“Llanto maldito”, la película colombiana de terror para ver en pantalla grande

Los días felices que una pareja y sus dos hijos planean en una cabaña en medio del bosque se torna en la experiencia más traumática de la vida cuando, de repente, una presencia extraña corroe los sentimientos que no sanaron en el pasado.

Esta es la premisa de Llanto maldito, película colombiana de terror producida por Dynamo y dirigida por Andrés Beltrán, quien en su hoja de vida cuenta con la escritura y dirección de La serie negra, The Undertaker y Vanity Mirror, entre otros cortos, y el largometraje Malos días.

La relación entre esta casa productora colombiana y el cineasta comenzó hace varios años, cuando esta película era un proyecto en papel. Luego, Beltrán se vinculó a la dirección de la segunda temporada de la serie Distrito salvaje, tiempo que les dio para producir y financiar el filme.

Llanto maldito fue filmada en 2019 y su estreno estaba previsto en octubre de 2020; pero, al estar cerradas las salas de cine, la película estuvo guardada en un cajón. Pero, ahora que Cine Colombia abrió de nuevo las puertas, desde el 29 de julio hace parte de su parrilla de programación.

Este tiempo de reposo les dio la oportunidad a los realizadores de buscar nuevos caminos de exhibición y es por eso que esta historia fue seleccionada para representar a Sitges, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, en el Blood Window Showcase de Cannes 2021. Como si fuera poco, hará parte de la programación de este certamen dedicado al cine fantástico y de terror que se llevará a cabo en octubre próximo y, recientemente, fue premiada en el Festival Ventana Sur, el gran mercado de cine latinoamericano que se celebra en Buenos Aires.

“Todo este paso por festivales le aporta mucho a la película”, sostiene la productora Natalia Echeverri, quien asegura que estar en la programación del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña era un objetivo que se plantearon hace años junto a Andrés Beltrán, pues otorga prestigio tanto al proyecto como al director.

Llanto maldito es la primera película colombiana de terror producida por Dynamo, casa reconocida por realizar series que se distribuyen en plataformas de streaming y por producir películas extranjeras grabadas en el territorio nacional.

“El terror es un mundo completamente distinto y tiene un planteamiento muy especial y específico. Fue un reto muy humano y muy grande, no solo desde el lado creativo, sino desde la producción”, dice Natalia Echeverri, en referencia al reto que tuvo para encontrar la locación perfecta donde desarrollar físicamente la historia escrita en el guion.

En Llanto maldito no solo los personajes son protagónicos, también la casa donde van a pasar los días de vacaciones, pues es en este sitio donde transcurren la mayoría de las situaciones.

Al final, como no encontraron en Bogotá ni en sus alrededores la cabaña que el director tenía en mente, no hubo otra opción que construirla.

“Eso suena loco porque usas la casa durante las cuatro semanas de rodaje y ¿luego qué?”, fue lo que le dijeron a la realizadora cuando apoyó la postura del cineasta. Sin embargo, apostó por esta idea y encontró un lote en medio de un bosque lleno de frailejones y una fábrica especializada en casas prefabricadas. “Pudimos lograr tener en la realidad la casa que estaba en la cabeza de Andrés”, dice orgullosa.

Para Natalia Echeverri esta forma de producción abre enormes posibilidades en Colombia, un país acostumbrado a acomodarse a lo que hay, y no a construir lo necesario al estilo Hollywood.

“Esta experiencia se vuelve icónica porque no vas a ver esa locación en ninguna otra película. La casa se construyó en función de los planes del director y en función del género, y cuenta con muchos ventanales porque la historia juega mucho con el interior y el bosque y la neblina”, explica.

Una vez superada la locación, hubo otro reto que solucionar: las grabaciones con los niños Alanna de la Rossa y Jerónimo Barón, quienes encarnan a los hijos de Sara (Paula Castaño) y Óscar (Andrés Londono). Ya que la ley colombiana prohíbe filmar de noche escenas protagonizadas por menores, a los realizadores les tocó “falsear todas las noches de la película” cubriendo la casa con un cubo de tela negra.

Luego de tantos desafíos, Llanto maldito está lista para debutar en la pantalla grande en un mes dedicado a los filmes familiares y típicos de vacaciones. Si embargo, para Dynamo y sus socios Cine Colombia, Caracol Televisión, Dago García Producciones y Particular Crowd, es una buena fecha teniendo en cuenta las ganas que tienen los cinéfilos de volver a las salas.

Por eso, esperan que la reapertura los beneficie con muchas pantallas para así no tener que librar “la eterna lucha de los productores”. Es decir, rogar para que luego de la primera semana de exhibición no los saquen del circuito por poca venta de boletería.

Llanto maldito tiene a su favor el gusto que el espectador colombiano tiene por el género del terror. Eso sí, hay que tener en cuenta que también es una película familiar, una historia de terror sobre un drama familiar y que por eso es apta para que la vean mayores de catorce años. Al fin de cuentas, esta película tiene una aspiración muy comercial.

