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Los españoles Jaume Balagueró y Paco Plaza volvieron este miércoles a Venecia para estrenar REC 2, la angustiosa y claustrofóbica secuela de su exitosa historia de terror que hace dos años comenzó en la Mostra una vertiginosa carrera internacional que esperan repetir de nuevo.
Así lo explicaron en rueda de prensa los directores, cuya película abrió la sección fuera de concurso de la 66 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, un apartado no competitivo por el que este año pasarán nombres como los de Steven Soderbergh, Oliver Stone o Hana Makhmalbaf.
Balagueró y Plaza, acompañados por la actriz Manuela Velasco, se mostraron satisfechos por el resultado de esta segunda película con la que han intentado sorprender de nuevo a los espectadores pero manteniendo la continuidad de la historia.
Porque si algo sorprendió a los directores no fue tanto el éxito de la primera entrega sino la comunidad que se generó en torno a ella, los comentarios de los espectadores por internet, en blogs en los que se aventuraban a idear continuaciones para el relato.
De ahí que decidieran que REC 2 comenzara en el punto exacto en el que se quedó la primera. Pero, aunque muy parecida, es también diferente ya que explora otros aspectos de los "infectados" que tantos sustos provocaron en la película original.
Esos infectados de la primera parte pasan a ser algo diferente, un aspecto que "ya se insinuaba" al final de la primera película, según explicó Plaza.
Y en ese giro argumental se inscribe la aparición de un cura, un personaje que es "como un héroe, un guerrero de la luz", lo que acentúa mucho el peso de la Iglesia y la religión en esta segunda parte, agregó el director.
No obstante, la historia se desarrolla en el mismo edificio, con la misma técnica y la misma claustrofobia. Eso sí, con más acción, más puntos de vista y un grupo de protagonistas diferentes, entre los que repite Manuela Velasco, ganadora de un Goya a la mejor actriz revelación por su papel en la primera parte.
Aunque quien espere ver a la Ángela Vidal de REC se llevará una sorpresa, tanto por su escasa presencia en esta segunda parte como por el cambio que ha dado el personaje.
Un cambio que ha obligado a la actriz a realizar un papel mucho más físico y violento, con el que, sin embargo, confesó habérselo pasado muy bien.
"Me lo he pasado genial. Ha sido un juego, una alegría, una fiesta", confesó una sonriente Velasco, que reconoció que por sus características -aspecto frágil y dulce-, no es evidente la idea de armarla y convertirla en una "asesina de lo que sea".
Tanto Velasco como los directores trataron de medir mucho sus palabras para no desvelar las sorpresas que contiene la secuela, aunque los tres hicieron hincapié en la dureza del trabajo para los actores, que tuvieron que hacer planos secuencia muy largos, muy violentos y complicados de rodar.
Una forma de trabajar necesaria para recrear de nuevo el ambiente sucio, denso y terrorífico característico de REC, en el que la falta de luz, de espacio y hasta de aire contagian al espectador, que pasa a formar parte del filme. "Es una película de terror puro y duro, para la gente que le gusta pasarlo mal", señaló Balagueró.
Una historia "muy de género", que conquistó a un público de lo más variopinto en su primera entrega, incluso a espectadores de apenas 12 ó 13 años.
Lo que demuestra, según el productor de la cinta, Javier Fernández, la vigencia del terror y del cine de género, algo que siempre ha sido difícil de realizar en España.
"Hace 8 ó 10 años era difícil creer que en España se pudiera hacer algo así. Pero creemos en el cine de género y decidimos apostar por él" , aseguró.
Y, al menos en el caso de REC, parecen llevar razón, dado el éxito que tuvo la primera -de la que incluso se hizo un remake en Estados Unidos llamado Quarantine - y las expectativas generadas con la segunda, que ya ha sido vendida a "casi todos los países del mundo", según fuentes de la productora.