Jodie Comer: la voz resiliente en “El último duelo”
La actriz británica interpreta a Marguerite de Carrouges en “El último duelo” (“The Last Duel”), la más reciente película del director Ridley Scott, en la que su personaje está en medio de la disputa entre Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver).
La historia de El último duelo (The Last Duel) está dividida en tres capítulos, que representan en la película las distintas perspectivas sobre los hechos ocurridos entre los personajes Jean de Carrouges (Matt Damon), Jacques Le Gris (Adam Driver) y Marguerite de Carrouges (Jodie Comer).
El relato, basado en el libro de Eric Jager El último duelo: una historia real de crimen, escándalo y juicio por combate en la Francia medieval y llevada al cine por Ridley Scott, representó para la actriz británica Jodie Comer un gran reto, no solo por tratarse de un personaje de época, sino por la escasa información de los roles femeninos durante el siglo XIV.
Conversamos con la actriz sobre su participación en la cinta, que estrena Cine Colombia este jueves 14 de octubre.
¿Qué la motivó a participar en “El último duelo” y asumir el rol de Marguerite de Carrouges?
Realmente sentí que tenía la posibilidad de darle voz a esta mujer. Cuando analizamos la historia en general, las voces y perspectivas de las mujeres están borradas. Pocas veces escuchamos sus versiones y, con esta película, tuve esa oportunidad. Eso es lo que me entusiasmó de interpretar a Marguerite. Cuando empecé a leer el libro, en realidad había una sola semblanza de ella, que con el tiempo se desintegró y ya ni siquiera existe. Incluso hoy, es triste, pero hay tanta evidencia de su historia en el mundo que sí, me encantó tener la oportunidad de darla a conocer.
¿Cuál fue su primera impresión del guion?
Me encantó el guion. Lo primero que me dijeron era que Ridley Scott quería conocerme y por supuesto acepté encantada. Luego, cuando recibí el guion y vi que la historia está contada desde tres perspectivas… Sabemos que cada persona que atraviesa una situación puede tener un registro diferente de lo que ocurrió, pero en definitiva la verdad es una sola. Me pareció muy inteligente la idea de que su perspectiva fuera la última. Fue reconfortante, y sabía que si lográbamos ejecutarlo bien iba a ser impactante.
¿Cómo podría describir Jodie Comer a Marguerite Carrouges?
Cuando la conocemos en la película, su padre le está presentando a Jean de Carrouges. Jean acaba de volver del campo de batalla, y es esencialmente lo mismo que una venta; su padre la está ofreciendo en matrimonio. En aquella época era como cerrar un negocio, lo que habla de cómo fue su matrimonio para ella. Lo que me encanta de Marguerite es su fuerza y resiliencia. No tenía nada que ganar y todo que perder al alzar su voz como lo hizo, lo que me pareció admirable.
¿Cómo es el vínculo de su personaje con su esposo, Jean de Carrouges?
Hablando con franqueza, es algo ruin. No fue un matrimonio feliz. En esencia, fue una operación comercial y no un matrimonio nacido del amor; uno realmente puede darse cuenta de eso. Sin embargo, creo que sentía una especie de respeto por él, pero definitivamente no fue un matrimonio feliz. Además, tuvieron la carga de no poder concebir, por lo que la acusaban a ella y, por supuesto, después de la violación, queda embarazada y aparece la sospecha sobre quién es el padre. Por otro lado, la otra complicación es que en aquella época creían que la única forma de que una mujer quedara embarazada era si tenía un orgasmo, que es una locura y abona la teoría de que creyeron que había disfrutado lo que había pasado entre ella y Jacques Le Gris.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Matt Damon como Jean de Carrouges y qué le aporta al papel?
