Gustavo Angarita Jr., en los zapatos de un narcotraficante
El actor colombiano interpreta a Leonardo Villegas en su etapa adulta en la producción de Caracol Televisión “El cartel de los sapos: el origen”. Un personaje inteligente, calculador y devoto a su familia que se metió en este mundo hostil para brindarles una buena vida, sin imaginar que eso acabaría destruyendo lo que tanto ama. Gustavo habló sobre su experiencia interpretando a este personaje y la investigación que realizó para construirlo.
·El cartel de los sapos, el origen, es una historia de ficción que cuenta la vida de dos hermanos a quienes la ambición los lleva a cruzar todos los límites: desafiar al país y engañar a su familia quienes creían que eran personas honestas, cuando en realidad llevaban una vida oscura enmarcada en la delincuencia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
·El cartel de los sapos, el origen, es una historia de ficción que cuenta la vida de dos hermanos a quienes la ambición los lleva a cruzar todos los límites: desafiar al país y engañar a su familia quienes creían que eran personas honestas, cuando en realidad llevaban una vida oscura enmarcada en la delincuencia.
Le puede interesar: “El cartel de los sapos: el origen”, una historia de familia
El actor colombiano interpreta a Leonardo Villegas en su etapa adulta en la producción, un personaje inteligente, calculador y devoto a su familia que se metió en este mundo hostil para brindarles una buena vida, sin imaginar que eso acabaría destruyendo lo que tanto ama.
Leonardo es un hombre estratégico y un analista innato que no da un paso si no tiene el siguiente calculado. Desde que Joselín, su padre, se fue de la casa, adopta la figura de patriarca y desde entonces cuida a su mamá y hermanos, al punto de ser quien decide qué pueden hacer.
Es un conquistador que siempre está bien vestido, impecable de pies a cabeza que se expresa muy bien. Desde joven se dedicó a leer y a aprender sobre economía, ciencia, artes y filosofía.
Le puede interesar: Ernesto Benjumea, lo malo de ser bueno
Su debilidad siempre ha sido Marlen, su madre, la única que lo hace flaquear. Por eso se cuida siempre para que ella nunca sepa de su doble vida. Uno de los momentos más difíciles es cuando frente a ella y a su familia, se le cae la fachada y salen a flote todas las verdades que había tenido ocultas.
A pesar de que varias mujeres desfilaron por su vida, su gran amor siempre es Fabiola, su primera esposa, a la que conoce en la pobreza y la que lo quiere tal cual es. Fabiola es una mujer incondicional que le ayuda con los hijos propios y los de sus otros matrimonios. Su dolor de cabeza es Fabián, su hijo mayor, él es su espejo, el reflejo de todo lo que Leonardo fue en la adolescencia, habilidoso para la trampa y los negocios bajo cuerda.
Gustavo habló sobre su experiencia interpretando a este personaje y la investigación que realizó para construirlo.
¿Cómo llega a “El cartel de los sapos: el origen”?
Fue curioso, porque me llegó la invitación para hacer el casting, pero siempre pasa que cuando a uno no le gusta el casting que hizo, fijo queda seleccionado para el papel. Lo hice con Margarita Reyes y fue muy divertido, pero pensé que no iba a quedar, luego me llamaron para darme las buenas nuevas de que me habían elegido para interpretar a Leonardo Villegas y fue una grata sorpresa.
Luego de leer el guion y conocer más sobre la historia de la serie, ¿qué fue lo que más le llamó la atención?
Me gustó mucho todo el tema de que fuera una serie de época, porque tuve que investigar varias cosas, los años que fueron importantes, la música que se escuchaba en ese entonces, la ropa que se usaba, lo que se leía en los periódicos, la historia del cartel en general, y mirar cosas muy específicas de ese tiempo. Recuerdo que me vi “El patrón del mal” porque esta viene siendo una historia paralela a esta serie. Leí muchísimo y busqué elementos noticiosos de los Rodríguez Orejuela que, la verdad, fueron difíciles de encontrar porque casi todo está borrado, no existe un archivo específico, pero lo más importante fue poder hablar con personas que lo conocieron.
Le puede interesar: Sebastián Osorio, interpretando a un hombre amoroso y calculador
Esta no es la primera vez que usted interpreta un personaje de época, también lo hizo en “La Pola”, y “Bolívar”...
Sí, pero eran épocas diferentes. En “La Pola” estábamos enfocados en la colonia, y eso requirió más investigación, y más trabajo en el lenguaje, porque Sergio Cabrera fue muy cuidadoso con eso. Tenemos una mentalidad ya demasiado cibernética, estamos muy acostumbrados a la tecnología y a los celulares, y de cierta manera eso ha cambiado mucho la forma en la que nos expresamos... ya no mandamos cartas, y ese pensamiento tenía que cambiar para ser reemplazado por la dificultad de la comunicación que había en ese entonces. En “El cartel de los sapos: el origen” también tuvimos un proceso mental complejo, porque tenemos todos metidos el celular en la cabeza, y en ese momento eso no existía.
¿Por qué cree que es importante mostrar esta historia desde lo familiar y no desde otros lugares como lo hemos visto en otras producciones?
Originalmente, esta se hizo como una serie de aventuras porque veíamos muy folclórico salir a disparar y hacer cocaína, era algo simpático... pero ya pasamos a un periodo en el que la base principal es el sostenimiento de una familia, ¿para qué vendes coca? para sostener a tu familia, y luego todo ese fenómeno crece porque hay que pagarle a toda la gente que se compra, políticos, corruptos, senadores, de todo. El narcotráfico se convirtió en una bomba nuclear absurda que acabó con los principios y valores de muchas personas en Colombia.
¿Cómo es Leonardo Villegas?
Lo pinté como un personaje muy familiar. No quería convertirlo en “el capo de la mafia”, sino más bien “el capo de la familia”, porque además, Leonardo Villegas es un gran farmaceuta, y se inventó un remedio para la tos... si se hubiera dedicado a mejorar la fórmula de ese jarabe en vez de ponerse a jugar con la cocaína, tal vez hubiese sido un gran farmaceuta y no un narcotraficante. Era muy inteligente, amaba a su familia y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ellos, así lo construí.