Guslagie Malanda sobre “Saint Omer”: “aceptar y tener el recuerdo de un asesinato”
La actriz francesa Guslagie Malanda está en Bogotá promocionando “Saint Omer”, película que se estrenó el pasado 15 de agosto. La intérprete habló para El Espectador sobre la historia creada por la cineasta Alice Diop y su preparación para el rol de Laurence Coly, una mujer acusada de asesinar a su bebé.
Mateo Medina Escobar
La directora de cine documental Alice Diop se obsesionó con una mujer acusada de asesinar a su hija de 15 meses abandonándola en una playa en el norte de Francia. Una foto en blanco y negro de la mujer con el bebé en la portada del periódico Le Monde le dio las pistas para identificar que, al igual que ella, era de origen senegalés y de la misma edad. La cineasta tenía que saber qué pasaba con aquella mujer. De esa experiencia nació “Saint Omer”, el primer largometraje de ficción de Diop.
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La directora de cine documental Alice Diop se obsesionó con una mujer acusada de asesinar a su hija de 15 meses abandonándola en una playa en el norte de Francia. Una foto en blanco y negro de la mujer con el bebé en la portada del periódico Le Monde le dio las pistas para identificar que, al igual que ella, era de origen senegalés y de la misma edad. La cineasta tenía que saber qué pasaba con aquella mujer. De esa experiencia nació “Saint Omer”, el primer largometraje de ficción de Diop.
La actriz Kayije Kagame interpreta a Rama, una versión ficticia de la directora, que en la historia es una novelista que viaja al Tribunal de justicia de Saint-Omer para usar esa historia y escribir una adaptación moderna del mito de Medea. La actriz Guslagie Malanda, que encarna a la acusada Laurence Coly, habló para El Espectador sobre su preparación para el rol y la historia creada por Diop.
“Fue un casting muy, muy largo. De un año. Se trataba de interpretar muchos monólogos y actuar muchas escenas de otras películas. Fue el casting más desafiante que he hecho. Interpreté muchos monólogos sobre la soledad, la tristeza, el mal humor. Fue intenso”, recuerda Malanda. Su personaje es ubicado en el estrado para revivir los momentos que la llevaron a dejar morir a su hija.
“Lo primero fue aceptar y tener el recuerdo de un asesinato dentro de tu cuerpo y tu mente. Lo segundo era trabajar en la respiración, así que estuve con un maestro de Taichí durante un mes, todos los días. Creo que las artes marciales son la mejor manera de aprender a respirar, a estar concentrada y saber cómo enfrentarte a tus miedos. De alguna manera me preparé para este papel como una atleta”.
Así como el personaje de Rama, la directora asistió al juicio de Fabienne Kabou, la acusada de la realidad. “Camino por la ciudad desde la estación de tren hasta el hotel. Siento que la gente me mira desde sus ventanas. Mi equipaje hace un ruido muy fuerte en los adoquines. Me siento insegura, porque al ver qué tipo de blancos me miran, comprendo que soy el espejo de su degradación. Soy una mujer negra, vestida como una parisina, arrastrando una maleta elegante, y estoy aquí, en esta ciudad deprimida, expuesta a estos blancos degradados”, explicó la directora en una entrevista. Diop sintió la presencia de la mujer acusada durante su estancia en Saint Omer.
“Me enfrento a mi límite, a una parte de mí que me asusta: mi obsesión indescriptible con esta historia… Lo que también hizo que esta película fuera muy concreta fue que estaba obsesionada por documentar el ritual de la justicia”, agregó la cineasta, que habla de miedo al acercarse a esta historia. Lo mismo le ocurrió a Malanda cuando se subió al estrado para contar, con una memoria poderosa, los hechos que le ocurrieron a la acusada a lo largo de su vida. “Para mí un texto siempre es fácil, lo que es difícil es la tonalidad dentro del texto. Encontrar la mejor manera de decirlo, la verdad dentro de las palabras”.
La actriz encuentra violento el proceso de ser otra persona, en especial su personaje en “Saint Omer”. “De repente eres una mujer solitaria que está en una pequeña caja dentro de este tribunal. Así que tienes miedo, pero que te permite conectar con tu propia sensibilidad. Me volví mucho más empática al interpretar a alguien en esa situación”.
La actriz explica que para su interpretación trabaja como una música. “Como una partitura. Son ondas, diferentes tonalidades, intenciones, colores. Aprendí a navegar entre oraciones y palabras. Eso fue lo más nuevo para mí. El texto es una intención, está conectado a un movimiento o un acto, pero para mi personaje, el texto es su propia historia, se supone que es su propia verdad. Todos los espectadores tienen que creer en el texto, en la historia. Lo más difícil fue ser verdadero dentro del texto”.
Al tiempo que el personaje de Malanda está en el estrado, Rama, la novelista, observa cada movimiento, cada palabra. Ella tiene sus propias cuestiones durante el juicio. Embarazada de varios meses, se pregunta si realmente desea un hijo. “Muy rápidamente se da cuenta de que no hay preguntas y que la maternidad es un viaje. Al final, Rama aceptó no tener respuestas y tener una vida familiar”.
“Saint Omer” se estrenó en el Festival de Cine de Venecia de 2022, donde se llevó el premio del jurado y el premio Luigi De Laurentiis, por su debut en la ficción. La cinta pasó por otros festivales como los de Toronto (Canadá), Nueva York (Estados Unidos) y Busan (Corea del Sur). En Colombia la película se estrenó en salas de cine el 15 de agosto.
La actriz Guslagie Malanda estará en la función de este viernes 16 de agosto a las 7:00 p. m. en la Sala 2 de la Cinemateca de Bogotá y conversará con Nathalia Guerrero Duque, periodista y editora feminista especializada en temáticas de género, derechos de las mujeres y población LGBTIQ+, además de ser la cofundadora de Manifiesta Media, un medio digital con perspectiva feminista. El sábado 17 de agosto, también en la función de las 7:00 p. m., la actriz conversará en la Sala Capital con Carolina Benítez, coordinadora de movilización digital de Jacarandas.
La curaduría de arte, la otra faceta de Guslagie Malanda
La actriz Guslagie Malanda visitó a Colombia por casualidad, pues su destino por estos días era Lima, Perú, donde tenía una exposición como parte de su trabajo de curadora de arte, una labor que divide con la actuación. “A la vez que empecé a actuar, era estudiante de historia del arte. Así que ambos trabajos han sido en paralelo”.
La intérprete encuentra en ambas facetas una forma ideal de trabajo. “Con la curaduría tengo tiempo para elegir mis proyectos e ir tranquila. Por ejemplo, a lo que voy a tener en Lima puedo quedarme un mes y trabajar con artistas peruanos. Tengo tiempo para pensar en los proyectos que realmente quiero hacer. Cuando eres solo un curador de arte, siempre estás pensando en que tienes que hacer una exposición, ya sea para pagar tus cuentas o para que te vean. Yo ya no tengo ese problema. No me importa el juicio de la gente. Tengo la posibilidad de crear lo que quiero”, concluye Malanda.