Matt es maravilloso… es un hombre divino. Y lo genial de los tres autores, Nicole Holofcener, Ben Affleck y Matt, es que me incluyeron en las conversaciones. Muchas noches nos sentábamos a conversar y ellos me hacían preguntas acerca de qué me decía mi instinto, y si había algo que no se sentía del todo bien. Y Matt es tan bueno, muchas de nuestras escenas son enfrentados y como desafiándonos, pero nos llevamos muy bien en la vida real. Lo que disfruto al mirar el trabajo de Matt es que siempre es cálido al verlo en pantalla. Uno siente que lo conoce, y su personaje es muy duro, frío, cerrado, así que fue una fantástica experiencia verlo darle vida, cosa que creo que no le vi hacer antes.
¿Por qué cree que Ridley Scott es el director perfecto para “El último duelo”?
Ridley es tan meticuloso. Quiero decir, hace obras maestras. Lo hermoso de esta historia es que tiene el alcance y la grandiosidad que uno busca al mirar una película de Ridley Scott. Pero en su centro es una historia humana, un mensaje muy duro e incómodo, así que en un sentido uno siente que obtiene lo mejor de ambos mundos. La película es visualmente hermosa. Filmamos en Francia e Irlanda, y luego en un estudio. Me llevó a conocer los sets y me mostró los adoquines del piso, que construyeron para los sets a partir de plantillas de los adoquines reales… eran idénticos. Hace sus propios storyboards, es un verdadero visionario. Poder sumarme a un proyecto dirigido por él era verdaderamente uno de mis sueños.
¿Cuál fue el principal reto parta hacer esta película?
Creo que lo que más me costó en este proyecto fue, por la forma en que se cuenta la historia desde diferentes perspectivas, aprender a apoyarme en el punto de vista de los otros personajes. Había días en los que filmábamos, y esto también da cuenta de la belleza del guion, en los que había varias escenas escritas dos veces con el mismo diálogo, pero contadas de diferentes maneras. Me encontré que con Marguerite tenía que saltar entre los recuerdos de Le Gris y Carrouges y sus miradas de cómo habían sucedido las cosas. Algunos días era un poco confuso, porque intentaba sumergirme en lo que esos personajes necesitaban de mí y me preguntaba si estaba logrando hacer lo necesario para que la historia sonara real. Así que creo que ese fue el mayor reto, pero definitivamente también es algo que disfruté mucho.
La historia de El último duelo (The Last Duel) está dividida en tres capítulos, que representan en la película las distintas perspectivas sobre los hechos ocurridos entre los personajes Jean de Carrouges (Matt Damon), Jacques Le Gris (Adam Driver) y Marguerite de Carrouges (Jodie Comer).
El relato, basado en el libro de Eric Jager El último duelo: una historia real de crimen, escándalo y juicio por combate en la Francia medieval y llevada al cine por Ridley Scott, representó para la actriz británica Jodie Comer un gran reto, no solo por tratarse de un personaje de época, sino por la escasa información de los roles femeninos durante el siglo XIV.
Conversamos con la actriz sobre su participación en la cinta, que estrena Cine Colombia este jueves 14 de octubre.
¿Qué la motivó a participar en “El último duelo” y asumir el rol de Marguerite de Carrouges?
Realmente sentí que tenía la posibilidad de darle voz a esta mujer. Cuando analizamos la historia en general, las voces y perspectivas de las mujeres están borradas. Pocas veces escuchamos sus versiones y, con esta película, tuve esa oportunidad. Eso es lo que me entusiasmó de interpretar a Marguerite. Cuando empecé a leer el libro, en realidad había una sola semblanza de ella, que con el tiempo se desintegró y ya ni siquiera existe. Incluso hoy, es triste, pero hay tanta evidencia de su historia en el mundo que sí, me encantó tener la oportunidad de darla a conocer.
¿Cuál fue su primera impresión del guion?
Me encantó el guion. Lo primero que me dijeron era que Ridley Scott quería conocerme y por supuesto acepté encantada. Luego, cuando recibí el guion y vi que la historia está contada desde tres perspectivas… Sabemos que cada persona que atraviesa una situación puede tener un registro diferente de lo que ocurrió, pero en definitiva la verdad es una sola. Me pareció muy inteligente la idea de que su perspectiva fuera la última. Fue reconfortante, y sabía que si lográbamos ejecutarlo bien iba a ser impactante.
