En la piel de la “Reina del flow”

Carolina Ramírez, la protagonista de la novela más exitosa en términos de rating de la televisión colombiana en la historia reciente, analiza su personaje de Yeimi Montoya y habla sobre este fenómeno audiovisual basado en el género urbano.

Carolina Ramírez
02 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
La actriz Carolina Ramírez interpretando a Yeimi Montoya en “La reina del flow”.   / Caracol Televisión
La actriz Carolina Ramírez interpretando a Yeimi Montoya en “La reina del flow”. / Caracol Televisión
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En verdad les costó un montón convencerme para que aceptara participar en La reina de flow. Llevaba varios años sin hacer nada en televisión y estaba muy feliz montando obras de teatro, aunque también participé en una película a comienzos de 2017. Hace unos meses apareció Lucho Jiménez, el productor de esta serie y me habló sobre una propuesta basada en el reguetón. De inmediato dije que no, que no estaba interesada, pero después me dejé convencer por las características de Yeimi Montoya. Uno de los hechos determinantes fue que el personaje tenía mi edad. Por fin dejé de hacer veinteañeras ante las cámaras y me dejé cautivar por su personalidad.

Lo primero que hice para empezar a construir a Yeimi, La reina del flow, fue establecer referentes reales y aparecieron ante mí algunos muy claros. La primera en surgir fue J.Lo, y tan pronto la vi supe que ese era el estilo que quería darle al personaje, aunque después investigué comportamientos maravillosos de Ivy Queen.

Por ejemplo, durante el casting que nos hicieron para la novela, tenía que hacer un performance y cantar un reguetón. Desde el comienzo aclaré que no tenía la menor intención de cantar. Sin embargo, para acompañar mi audición escogí a Ivy Queen por lo que significa como pionera en el estilo y porque, además, su nombre implica ir en contra de ese estilo del reguetón sexual que pordebajea a la mujer. Luego, el proceso de creación lo complementé con el estudio de dos de los referentes colombianos mayores en el género urbano: Farina y Karol G.

Con esos artistas de la vida real construí la forma de Yeimi Montoya, el fondo ya venía escrito en el papel, en el libreto, que es en donde realmente está la esencia de lo que se quiere mostrar del personaje.

Tal vez pensaron en mí por el hecho de ser bailarina, pero de verdad había tenido muy poco contacto con el urbano como manifestación artística. Para mí, el género urbano tiene un estilo muy marcado en la danza porque sus ancestros son el break dance y el hip hop, que son disciplinas muy complejas de interpretar. Por ejemplo, hay un paso que se hace con la cabeza, que durante la novela nunca lo pude hacer, a pesar de haber recibido algunas clases. Lo que pasa es que descubrimos que Yeimy Montoya ya había quemado esa etapa del baile, porque ella cuando sale de la cárcel tiene 35 años. Ese momento, para ella, es de venganza, y de ahí sus líricas tan marcadas.

Antes de empezar La reina del flow pensé que como ahora hay una nueva generación de mujeres muy talentosas y bellas, ellas se dedicarían a hacer el tipo de personajes que ya hice en algún momento y que son las protagonistas de las historias. Por fortuna, los libretistas no han dejado de sorprenderme y escriben series y novelas para quienes tenemos más de 30 años.

Desde mi participación en este proyecto pude confirmar que cada personaje que me ha llegado se me ha ajustado a lo que quería y necesitaba en un momento determinado. Seguro el rol de Yeimy Montoya se acomodaba a mi momento actual, y de ahí que me haya sentido tan bien con esta compositora de reguetón y que la gente se haya sintonizado de esta manera tan especial con la novela. Es muy diferente mi visión del mundo hoy, cuando tengo 35 y terminé La reina del flow, que cuando tuve 22 y estaba en la piel de La hija del mariachi.

El público piensa que hacer televisión es muy fácil y que un éxito como esta propuesta se hace de la noche a la mañana, pero con todos los años que llevo en la actuación puedo decir que lo único sencillo de ser parte de La reina del flow en realidad fue pasarla bien, porque tuve un equipo alrededor que fue capaz de soportarme durante los meses de grabación de la propuesta.

Hay personajes que cuestan más que otros en el proceso de deconstrucción. El más duro para despojarme hasta ahora ha sido La Pola, porque fue particularmente especial y casi un sueño convertido en realidad para mí. Lo que más me dolió de dejar a un lado a Yeimy Montoya y separarme del elenco y del equipo de producción de La reina del flow es no volver a ver a los amigos que uno hace durante ese trabajo. Siempre lo más duro es dejar a la familia que se construye en el proceso, porque uno está con ella más de 14 horas diarias. Lo único que me gusta de los lanzamientos es que uno se vuelve a encontrar con los amigos y se reencuentra con la complicidad.

 

Por Carolina Ramírez

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