Espaldarazo para el primer cortometraje profesional
Entendiendo que el corto es el formato con el que se descubren talentos, Bogoshorts abre convocatoria para profesionales que quieran hacer su primera producción no superior a diez minutos.
Lilian Contreras Fajardo / @ProhibidodeLili
El cortometraje es el formato del que parte la industria cinematográfica. Hoy por hoy es difícil ver una película que no supere las dos horas, incluso las tres horas, pero todos los directores de cine que hoy dominan el mercado de exhibición comenzaron produciendo cortometrajes, producciones audiovisuales que no superan los 30 minutos, pues ahí ya se convierte en largometraje.
“El corto sigue siendo fuerte y cada vez va a ser más importante por muchas razones. La primera es que el cortometraje es la cantera de una cinematografía. No existe una cinematografía sólida que no apoye sus cortometrajes porque este género es la primera división y el lugar donde se empiezan a descubrir los talentos, la posibilidad de mirar el futuro y saber qué es lo que va a pasar con el cine colombiano”, dice Jaime E. Manrique, director de Bogoshorts, festival dedicado al cortometraje que abre convocatoria para los profesionales que quieran realizar su primera producción.
Esta convocatoria llamada In Vitro BFM está dirigida al director, guionista y productor interesado en desarrollar su primer cortometraje profesional. Entre las condiciones que hay es que el audiovisual debe ser rodado en Bogotá y no debe superar los diez minutos, por lo menos en la fase de guión.
Entre todos los inscritos, veinte serán los que comenzarán la carrera durante el mes previo al Festival Bogoshorts, que este año se realiza entre el 3 y el 10 de diciembre. En ese tiempo los equipos participantes realizarán una serie de actividades para ver qué tanta fuerza tiene el proyecto. De este grupo se seleccionan diez, entre los que se escogerá el ganador que ganará $US 50.000 que se verán representados en asesorías de formación y fortalecimiento del proyecto durante el primer semestre de 2020.
Tienen asesorías de montaje, sonido, fotografía, dirección y producción. Incluso se les forma para que puedan constituir una empresa en torno al proyecto, pues en el Bogotá Audiovisual Market (Bam) deben presentar un proyecto muy sólido para forjar alianzas comerciales o laborales.
“En el caso de un arte como el cinematográfico, a diferencia de la música, la literatura o la plástica, los niveles de producción son tan absolutamente costosos, por lo que el cortometraje se vuelve una necesidad de existencia para poder ir decantando quiénes realmente puede evolucionar a un formato más comercial”, explica Manrique.
Las alianzas o coproducciones son fundamentales en la industria audiovisual porque los cortometrajes están encontrando en internet o en plataformas digitales como Retina Latina, un lugar donde pueden adquirir una nueva vida que no compite con el cine, porque al final fueron hechos para la gran pantalla.
Y aunque eso es justamente lo que Bogoshorts privilegia, no hay que olvidar que la capacidad de realizar una excelente historia en corto tiempo es aprovechada ahora por plataformas dedicadas al streaming, que cada vez más lanzan producciones cuyos capítulos duran máximo quince minutos.
Es decir que el cortometraje, aquel formato con el que ha desarrollado el arte cinematográfico, tiene un gran potencial y componente adicional en nuestro presente, ya que cada vez hay mayor consumo en pantallas móviles y para la gente es mucho más interesante consumir un producto de diez o veinte minutos que sacar el tiempo para ver una película de dos horas.
“Todo el tema de acortar el tiempo dentro de la producción audiovisual y ser eficiente en contar las historias está dándole una nueva vida al cortometraje, que no es que la haya perdido, pero que ahora permite una nueva visualización”, recalca Manrique en referencia a la percepción que existe sobre el corto como “esa cosa mal hecha que hacen unos locos o los pésimos colombianos que presentan antes de las películas”.
El equipo del cortometraje ganador estará ocupado todo el 2020 trabajando en el proyecto, pues además de las asesorías programadas, en el segundo semestre se dedicarán al rodaje en la ciudad de Bogotá y luego a la posproducción con el objetivo de presentar el trabajo terminado en el Festival Bogoshorts, un evento que no sólo cumple la función básica de un festival (proyectar audiovisuales), sino que se ha esforzado por ser todo un movimiento que gira alrededor del cortometraje para construir y consolidar una cultura alrededor de este formato audiovisual. La idea, con la convocatoria In Vitro BFM, es que los jóvenes realizadores se inserten en la realidad del negocio.
Bogoshorts, movimiento alrededor del cortometraje
La convocatoria In Vitrio BFM hace parte del Bogoshorts Film Market, un componente de mercadeo que desde hace un par de años organiza el festival dedicado a la exhibición del corto. El objetivo de este mercado es fortalecer y cualificar a los diferentes actores del sector audiovisual cuyo interés especial son los contenidos en formatos cortos como cortometrajes y series web, a través de estrategias de creación, formación y networking.
In Vitro BFM, que antes se llamaba En Obra, da oportunidad a los jóvenes realizadores audiovisuales de poder contar sus historias y alcanzar públicos cada vez más amplios. Por ejemplo, el trabajo Veintiocho de mayo de Jefferson Cardoza (ganador de 2016) fue seleccionado en el Festival de Cine Colombiano de Nueva York, Mórbido Film Festival 2018, y fue el ganador del Festival de Cortos Psicoactivos Échele Cabeza 2019, entre otros. El ganador de 2018, La tortuga de plástico, será presentado en diciembre próximo durante los días del festival.
