“No todo tiene que ser dramático”, una radiografía de la animación en Colombia
La industria de la animación en el país ha venido creciendo y cada vez son más los profesionales trabajando en este sector. A propósito del primer Festival de Animación Comfama, celebrado el pasado mes de febrero en El Retiro (Antioquia), hablamos con algunos profesionales de esta área para conocer los avances y retos de la industria nacional.
Mateo Medina Escobar
En El Retiro, Antioquia, un pueblo que alguna vez fue asentamiento de conquistadores españoles y “cuna de la libertad”, al ser uno de los primeros lugares en el que se liberaron esclavos en el continente, fue la sede de la primera edición del Festival de Animación Comfama. El evento reunió profesionales de la industria de la animación de Colombia y otros países como Brasil, Portugal y Francia.
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En El Retiro, Antioquia, un pueblo que alguna vez fue asentamiento de conquistadores españoles y “cuna de la libertad”, al ser uno de los primeros lugares en el que se liberaron esclavos en el continente, fue la sede de la primera edición del Festival de Animación Comfama. El evento reunió profesionales de la industria de la animación de Colombia y otros países como Brasil, Portugal y Francia.
El festival, que duró tres días (16, 17 y 18 de febrero), presentó algunos de los trabajos que ha realizado el talento local, entre los que se destacan cortometrajes como “La perra” (2023), dirigido por Carla Melo y que fue seleccionado en el Festival de Cannes del año pasado; “La tortuga de plástico” (2019), dirigido por Miguel León y Claudia Osejo; y “Coffee Break” (2018), dirigido por María Cristina Pérez y Mauricio Cuervo Rincón.
En el evento se discutieron los avances de esta industria en el país y se analizaron algunos de los retos. Lola Barreto, realizadora de animación y miembro de ASIFA Colombia, (Asociación Internacional de Cine de Animación), conversó con el profesor titular de la Universidad EAFIT Alejandro Guzmán, sobre “El diseño de producciones animadas en Colombia”.
Barreto y Guzmán, quienes hablaron para El Espectador, mencionan algunas de las falencias en la industria local: Falta de programas de formación especializados, redes profesionales poco conectadas, bajo desarrollo y actualización de tecnologías y la generación insuficiente de políticas públicas enfocadas en el sector; son algunos de los aspectos por mejorar.
“Las formas en las que están construidas las políticas públicas del cine de animación son muy atrasadas, ya estamos en otro lugar. Falta conversar más sobre videojuegos, realidad virtual y otras áreas”, asegura Barreto, quien agrega que categorizar la animación puede ralentizar procesos en la industria.
“Los animadores tienen que dejar de pensar solamente en producir cinematográficos, hay otros campos que no se están aprovechando a nivel laboral. Por ejemplo, las cinemáticas de videojuegos, la simulación y la ingeniería son campos del desarrollador de animación que se requieren para el mundo laboral, pero que no le interesa”, agrega Guzmán.
El cine de animación en el país se ha centrado en la producción de cortometrajes y unos contados largometrajes. De acuerdo con el informe Cine en Cifras de 2023, boletín de indicadores y estadísticas del cine desarrollado por Proimágenes Colombia, el año pasado se estrenó una sola película animada nacional: “La otra forma”, una coproducción con Brasil, dirigida por Diego Felipe Guzmán. Una muestra de la deficiencia en el país de finalizar producciones animadas.
Según el estudio “Panorama de la animación en Colombia”, presentado por Guzmán y Barreto durante su charla, entre 2010 y 2017, el Fondo de desarrollo cinematográfico (FDC) y Crea apoyaron 84 proyectos, pero de esos, solo dos largometrajes y 14 cortometrajes se contemplaron. “Tuvimos que preguntarnos por qué no prospera la finalización de películas animadas en Colombia (…) Hay que entender que hay otros procesos adentro de una producción más allá de las fases normales”, cuenta Barreto. Guzmán, quien considera que, aunque los fondos y becas ayudan en la realización de proyectos animados, exigen materiales que al final no se usan y que ralentizan las producciones.
Tanto Barreto como Guzmán coinciden en un crecimiento exponencial que colocó a Colombia en el mapa de las empresas de animación internacionales. “Ha crecido la cantidad de profesionales y de experiencia en las diferentes áreas. La pandemia hizo que el campo de la animación y de los efectos visuales tuviese salidas muy amplias”, explica el profesor de la Universidad EAFIT. En el país se ha visto un “boom” de creación de empresas que prestan servicios relacionados con la animación, además hay colombianos que trabajan para empresas internacionales como Netflix, Nickelodeon y Sony Animation.
En cuanto al desarrollo de software, Barreto insiste que se deben implementar más actualizaciones para los profesionales de todas las áreas de la animación. “Se necesita una tecnología que esté al servicio de los artistas, para el tema de distribución, de permisos de exhibición, de contratos”,
Guzmán, quien se ha dedicado principalmente a la academia, explica que en Colombia aún faltan programas de formación especializados. “El nivel técnico y tecnológico responden a algunas cosas, pero el nivel profesional responde a otras como la visión, la capacidad plástica, la capacidad de conceptualización. La dirección del diseño de producción entiende otras dinámicas que el carácter tecnológico y técnico no aborda”.
El desarrollo de audiencias en Colombia
Barreto insiste en el desarrollo de audiencias. “Eso también se cultiva, imagínate si una persona está acostumbrada a ir al cine a ver solamente películas de DreamWorks o Disney, y no apoyar el talento nacionalmente. Hay que hacerles entender que es importante apoyar lo nuestro”, asegura, aunque recalca que los creadores también tienen que ser flexibles con sus narrativas para atraer al público.
“Nosotros tenemos que empezar a generar otro tipo de narrativas, no todo tiene que ser dramático o de dolor. También hay cosas del juego, cosas mucho más alegres. Para la formación de públicos es importante que se den espacios como este festival, porque eso genera un efecto en cadena”, termina resaltando la realizadora sobre el Festival de Animación Comfama.
Carla Melo, artista visual y directora del cortometraje “La perra”, que fue premiado en el festival, también habló para este medio y recalcó la importancia de eventos como ese para el crecimiento de la industria en el país. “Este festival nos obliga a mirar lo que está pasando en la animación en las regiones. También pasa que muchos cineastas de imagen real son muy repelentes a la animación, y que le den tanta importancia a esta área haciendo un festival, le da cada vez más fuerza y miradas. Habrá gente que se puede interesar en contar historias a través de la animación”.