Elsa Zylberstein, interpretando a la mujer del siglo en la película “Simone”
La película recorre los momentos más representativos de la vida de Simone Veil en una narración no lineal, que se teje de manera sensorial y acude a “flashbacks”, definidos por su director como ecos emocionales. La actriz habla sobre cómo fue meterse en la piel de esta mujer histórica y recalcó que se sintió muy honrada de poder interpretarla. Disponible desde el 12 de enero en salas de cine.
Después de superar el millón y medio de espectadores en Francia, llega a Colombia Simone, la mujer del siglo, la última película de Olivier Dahan (La vie en Rose; Grace of Monaco), completando así su trilogía de grandes mujeres del siglo XX. En esta ocasión presenta un retrato íntimo de la humanista y política francesa Simone Veil, quien fue testigo y sobreviviente del genocidio judío durante la Segunda Guerra Mundial y dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos, los derechos de la mujer y a combatir la injusticia en todas sus formas. Distribuida por Cine Colombia, Simone, la mujer del siglo, se estrenará en nuestro país, el próximo jueves 12 de enero de 2023. Una oportunidad para conocer a un ícono femenino de todos los tiempos, una mujer que se atrevió a cambiar la historia, símbolo de resiliencia, empatía y coraje.
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Después de superar el millón y medio de espectadores en Francia, llega a Colombia Simone, la mujer del siglo, la última película de Olivier Dahan (La vie en Rose; Grace of Monaco), completando así su trilogía de grandes mujeres del siglo XX. En esta ocasión presenta un retrato íntimo de la humanista y política francesa Simone Veil, quien fue testigo y sobreviviente del genocidio judío durante la Segunda Guerra Mundial y dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos, los derechos de la mujer y a combatir la injusticia en todas sus formas. Distribuida por Cine Colombia, Simone, la mujer del siglo, se estrenará en nuestro país, el próximo jueves 12 de enero de 2023. Una oportunidad para conocer a un ícono femenino de todos los tiempos, una mujer que se atrevió a cambiar la historia, símbolo de resiliencia, empatía y coraje.
Está protagonizada por Rebecca Marder (La rafle; Deux moi; La daronne), quien interpreta a Simone de los 15 a los 39 años, y luego es encarnada por la actriz Elsa Zyberstein (Van Gogh; Farinelli; Jefferson à Paris), quien conoció personalmente a Simone Veil, tuvo la idea de realizar una película sobre su vida y convenció a Olivier Dahan de realizarla. A ellas, se une un reconocido elenco integrado por Élodie Bouchez (La vie rêvée des anges; Les roseaux sauvages), Judith Chemla (Mes fréres et moi; Une vie) y Olivier Gourmet (L’enfant; Chocolat; La fille inconnue), entre otros.
Con guion original de Olivier Dahan, realizado tras una minuciosa investigación que partió de la autobiografía Una vida, de Simone Veil, e incluyó otros libros, artículos, entrevistas, documentales y fotografías, la película reconstruye la vida de esta inspiradora mujer, desde su infancia feliz en el mediterráneo francés hasta su regreso a Auschwitz para conmemorar los 60 años de liberación de este campo de concentración, pasando por el momento de su arresto y deportación a campos de concentración, su regreso a Francia donde construyó una sólida carrera política, además de sus luchas, sus miedos, sus logros y su vida familiar.
La película recorre los momentos más representativos de la vida de Simone Veil en una narración no lineal, que se teje de manera sensorial y acude a flashbacks y flashforwards, definidos por su director como ecos emocionales. Igualmente, arroja luz sobre aspectos poco conocidos de Veil, como la relación con su esposo Antoine Veil, su estrés postraumático que le impedía dormir en una cama cómoda, los debates familiares, los reencuentros con sus amigas sobrevivientes de Auschwitz, sus visitas a las cárceles argelinas y su lucha para asegurar condiciones dignas a los presos, principalmente mujeres.
