana II, una secuela de este proyecto que cuenta con las participaciones de Ricky Martin, Fito Páez, Mau & Ricky y Camilo, entre otros. Este nuevo disco da continuidad al trabajo del artista por reconocer y valorar el folclor, los orígenes y los sonidos que nos han dejado nuestros territorios, que, para él, son parte fundamental de nuestra historia musical.