“Entre brumas”, un relato sobre la impunidad
En su regreso a la gran pantalla, Germán Jaramillo se pondrá en los zapatos de Santiago Giraldo en “Entre brumas”, una historia que gira alrededor de los testimonios reales de las víctimas que este hombre violentó en el municipio de Aguadas, Caldas, y su lucha por obtener una reparación luego de que este falleciera.
¿Cómo llegó a este proyecto?
Recibí una invitación por parte del director Juan Pablo Bedoya, no lo conocía, es muy joven y esta es su ópera prima. Tiene bastante experiencia en producción, manejo de cámara y en otros proyectos cinematográficos. Él me envió el guion y me pareció que era una historia interesante, que aunque todo sucede en un pueblo aislado, dejando de lado la comedia pintoresca que este lugar puede ofrecer, es un drama en el que el pueblo es el marco de referencia de la historia de un individuo y de las consecuencias que él dejó a mujeres jóvenes, en temas que son debate hoy en día sobre la violencia y el abuso; además retrata cómo, a pesar de cometer estas faltas por tanto tiempo, no se hizo nada por el prestigio e imagen que tenía este señor.
Me pareció muy interesante que este individuo siempre se mostró como una persona apegada a la Iglesia, católico, rezandero, y a la par iba cometiendo estas atrocidades con las niñas y jóvenes de la comunidad, es algo contradictorio.
¿Desde qué punto de vista desarrolló a este personaje?
La debilidad o el miedo que produce la relación con él lo usa para consolidar sus fechorías. Siempre que abordo un personaje, buscó cuáles son sus motivaciones materiales, no me interesan tanto los hechos psicológicos o las raíces de sus problemas, me parecen que se encuentran las claves en los hechos materiales. La relación que ha generado con esas mujeres, a las que les ha prestado dinero y las ha convertido en sus víctimas, o simplemente de las que ha abusado en su puesto de poder, son motivaciones materiales que se pueden usar a la hora de crear el personaje.
¿De qué forma se llevó a cabo el trabajo con los actores naturales de Aguadas, Caldas?
El hecho de que sea un pueblo tan aislado en la parte rural de Colombia hace a las personas hospitalarias, generosas y acogedoras, y como actor profesional lo que trato de hacer cuando se me presentan estas situaciones, donde el director ofrece algunas guías y ellos tienen algunas clases, es tratar de ver en qué punto están para poder enlazarme y estar a su mismo nivel cuando develan sus secretos, y el actor natural, en cierta medida, solo puede representarse a sí mismo. Ese sentido brinda una nueva perspectiva para el actor profesional, así que resultó muy útil para mí.
¿Por qué siente que es importante contar esta historia?
Porque me parece que son cosas que suceden al amparo de que la gente tiene miedo de hablar y que muchas mujeres tienen miedo de contar o de revelar esas circunstancias por la situación de opresión que viven en varios aspectos. Poner esto sobre la mesa no se hace por el morbo, sino por contar una historia de manera cruda y a la vez sutil. Siento que es importante para el público en Colombia, porque creo que muchas personas cuando vean la película conocerán historias que los tocarán de una forma muy personal, y me parece que es importante para que ese debate se siga intensificando.
¿Cómo llegó a este proyecto?
Recibí una invitación por parte del director Juan Pablo Bedoya, no lo conocía, es muy joven y esta es su ópera prima. Tiene bastante experiencia en producción, manejo de cámara y en otros proyectos cinematográficos. Él me envió el guion y me pareció que era una historia interesante, que aunque todo sucede en un pueblo aislado, dejando de lado la comedia pintoresca que este lugar puede ofrecer, es un drama en el que el pueblo es el marco de referencia de la historia de un individuo y de las consecuencias que él dejó a mujeres jóvenes, en temas que son debate hoy en día sobre la violencia y el abuso; además retrata cómo, a pesar de cometer estas faltas por tanto tiempo, no se hizo nada por el prestigio e imagen que tenía este señor.
Me pareció muy interesante que este individuo siempre se mostró como una persona apegada a la Iglesia, católico, rezandero, y a la par iba cometiendo estas atrocidades con las niñas y jóvenes de la comunidad, es algo contradictorio.
¿Desde qué punto de vista desarrolló a este personaje?
La debilidad o el miedo que produce la relación con él lo usa para consolidar sus fechorías. Siempre que abordo un personaje, buscó cuáles son sus motivaciones materiales, no me interesan tanto los hechos psicológicos o las raíces de sus problemas, me parecen que se encuentran las claves en los hechos materiales. La relación que ha generado con esas mujeres, a las que les ha prestado dinero y las ha convertido en sus víctimas, o simplemente de las que ha abusado en su puesto de poder, son motivaciones materiales que se pueden usar a la hora de crear el personaje.
¿De qué forma se llevó a cabo el trabajo con los actores naturales de Aguadas, Caldas?
El hecho de que sea un pueblo tan aislado en la parte rural de Colombia hace a las personas hospitalarias, generosas y acogedoras, y como actor profesional lo que trato de hacer cuando se me presentan estas situaciones, donde el director ofrece algunas guías y ellos tienen algunas clases, es tratar de ver en qué punto están para poder enlazarme y estar a su mismo nivel cuando develan sus secretos, y el actor natural, en cierta medida, solo puede representarse a sí mismo. Ese sentido brinda una nueva perspectiva para el actor profesional, así que resultó muy útil para mí.
¿Por qué siente que es importante contar esta historia?
Porque me parece que son cosas que suceden al amparo de que la gente tiene miedo de hablar y que muchas mujeres tienen miedo de contar o de revelar esas circunstancias por la situación de opresión que viven en varios aspectos. Poner esto sobre la mesa no se hace por el morbo, sino por contar una historia de manera cruda y a la vez sutil. Siento que es importante para el público en Colombia, porque creo que muchas personas cuando vean la película conocerán historias que los tocarán de una forma muy personal, y me parece que es importante para que ese debate se siga intensificando.