*Nota del editor. En el cuarto párrafo de este artículo se cambió la cifra $US 50.000.000 por $US 50.000, que es la cifra real del premio que recibe el ganador.
El cortometraje es el formato del que parte la industria cinematográfica. Hoy por hoy es difícil ver una película que no supere las dos horas, incluso las tres horas, pero todos los directores de cine que hoy dominan el mercado de exhibición comenzaron produciendo cortometrajes, producciones audiovisuales que no superan los 30 minutos, pues ahí ya se convierte en largometraje.
“El corto sigue siendo fuerte y cada vez va a ser más importante por muchas razones. La primera es que el cortometraje es la cantera de una cinematografía. No existe una cinematografía sólida que no apoye sus cortometrajes porque este género es la primera división y el lugar donde se empiezan a descubrir los talentos, la posibilidad de mirar el futuro y saber qué es lo que va a pasar con el cine colombiano”, dice Jaime E. Manrique, director de Bogoshorts, festival dedicado al cortometraje que abre convocatoria para los profesionales que quieran realizar su primera producción.
Esta convocatoria llamada In Vitro BFM está dirigida al director, guionista y productor interesado en desarrollar su primer cortometraje profesional. Entre las condiciones que hay es que el audiovisual debe ser rodado en Bogotá y no debe superar los diez minutos, por lo menos en la fase de guión.
Entre todos los inscritos, veinte serán los que comenzarán la carrera durante el mes previo al Festival Bogoshorts, que este año se realiza entre el 3 y el 10 de diciembre. En ese tiempo los equipos participantes realizarán una serie de actividades para ver qué tanta fuerza tiene el proyecto. De este grupo se seleccionan diez, entre los que se escogerá el ganador que ganará $US 50.000 que se verán representados en asesorías de formación y fortalecimiento del proyecto durante el primer semestre de 2020.
Tienen asesorías de montaje, sonido, fotografía, dirección y producción. Incluso se les forma para que puedan constituir una empresa en torno al proyecto, pues en el Bogotá Audiovisual Market (Bam) deben presentar un proyecto muy sólido para forjar alianzas comerciales o laborales.
“En el caso de un arte como el cinematográfico, a diferencia de la música, la literatura o la plástica, los niveles de producción son tan absolutamente costosos, por lo que el cortometraje se vuelve una necesidad de existencia para poder ir decantando quiénes realmente puede evolucionar a un formato más comercial”, explica Manrique.
Las alianzas o coproducciones son fundamentales en la industria audiovisual porque los cortometrajes están encontrando en internet o en plataformas digitales como Retina Latina, un lugar donde pueden adquirir una nueva vida que no compite con el cine, porque al final fueron hechos para la gran pantalla.
Y aunque eso es justamente lo que Bogoshorts privilegia, no hay que olvidar que la capacidad de realizar una excelente historia en corto tiempo es aprovechada ahora por plataformas dedicadas al streaming, que cada vez más lanzan producciones cuyos capítulos duran máximo quince minutos.
Es decir que el cortometraje, aquel formato con el que ha desarrollado el arte cinematográfico, tiene un gran potencial y componente adicional en nuestro presente, ya que cada vez hay mayor consumo en pantallas móviles y para la gente es mucho más interesante consumir un producto de diez o veinte minutos que sacar el tiempo para ver una película de dos horas.
“Todo el tema de acortar el tiempo dentro de la producción audiovisual y ser eficiente en contar las historias está dándole una nueva vida al cortometraje, que no es que la haya perdido, pero que ahora permite una nueva visualización”, recalca Manrique en referencia a la percepción que existe sobre el corto como “esa cosa mal hecha que hacen unos locos o los pésimos colombianos que presentan antes de las películas”.
El equipo del cortometraje ganador estará ocupado todo el 2020 trabajando en el proyecto, pues además de las asesorías programadas, en el segundo semestre se dedicarán al rodaje en la ciudad de Bogotá y luego a la posproducción con el objetivo de presentar el trabajo terminado en el Festival Bogoshorts, un evento que no sólo cumple la función básica de un festival (proyectar audiovisuales), sino que se ha esforzado por ser todo un movimiento que gira alrededor del cortometraje para construir y consolidar una cultura alrededor de este formato audiovisual. La idea, con la convocatoria In Vitro BFM, es que los jóvenes realizadores se inserten en la realidad del negocio.
Bogoshorts, movimiento alrededor del cortometraje
La convocatoria In Vitrio BFM hace parte del Bogoshorts Film Market, un componente de mercadeo que desde hace un par de años organiza el festival dedicado a la exhibición del corto. El objetivo de este mercado es fortalecer y cualificar a los diferentes actores del sector audiovisual cuyo interés especial son los contenidos en formatos cortos como cortometrajes y series web, a través de estrategias de creación, formación y networking.
In Vitro BFM, que antes se llamaba En Obra, da oportunidad a los jóvenes realizadores audiovisuales de poder contar sus historias y alcanzar públicos cada vez más amplios. Por ejemplo, el trabajo Veintiocho de mayo de Jefferson Cardoza (ganador de 2016) fue seleccionado en el Festival de Cine Colombiano de Nueva York, Mórbido Film Festival 2018, y fue el ganador del Festival de Cortos Psicoactivos Échele Cabeza 2019, entre otros. El ganador de 2018, La tortuga de plástico, será presentado en diciembre próximo durante los días del festival.
*Nota del editor. En el cuarto párrafo de este artículo se cambió la cifra $US 50.000.000 por $US 50.000, que es la cifra real del premio que recibe el ganador.