Eurocine: 30 años de evolución
El Festival de Cine Europeo Eurocine, que se lleva a cabo hasta el 19 de mayo, cumple 30 años. El evento alrededor del séptimo arte quiere generar un diálogo entre Colombia y el viejo continente, traer películas a salas que en la cartelera común no llegarían y abrir una ventana para conocer el nuevo cine que se hace en la cuna de este arte. Hacemos un recorrido por las tres décadas del festival.
Mateo Medina Escobar
En 1994 se creó Eurocine, un festival de cine europeo ideado como un espacio alterno de exhibición de películas del viejo continente. El evento significó un descanso de la apabullante suma de cintas estadounidenses que llegaban a salas y de la aún deficiente producción colombiana. El festival nació impulsado por las embajadas europeas en el país y con el inicio de este lograron verse películas en la gran pantalla en Colombia, que de otra manera no habría sido posible.
Durante sus inicios, la dirección de Eurocine era liderada por una embajada distinta en cada edición, esto dependía del país que tuviera la presidencia de la Unión Europea en la primera mitad del año. En la edición de 1998, la alemana Theresa Hoppe, quien sería después la directora del festival, entró participar del evento como parte del Goethe-Institut, el instituto de cultura de su país. “Siempre me gustó muchísimo el festival, pero en ese momento yo no estaba tan involucrada en la organización”, recuerda Hoppe, en una entrevista concedida a El Espectador en 2023.
En esta edición, en la cual Eurocine cumple 30 años, la alemana decidió dar un paso al costado y dejarle la dirección del festival a Lucía González, gestora cultural y realizadora audiovisual, quien venía de ser la coordinadora del evento. “Yo siento que muchas veces es beneficioso para un evento como este que entre aire nuevo, que entre gente joven. Las cosas cambian y es chévere dejar que las personas metan ahí sus ideas”, explica Hoppe, quien deja la dirección tras 17 años.
La gestora cultural habló de nuevo para este medio e hizo un repaso por la historia de Eurocine, festival enfocado en el público y que atrae alrededor de 15.000 espectadores en las diferentes ciudades de Colombia en donde se presenta. Cuando le ofrecieron la dirección a Hoppe, ella recuerda un festival con una organización reducida y una gestión descuidada. La alemana hizo parte del Goethe-Institut por una década, allí se formó como gestora y en 2008 le ofrecieron estar al frente de Eurocine.
“Era en un año en el cual había una especie de crisis en el festival. Primero que todo el tema estructural ya no era vigente, funcionaba en el principio cuando el festival era pequeño, pero se creció mucho y necesitaba a alguien que supiera de gestión cultural. Además, era cuando el DVD pirata comenzó a tomar fuerza. Con eso hubo una situación muy difícil de manejar respecto a los derechos de autor. Hubo que ser muy precavidos”.
Hoppe les propuso a las embajadas darle un giro a la organización del festival, que con el cambio de dirección cada año se había convertido en un “despelote”. “Sugerí ceder el festival a una entidad tercera, desvincular de la gestión a las embajadas. Tenían en ese entonces una fundación propia, pero cambiaban el representante legal y las firmas en el banco en cada edición”.
La alemana entró a dirigir y gestionar el festival desde su fundación Kulturvisión y las embajadas pasaron a ser aliadas de Eurocine. La nueva organización le permitió al festival crecer en el ámbito curatorial, del cual pasaron de resignarse a la disponibilidad de películas que ofrecía cada país, a tener una selección dedicada y guiada de una dirección artística. En ese momento también nacieron las secciones y las temáticas en el festival, que han guiado el foco de cada edición.
“Creo que fue una buena decisión esta independización del festival. Permitió decidir sobre la curaduría de las películas, empezamos a hacer subtitulación e hicimos negociaciones de derechos sobre películas que nos parecieran pertinentes. Creo estuvo muy bien ese cambio y me permitió buscar financiación adicional a los aportes que siguen haciendo las embajadas, pero que dependían de sus presupuestos anuales”.
Theresa Hoppe decidió dejar la dirección de Eurocine en busca de un descanso de la gestión cultural, una labor difícil en cualquier país. “Han sido años muy bonitos y de mucho aprendizaje, pero también para mí ha sido muy duro. Hacer cultura acá es muy difícil (...) Hay nuevas tendencias y formas de manejar las cosas. Creo que eso es muy valioso y siento que Lucía es una persona muy apta para dirigir el festival”, concluye la alemana.
Eurocine 2024
El festival, ya bajó el liderazgo de Lucía González, espera seguir trayendo una selección de películas para el público más fiel del evento, que ha acompañado las funciones por tres décadas. A la vez espera hablarles a las nuevas generaciones de amantes del cine.
“Mi idea es crecer como festival, pero no es volvernos en un mercado audiovisual, porque para esa es la tarea del BAM y la misión de Eurocine es el público”, explica la directora del festival a este medio. “Pero sí estamos pensando una manera de generar un diálogo más sostenible y a largo plazo. Un referente para mí es el Festival de San Sebastián (España) en donde tienen una plataforma, un mercado de coproducción entre Europa y América (...) Siento que hay una oportunidad de colaboración con algunos festivales en Europa, para poder servir como una plataforma de empuje hacia esas coproducciones entre Colombia y Europa, no desde la producción, sino desde la distribución”.
