Juana Acosta: “El Goya es un estímulo”
Luego de trabajar durante dos décadas en España, la actriz caleña está nominada en los premios cinematográficos más importantes de habla hispana por su trabajo en “El inconveniente”, un filme que explora el alma de dos mujeres de distinta edad.
A Juana Acosta la recibió 2021 con sorpresas. Su regresó a Madrid (España), luego de pasar vacaciones en Colombia, se vio truncado por la tormenta Filomena y cuando apenas estaba acomodándose nuevamente en su casa, la Academia de Cine Español le anunció su nominación al Premio Goya.
“La verdad es que recibir una nominación al Goya como mejor actriz de reparto es una alegría inmensa. Son muchos años los que llevo trabajando y viviendo en España, ya 20, así que para mí este es un reconocimiento muy importante a tantos años de trabajo, de constancia, de determinación, de amor a lo que hago”, dice con alegría.
* Le puede interesar: El cine de Colombia tendrá la oportunidad de competir en Premios Ariel y Platino 2021.
Juana Acosta nació en Cali y antes de empezar en la actuación estudió danza clásica con Ana Pavlova y danza contemporánea con Maria Sanford.
A los 18 años realizó su primer protagónico en la serie de televisión Mascarada.
Estudió actuación en España, país al que se trasladó definitivamente a los 23 años y donde ha actuado en series como Velvet y en películas como Perfectos desconocidos, de Álex de la Iglesia.
Por eso sostiene que “el Goya es un estímulo, es una palmadita que dice que voy por buen camino”.
La nominación a este galardón, el más importante del cine iberoamericano (que se entregará el próximo 6 de marzo y en donde también participa la película colombiana El olvido que seremos), le llega por su actuación en la película El inconveniente. En esta historia encarna a Sara, una mujer de 40 años que está en crisis y que tiene la oportunidad de comprar un apartamento, con la condición de que tiene que convivir con la vendedora, Lola, hasta que fallezca.
A Juana Acosta le da mucha felicidad que la película se haya podido estrenar en salas de cine en España, a pesar del retraso generado por la pandemia, y que no haya pasado inadvertida.
Su compañera de set, Kiti Manver, está nominada al Goya en la categoría de mejor actriz protagonista, y Bernabé Rico, como mejor director novel.
Pero para la artista la historia también ha calado en el público, porque se ajusta al tiempo actual, habla sobre el aquí y el ahora.
“Para mí es una oda a la vida. Habla sobre sororidad, sobre dos mujeres absolutamente diferentes y opuestas que se unen por una circunstancia muy curiosa y es un punto de partida muy potente para reflexionar. También ha sido una enseñanza que me han dejado estos meses de confinamiento”, admite.
Aunque la cuarentena puso una pausa en la vida de Juana Acosta, no significó el pare total. Mientras se reanudaba un rodaje, presentó El inconveniente en el Festival de Cine de Málaga, fue homenajeada en Huelva por ser una de las intérpretes más destacadas de su generación y fue jurado en el Festival de Sitges, labor que le permitió reconciliarse con los géneros fantásticos y de terror hasta el punto de que el próximo 15 de febrero comenzará el rodaje de Lobo feroz.
Por otro lado, el tiempo extra en casa le permitió preparar, aun mejor, el papel de Lucía del filme La mirada de Lucía, de Imanol Uribe, que debió grabarse en marzo o abril de 2020.
Finalmente, la filmación se hizo terminando el año en Pamplona (España) y Cali (Colombia), una oportunidad perfecta para que Juana Acosta se reencontrara con su familia y su tierra.
“Para mí fue un regalo volver a Colombia y rodar allí”, argumenta la actriz, pues la historia es sobre los testigos de la matanza a jesuitas en El Salvador en 1989.
En Cali pudo celebrar su cumpleaños en familia y luego viajó a Cartagena para encontrarse con su hermana Valentina, quien vive en México, y varios amigos.
“Después de un año tan complicado poder estar allí, poder ver a mi familia, la verdad que han sido días de mucho descanso, de mucho amor. Siento que he regresado a España recargada”, dice.
El 2021 será un año especial para Acosta, pues además de la nominación al Goya, marca su regreso a los proyectos televisivos y a la danza.
En unos meses estrenará La templanza, serie de Amazon inspirada en la novela de María Dueñas, en la que coincide por primera vez con Rafael Novoa, y luego llegará a Netflix El inocente, la última serie que grabó en Barcelona antes del confinamiento.
También tiene pendiente la exhibición de Las consecuencias y La mirada de Lucía.
Sin embargo, el espectáculo de danza teatro en el que trabaja con Chevi Muraday es su proyecto más personal, pues le permite retomar los estudios que realizó en Cali y trabajar en una experiencia biográfica sobre el perdón.