Los días felices que una pareja y sus dos hijos planean en una cabaña en medio del bosque se torna en la experiencia más traumática de la vida cuando, de repente, una presencia extraña corroe los sentimientos que no sanaron en el pasado.

Esta es la premisa de Llanto maldito, película colombiana de terror producida por Dynamo y dirigida por Andrés Beltrán, quien en su hoja de vida cuenta con la escritura y dirección de La serie negra, The Undertaker y Vanity Mirror, entre otros cortos, y el largometraje Malos días.

La relación entre esta casa productora colombiana y el cineasta comenzó hace varios años, cuando esta película era un proyecto en papel. Luego, Beltrán se vinculó a la dirección de la segunda temporada de la serie Distrito salvaje, tiempo que les dio para producir y financiar el filme.

Llanto maldito fue filmada en 2019 y su estreno estaba previsto en octubre de 2020; pero, al estar cerradas las salas de cine, la película estuvo guardada en un cajón. Pero, ahora que Cine Colombia abrió de nuevo las puertas, desde el 29 de julio hace parte de su parrilla de programación.

Este tiempo de reposo les dio la oportunidad a los realizadores de buscar nuevos caminos de exhibición y es por eso que esta historia fue seleccionada para representar a Sitges, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, en el Blood Window Showcase de Cannes 2021. Como si fuera poco, hará parte de la programación de este certamen dedicado al cine fantástico y de terror que se llevará a cabo en octubre próximo y, recientemente, fue premiada en el Festival Ventana Sur, el gran mercado de cine latinoamericano que se celebra en Buenos Aires.

“Todo este paso por festivales le aporta mucho a la película”, sostiene la productora Natalia Echeverri, quien asegura que estar en la programación del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña era un objetivo que se plantearon hace años junto a Andrés Beltrán, pues otorga prestigio tanto al proyecto como al director.

Llanto maldito es la primera película colombiana de terror producida por Dynamo, casa reconocida por realizar series que se distribuyen en plataformas de streaming y por producir películas extranjeras grabadas en el territorio nacional.

“El terror es un mundo completamente distinto y tiene un planteamiento muy especial y específico. Fue un reto muy humano y muy grande, no solo desde el lado creativo, sino desde la producción”, dice Natalia Echeverri, en referencia al reto que tuvo para encontrar la locación perfecta donde desarrollar físicamente la historia escrita en el guion.

En Llanto maldito no solo los personajes son protagónicos, también la casa donde van a pasar los días de vacaciones, pues es en este sitio donde transcurren la mayoría de las situaciones.

Al final, como no encontraron en Bogotá ni en sus alrededores la cabaña que el director tenía en mente, no hubo otra opción que construirla.

“Eso suena loco porque usas la casa durante las cuatro semanas de rodaje y ¿luego qué?”, fue lo que le dijeron a la realizadora cuando apoyó la postura del cineasta. Sin embargo, apostó por esta idea y encontró un lote en medio de un bosque lleno de frailejones y una fábrica especializada en casas prefabricadas. “Pudimos lograr tener en la realidad la casa que estaba en la cabeza de Andrés”, dice orgullosa.

Para Natalia Echeverri esta forma de producción abre enormes posibilidades en Colombia, un país acostumbrado a acomodarse a lo que hay, y no a construir lo necesario al estilo Hollywood.

“Esta experiencia se vuelve icónica porque no vas a ver esa locación en ninguna otra película. La casa se construyó en función de los planes del director y en función del género, y cuenta con muchos ventanales porque la historia juega mucho con el interior y el bosque y la neblina”, explica.

Una vez superada la locación, hubo otro reto que solucionar: las grabaciones con los niños Alanna de la Rossa y Jerónimo Barón, quienes encarnan a los hijos de Sara (Paula Castaño) y Óscar (Andrés Londono). Ya que la ley colombiana prohíbe filmar de noche escenas protagonizadas por menores, a los realizadores les tocó “falsear todas las noches de la película” cubriendo la casa con un cubo de tela negra.

Luego de tantos desafíos, Llanto maldito está lista para debutar en la pantalla grande en un mes dedicado a los filmes familiares y típicos de vacaciones. Si embargo, para Dynamo y sus socios Cine Colombia, Caracol Televisión, Dago García Producciones y Particular Crowd, es una buena fecha teniendo en cuenta las ganas que tienen los cinéfilos de volver a las salas.

Por eso, esperan que la reapertura los beneficie con muchas pantallas para así no tener que librar “la eterna lucha de los productores”. Es decir, rogar para que luego de la primera semana de exhibición no los saquen del circuito por poca venta de boletería.

Llanto maldito tiene a su favor el gusto que el espectador colombiano tiene por el género del terror. Eso sí, hay que tener en cuenta que también es una película familiar, una historia de terror sobre un drama familiar y que por eso es apta para que la vean mayores de catorce años. Al fin de cuentas, esta película tiene una aspiración muy comercial.