“Es triste que el tema femenino en el cine se vuelva una moda”: Yira Plaza O’Byrne
La directora de “El rojo más puro” conversó en la apertura de la Fiesta del Libro y la Cultura en Medellín sobre su película, que narra la historia de su padre, uno de los sobrevivientes del partido Unión Patriótica. La cinta está disponible en salas independientes de las principales ciudades del país.
Alberto González Martínez
Yira se iba a llamar Nadiesta, como muchos hijos de militantes de la UP, que copiaban nombres rusos o de líderes de movimientos revolucionarios. Dice que quiere hacer algo para contar la historia de los Camilo, Fidel, Ernesto, Leniska y otros más. Su mamá no permitió que su nombre estuviera dentro de ese grupo.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Yira se iba a llamar Nadiesta, como muchos hijos de militantes de la UP, que copiaban nombres rusos o de líderes de movimientos revolucionarios. Dice que quiere hacer algo para contar la historia de los Camilo, Fidel, Ernesto, Leniska y otros más. Su mamá no permitió que su nombre estuviera dentro de ese grupo.
El último informe de la JEP (Justicia Especial para la Paz) habla de más de 5.700 militantes de la Unión Patriótica (UP) asesinados durante las dos últimas décadas del siglo pasado. “Es muy triste que eso termine siendo una cifra”, agregó Yira. Pregunté entonces cuántos sobrevivieron y no tenía certeza. “Qué fuerte porque eres la primera persona que pregunta por eso y no por el de los asesinados”.
Uno de los sobrevivientes es su padre, quien tuvo que vivir el miedo de ser constantemente perseguido. Algunas escenas del documental llamaron mi atención. Una pistola dentro de un libro que su papá llevaba a todas partes. “Se montaba en un bus con eso”, añadió. Otra donde discute en la calle con otra persona que lo insulta por ser sindicalista. “Y eso que ahí está la mitad de lo que dice”.
Quizá le pueda interesar: Margarita Rosa de Francisco, premio a Mejor Actriz en la Mostra de Venecia
“El rojo más puro”, fue preestranada en la Universidad de Antioquia, en donde estudió Yira. “Fue muy bonito, lloré y todo”. También, con algunas dificultades, en Cartagena, de donde es oriunda y próximamente en San Onofre (Sucre), pueblo de donde viene su mamá y su apellido irlandés O’Byrne. Actualmente está en carteleras de cine independiente en varias ciudades principales del país (Bogotá, Medellín, Cartagena, Barranquilla, Cali).
Así mismo, estuvo en la apertura de la Fiesta del Libro y la Cultura en Medellín, donde Yira habló sobre el papel de la mujer en el cine y a cerca de su papá, de quien heredó su convicción y además la vena política que rechazaron sus hermanos.
¿Qué hizo que te acercaras al ámbito político y no alejarte como tus hermanos?
En mi familia tener un ideal político era importante. Tal vez mi papá con mis hermanos mayores siempre fue muy insistente como llevarlo a ciertas lecturas de izquierda y tal, entonces, como yo soy la última de mis hermanos, conmigo nunca insistió nada. Yo comencé a militar en la Universidad de Cartagena cuando estudiaba Medicina y luego vengo acá (Universidad de Antioquia) y sigo militando. Es una mezcla de ambas cosas.
¿Cómo ha sido entonces la relación con tu papá en torno a la película?
La primea vez que yo comparto en vida, no como la figura infantil en la que los papás son la autoridad, fue cuando lo exiliaron y tuvimos que vivir juntos. Eso para mí fue un gran regalo de vida porque fue como conocerlo de verdad y la película es un reflejo de eso. Yo estoy conociendo a mi papá mientras lo estoy filmando.
Mientras está planchando ―intervengo en su respuesta con algo de risa―.
Mientras está planchando y se le está quemando la arepa ―responde y luego aumentan nuestras risas―.
Y dice que no se le está quemando.
Mientras cocinaba un pocotón de cosas horribles, como yuca con orégano que era su plato estrella y él decía que estaba delicioso ―nos reímos nuevamente―.
Lea: Kate Winslet estrena en Toronto “Lee”, la vida de la fotógrafa de guerra Lee Miller
En una escena hablan debaten si la película llegará a las “masas”, ¿Cómo ha sido la distribución?
También soy la distribuidora de la película entonces entiendo cómo son las lógicas distribución de cine en Colombia y son terribles con las películas independientes y pequeñas que no tienen ningún interés de llegar a ese montón de salas comerciales, aunque uno si toque esas puertas. Para que te enteres de que la película exista, tienes que hacer un aparato de promoción que cuesta un montón de dinero. Aquí en Medellín contamos con un gran apoyo de las entidades audiovisuales de la ciudad.
¿Cómo comparamos el cine de Medellín frente al del Cartagena, de donde eres?
Déjame decirte que en Cartagena no hay ni una sola sale de cine independiente. Todas las que hay son comerciales. Es paradójico porque en Cartagena hacen el festival de cine más antiguo de Latinoamérica y no hay una sala de cine para ver esas películas. Allá la presentamos porque yo quise insistir y hablamos con la Cooperación Española y nos abrieron las puertas, pero no tendría que ser así.
¿Cómo ves la movida de las mujeres en el cine colombiano, que además está llegando a los festivales internacionales?
Eso me gusta analizarlo con pinzas porque hay que identificar que el asunto de la temática femenina también se pone de moda. Es una mierda porque se comienzan a privilegiar proyectos porque es una moda. Eso me parece muy triste. Espero que este asunto de poner sobre la mesa toda la inequidad que ha existido con las mujeres y la poca valoración histórica no sea una moda. Lo segundo, es que como se han abierto más espacios cada vez tenemos más oportunidad, pero allí también hay una inequidad. Las mujeres guionistas, directoras, técnicas, en relación con los hombres, son mucho menos. Lo que no quiere decir que estemos superados la brecha.
***
Su interés por el cine nacional, independiente y femenino también se nota en las dos películas que vio recientemente. “Amando a Marta” es una película antioqueña de la directora Daniela López, que trata la historia de su familia, con el drama de su abuela, que tuvo que aguantar a un esposo machista. También vio la película experimental “Cavewoman” de Spiros Stathoulopoulos, director griego-colombiano, que anteriormente ganó un Oso de Oro.
Al final, le dije que más que una pregunta tenía un comentario, como generalmente pasa en asambleas universitarias, y comparé su película con “Aftersun” de Charlotte Wells, por la relación padre e hija y porque también era una ópera prima. “No había pensado eso”, dijo.
Yira sigue “peleando” o debatiendo con su padre si la película llegará o no a las masas. Quizá sea una tarea difícil, pero seguro será una pieza histórica que estas generaciones y las venideras podrán consultar para comprender un tanto el genocidio de la UP. Generaciones como la de su hija, que está en camino, y que probablemente siga la senda de la militancia política. Eso sí, no tendrá nombre ruso.
También podría interesarle: “El Conde” de Pablo Larraín se gana Venecia con su Pinochet vampiro