De la mano del director de arte Christian Marti, cada época y atmósfera se enmarca con las emociones que se quieren resaltar: los colores brillantes del Mediterráneo exaltan la calidez familiar de la infancia, los tonos polvorientos muestran la burocracia de los años 50, un universo balzaquiano prima en las cárceles deshumanizadas, los contrastes y texturas privilegian la intimidad de pareja, y el universo masculino define los espacios políticos. A esto se suma el trabajo de la diseñadora de vestuario Gigi Lepage, quien se apoyó en la Casa Channel para reproducir los modelos que utilizaba Simone Veil en su vida política, y en documentos, fotografías e historiadores para vestir las escenas del Holocausto y las distintas épocas de la vida de Simone. En esta filigrana también se destaca el trabajo de fotografía de Manuel Dacosse, la música original de Olvon Yacob y la edición de Richard Marizy y Olivier Dahan. Un trabajo en equipo, realizado con precisión de relojero, que creó un retrato íntimo y emotivo de una de las mujeres más trascendentales del siglo XX.
¿Qué representa Simone Veil para usted?
Simone Veil es un ejemplo y un modelo de resiliencia, valentía, fuerza y humanidad. Es de todos, pero a veces la miramos desde lejos, como un monumento. La película le devuelve la humanidad que yo sentía, su fuerza por supuesto y su fragilidad que no necesariamente todos habían percibido. Quiero que las generaciones más jóvenes la conozcan, porque es todo un ejemplo de mujer comprometida, moderna y única... Forma parte de la historia, pero creo que le habla a todos.
¿Cómo nació esta película?
Llevo diez años pensando en una película sobre Simone Veil y ha sido un largo camino... Hasta el día en que conocí a Romain Le Grand y Vivien Aslanian, que me preguntaron qué quería hacer. Les dije que quería hacer una gran película sobre ella y que había tenido la oportunidad de conocerla varias veces. Rápidamente me dijeron que estaban dispuestos a trabajar en ella y me preguntaron si había pensando en un director. Pensaba en Olivier Dahan. Lo llamé, lo vi al día siguiente y, tres horas después, ¡me dijo que sí! Romain y Vivien no lo podían creer. Olivier asumió totalmente el tema y pasó un año escribiendo un guion increíble. Cuando lo leí, quedé impresionada y abrumado. Me siento orgullosa porque luché para que se hiciera esta película, me encantó la energía que desprendía y Olivier hizo una película magnífica.
Como actriz, ¿cómo se sintió interpretando a una mujer como ella?
Tantas cosas, locas, vertiginosas, inconmensurables, en mi afán, en mi búsqueda, en mis dudas. Ella me ayudó a vivir, intenté sentirla lo más exacta y profundamente posible. ¡Es un gran honor y un sueño que se ha hecho realidad!
¿Simone Veil es un modelo para usted?
Sí, por supuesto. Un modelo de coraje, determinación y fuerza de voluntad, de carácter. Como mujer, como hija, me enseña a que no hay que tener miedo a abrirse camino, a definir quién eres, con tus debilidades, tus defectos y tu propia historia. Es muy inspiradora para muchos seres humanos.
Es difícil encarnar un personaje así. ¿No tenías miedo de traicionarla? ¿O reivindicarla en su interpretación?
Por supuesto que la idea me intimidaba, porque ella pertenece a la Historia, pero en cuanto decidí que quería interpretar a Simone Veil y que se iba a hacer la película, fue mi misión: me fundí en ella e hice todo lo posible para convertirme en ella, en mi respiración, en mi cuerpo, en mi intimidad. Como dijo su marido, Antoine: “Estoy casada con un monumento histórico”. Para entrar en el papel, intenté acercarme a ella, comprenderla. Entrevisté a quienes la habían conocido, su familia, sus amigos, personas con las que había trabajado: su secretaria, su representante Jean-Paul Davin en la época de la ley del aborto, Philippe Douste-Blazy y otros. Fue toda una transformación. No podíamos contentarnos con dos pendientes y un moño: ¡tenía que convertirme en Simone Veil! Engordé ocho kilos. Y entonces aprendí a caminar como ella, a hablar como ella. Traté de ser precisa en mis palabras, en mis actitudes, en mi voz, incluso en mi respiración.
También era una mujer que tenía dudas, incluso sobre su poder…
En la película, dice a menudo: “¿Sigo siendo útil? Cuando estaba convencida de su acción, nada podía detenerla, pero también dudaba a veces, sobre todo cuando era ministra, porque sabía que su poder era limitado: pertenecía a un gobierno y tenía las manos atadas. Así que, por mucho que luchara, se preguntaba cómo podía obtener resultados, y también se preguntaba si ha hecho lo suficiente. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que las batallas que libró por la dignidad, la memoria y las prisiones siguen siendo actuales.