¿Cómo podría describir Jodie Comer a Marguerite Carrouges?
Cuando la conocemos en la película, su padre le está presentando a Jean de Carrouges. Jean acaba de volver del campo de batalla, y es esencialmente lo mismo que una venta; su padre la está ofreciendo en matrimonio. En aquella época era como cerrar un negocio, lo que habla de cómo fue su matrimonio para ella. Lo que me encanta de Marguerite es su fuerza y resiliencia. No tenía nada que ganar y todo que perder al alzar su voz como lo hizo, lo que me pareció admirable.
¿Cómo es el vínculo de su personaje con su esposo, Jean de Carrouges?
Hablando con franqueza, es algo ruin. No fue un matrimonio feliz. En esencia, fue una operación comercial y no un matrimonio nacido del amor; uno realmente puede darse cuenta de eso. Sin embargo, creo que sentía una especie de respeto por él, pero definitivamente no fue un matrimonio feliz. Además, tuvieron la carga de no poder concebir, por lo que la acusaban a ella y, por supuesto, después de la violación, queda embarazada y aparece la sospecha sobre quién es el padre. Por otro lado, la otra complicación es que en aquella época creían que la única forma de que una mujer quedara embarazada era si tenía un orgasmo, que es una locura y abona la teoría de que creyeron que había disfrutado lo que había pasado entre ella y Jacques Le Gris.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Matt Damon como Jean de Carrouges y qué le aporta al papel?
Matt es maravilloso… es un hombre divino. Y lo genial de los tres autores, Nicole Holofcener, Ben Affleck y Matt, es que me incluyeron en las conversaciones. Muchas noches nos sentábamos a conversar y ellos me hacían preguntas acerca de qué me decía mi instinto, y si había algo que no se sentía del todo bien. Y Matt es tan bueno, muchas de nuestras escenas son enfrentados y como desafiándonos, pero nos llevamos muy bien en la vida real. Lo que disfruto al mirar el trabajo de Matt es que siempre es cálido al verlo en pantalla. Uno siente que lo conoce, y su personaje es muy duro, frío, cerrado, así que fue una fantástica experiencia verlo darle vida, cosa que creo que no le vi hacer antes.
¿Por qué cree que Ridley Scott es el director perfecto para “El último duelo”?
Ridley es tan meticuloso. Quiero decir, hace obras maestras. Lo hermoso de esta historia es que tiene el alcance y la grandiosidad que uno busca al mirar una película de Ridley Scott. Pero en su centro es una historia humana, un mensaje muy duro e incómodo, así que en un sentido uno siente que obtiene lo mejor de ambos mundos. La película es visualmente hermosa. Filmamos en Francia e Irlanda, y luego en un estudio. Me llevó a conocer los sets y me mostró los adoquines del piso, que construyeron para los sets a partir de plantillas de los adoquines reales… eran idénticos. Hace sus propios storyboards, es un verdadero visionario. Poder sumarme a un proyecto dirigido por él era verdaderamente uno de mis sueños.
¿Cuál fue el principal reto parta hacer esta película?
Creo que lo que más me costó en este proyecto fue, por la forma en que se cuenta la historia desde diferentes perspectivas, aprender a apoyarme en el punto de vista de los otros personajes. Había días en los que filmábamos, y esto también da cuenta de la belleza del guion, en los que había varias escenas escritas dos veces con el mismo diálogo, pero contadas de diferentes maneras. Me encontré que con Marguerite tenía que saltar entre los recuerdos de Le Gris y Carrouges y sus miradas de cómo habían sucedido las cosas. Algunos días era un poco confuso, porque intentaba sumergirme en lo que esos personajes necesitaban de mí y me preguntaba si estaba logrando hacer lo necesario para que la historia sonara real. Así que creo que ese fue el mayor reto, pero definitivamente también es algo que disfruté mucho.