Este año, el país invitado de Eurocine fue Suecia, nación que también cumple 150 años de relaciones diplomáticas con Colombia. Debido al protagonismo del país nórdico, se abordó una retrospectiva del director sueco Roy Andersson, una de las figuras más importantes del cine en ese país. El Festival de Cine Europeo tendrá funciones en diferentes ciudades hasta el domingo 19 de mayo.
En 1994 se creó Eurocine, un festival de cine europeo ideado como un espacio alterno de exhibición de películas del viejo continente. El evento significó un descanso de la apabullante suma de cintas estadounidenses que llegaban a salas y de la aún deficiente producción colombiana. El festival nació impulsado por las embajadas europeas en el país y con el inicio de este lograron verse películas en la gran pantalla en Colombia, que de otra manera no habría sido posible.
Durante sus inicios, la dirección de Eurocine era liderada por una embajada distinta en cada edición, esto dependía del país que tuviera la presidencia de la Unión Europea en la primera mitad del año. En la edición de 1998, la alemana Theresa Hoppe, quien sería después la directora del festival, entró participar del evento como parte del Goethe-Institut, el instituto de cultura de su país. “Siempre me gustó muchísimo el festival, pero en ese momento yo no estaba tan involucrada en la organización”, recuerda Hoppe, en una entrevista concedida a El Espectador en 2023.
En esta edición, en la cual Eurocine cumple 30 años, la alemana decidió dar un paso al costado y dejarle la dirección del festival a Lucía González, gestora cultural y realizadora audiovisual, quien venía de ser la coordinadora del evento. “Yo siento que muchas veces es beneficioso para un evento como este que entre aire nuevo, que entre gente joven. Las cosas cambian y es chévere dejar que las personas metan ahí sus ideas”, explica Hoppe, quien deja la dirección tras 17 años.
La gestora cultural habló de nuevo para este medio e hizo un repaso por la historia de Eurocine, festival enfocado en el público y que atrae alrededor de 15.000 espectadores en las diferentes ciudades de Colombia en donde se presenta. Cuando le ofrecieron la dirección a Hoppe, ella recuerda un festival con una organización reducida y una gestión descuidada. La alemana hizo parte del Goethe-Institut por una década, allí se formó como gestora y en 2008 le ofrecieron estar al frente de Eurocine.
“Era en un año en el cual había una especie de crisis en el festival. Primero que todo el tema estructural ya no era vigente, funcionaba en el principio cuando el festival era pequeño, pero se creció mucho y necesitaba a alguien que supiera de gestión cultural. Además, era cuando el DVD pirata comenzó a tomar fuerza. Con eso hubo una situación muy difícil de manejar respecto a los derechos de autor. Hubo que ser muy precavidos”.
Hoppe les propuso a las embajadas darle un giro a la organización del festival, que con el cambio de dirección cada año se había convertido en un “despelote”. “Sugerí ceder el festival a una entidad tercera, desvincular de la gestión a las embajadas. Tenían en ese entonces una fundación propia, pero cambiaban el representante legal y las firmas en el banco en cada edición”.
La alemana entró a dirigir y gestionar el festival desde su fundación Kulturvisión y las embajadas pasaron a ser aliadas de Eurocine. La nueva organización le permitió al festival crecer en el ámbito curatorial, del cual pasaron de resignarse a la disponibilidad de películas que ofrecía cada país, a tener una selección dedicada y guiada de una dirección artística. En ese momento también nacieron las secciones y las temáticas en el festival, que han guiado el foco de cada edición.
“Creo que fue una buena decisión esta independización del festival. Permitió decidir sobre la curaduría de las películas, empezamos a hacer subtitulación e hicimos negociaciones de derechos sobre películas que nos parecieran pertinentes. Creo estuvo muy bien ese cambio y me permitió buscar financiación adicional a los aportes que siguen haciendo las embajadas, pero que dependían de sus presupuestos anuales”.
Theresa Hoppe decidió dejar la dirección de Eurocine en busca de un descanso de la gestión cultural, una labor difícil en cualquier país. “Han sido años muy bonitos y de mucho aprendizaje, pero también para mí ha sido muy duro. Hacer cultura acá es muy difícil (...) Hay nuevas tendencias y formas de manejar las cosas. Creo que eso es muy valioso y siento que Lucía es una persona muy apta para dirigir el festival”, concluye la alemana.
Eurocine 2024
El festival, ya bajó el liderazgo de Lucía González, espera seguir trayendo una selección de películas para el público más fiel del evento, que ha acompañado las funciones por tres décadas. A la vez espera hablarles a las nuevas generaciones de amantes del cine.
“Mi idea es crecer como festival, pero no es volvernos en un mercado audiovisual, porque para esa es la tarea del BAM y la misión de Eurocine es el público”, explica la directora del festival a este medio. “Pero sí estamos pensando una manera de generar un diálogo más sostenible y a largo plazo. Un referente para mí es el Festival de San Sebastián (España) en donde tienen una plataforma, un mercado de coproducción entre Europa y América (...) Siento que hay una oportunidad de colaboración con algunos festivales en Europa, para poder servir como una plataforma de empuje hacia esas coproducciones entre Colombia y Europa, no desde la producción, sino desde la distribución”.
Este año, el país invitado de Eurocine fue Suecia, nación que también cumple 150 años de relaciones diplomáticas con Colombia. Debido al protagonismo del país nórdico, se abordó una retrospectiva del director sueco Roy Andersson, una de las figuras más importantes del cine en ese país. El Festival de Cine Europeo tendrá funciones en diferentes ciudades hasta el domingo 19 de mayo.