Una obra que se permite realizar por la madurez, el momento social y porque es una convencida de que es la hora de expresar y gozar el poder femenino.
A Juana Acosta la recibió 2021 con sorpresas. Su regresó a Madrid (España), luego de pasar vacaciones en Colombia, se vio truncado por la tormenta Filomena y cuando apenas estaba acomodándose nuevamente en su casa, la Academia de Cine Español le anunció su nominación al Premio Goya.
“La verdad es que recibir una nominación al Goya como mejor actriz de reparto es una alegría inmensa. Son muchos años los que llevo trabajando y viviendo en España, ya 20, así que para mí este es un reconocimiento muy importante a tantos años de trabajo, de constancia, de determinación, de amor a lo que hago”, dice con alegría.
* Le puede interesar: El cine de Colombia tendrá la oportunidad de competir en Premios Ariel y Platino 2021.
Juana Acosta nació en Cali y antes de empezar en la actuación estudió danza clásica con Ana Pavlova y danza contemporánea con Maria Sanford.
A los 18 años realizó su primer protagónico en la serie de televisión Mascarada.
Estudió actuación en España, país al que se trasladó definitivamente a los 23 años y donde ha actuado en series como Velvet y en películas como Perfectos desconocidos, de Álex de la Iglesia.
Por eso sostiene que “el Goya es un estímulo, es una palmadita que dice que voy por buen camino”.
La nominación a este galardón, el más importante del cine iberoamericano (que se entregará el próximo 6 de marzo y en donde también participa la película colombiana El olvido que seremos), le llega por su actuación en la película El inconveniente. En esta historia encarna a Sara, una mujer de 40 años que está en crisis y que tiene la oportunidad de comprar un apartamento, con la condición de que tiene que convivir con la vendedora, Lola, hasta que fallezca.
A Juana Acosta le da mucha felicidad que la película se haya podido estrenar en salas de cine en España, a pesar del retraso generado por la pandemia, y que no haya pasado inadvertida.
Su compañera de set, Kiti Manver, está nominada al Goya en la categoría de mejor actriz protagonista, y Bernabé Rico, como mejor director novel.
Pero para la artista la historia también ha calado en el público, porque se ajusta al tiempo actual, habla sobre el aquí y el ahora.
“Para mí es una oda a la vida. Habla sobre sororidad, sobre dos mujeres absolutamente diferentes y opuestas que se unen por una circunstancia muy curiosa y es un punto de partida muy potente para reflexionar. También ha sido una enseñanza que me han dejado estos meses de confinamiento”, admite.
Aunque la cuarentena puso una pausa en la vida de Juana Acosta, no significó el pare total. Mientras se reanudaba un rodaje, presentó El inconveniente en el Festival de Cine de Málaga, fue homenajeada en Huelva por ser una de las intérpretes más destacadas de su generación y fue jurado en el Festival de Sitges, labor que le permitió reconciliarse con los géneros fantásticos y de terror hasta el punto de que el próximo 15 de febrero comenzará el rodaje de Lobo feroz.
Por otro lado, el tiempo extra en casa le permitió preparar, aun mejor, el papel de Lucía del filme La mirada de Lucía, de Imanol Uribe, que debió grabarse en marzo o abril de 2020.
Finalmente, la filmación se hizo terminando el año en Pamplona (España) y Cali (Colombia), una oportunidad perfecta para que Juana Acosta se reencontrara con su familia y su tierra.
“Para mí fue un regalo volver a Colombia y rodar allí”, argumenta la actriz, pues la historia es sobre los testigos de la matanza a jesuitas en El Salvador en 1989.
En Cali pudo celebrar su cumpleaños en familia y luego viajó a Cartagena para encontrarse con su hermana Valentina, quien vive en México, y varios amigos.
“Después de un año tan complicado poder estar allí, poder ver a mi familia, la verdad que han sido días de mucho descanso, de mucho amor. Siento que he regresado a España recargada”, dice.
El 2021 será un año especial para Acosta, pues además de la nominación al Goya, marca su regreso a los proyectos televisivos y a la danza.
En unos meses estrenará La templanza, serie de Amazon inspirada en la novela de María Dueñas, en la que coincide por primera vez con Rafael Novoa, y luego llegará a Netflix El inocente, la última serie que grabó en Barcelona antes del confinamiento.
También tiene pendiente la exhibición de Las consecuencias y La mirada de Lucía.
Sin embargo, el espectáculo de danza teatro en el que trabaja con Chevi Muraday es su proyecto más personal, pues le permite retomar los estudios que realizó en Cali y trabajar en una experiencia biográfica sobre el perdón.
Una obra que se permite realizar por la madurez, el momento social y porque es una convencida de que es la hora de expresar y gozar el poder femenino.