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En 1939, la primera entrega de Marvel Comics llegaba a las tiendas con una alineación de superhéroes muy diferente a la que conocemos ahora. En las ocho décadas posteriores, ese universo de cómics se ha convertido en un elemento fundamental de la cultura pop, produciendo algunos de los personajes más reconocidos e importantes de la historia de los cómics y ahora la gran pantalla.
A pesar de contar con el reconocimiento mundial, la historia de Marvel y la de los cómics está llena de altibajos, cambios, crisis y, en los últimos años, algunos de los momentos más exitosos en la industria del entretenimiento. Estas han sido las claves de su supervivencia y éxito.
Un nuevo entretenimiento
La historia de Marvel está directamente ligada a la de los cómics. Sus inicios se remontan a finales de la década de 1930 y 1940, una época considerada como la edad de oro de los cómics. Entonces un joven editor llamado Martin Goodman tomó su propia empresa llamada Timely Comics. Sus primeros éxitos fueron la Antorcha Humana y Namor, predecesores de superhéroes más populares de la actualidad. A estos se suman personajes icónicos como el Capitán América.
Timely no contaba con su propio equipo de dibujantes. Los talleres de artistas a menudo trabajaban en la ilustración de cómics por encargo en un tiempo en el que se les apuntaba a los contratos millonarios provenientes de la publicidad. A pesar de no contar con sus dibujantes, ni líneas de distribución propias, la empresa apostó por mantener en su nómina algunas de las plumas relevantes de la historia de la industria como Joe Simon, Jack Kirby y eventualmente un joven Stanley Leiber, primo de la esposa de Goodman, quien llegaría tiempo después a firmar su primera historia del Capitán América con el nombre de Stan Lee.
Superhéroes imperfectos y el método Marvel
Uno de los más grandes éxitos de Marvel Comics sucedió en los años 60, cuando el regreso del género de superhéroes exigía una verdadera revolución, un cambio de concepto que le permitiera conectar con nuevos públicos agotados de las mismas narrativas y que empezaban a ver en la Guerra Fría un reencauche de la antigua propaganda guerrerista de la Segunda Guerra Mundial.
En 1961 la compañía tomó como nombre oficial Marvel Comics y Stan Lee se planteó su salida de la industria. Cuenta la leyenda que su esposa, Joan Boocock Lee, le sugirió que, antes de retirarse, escribiera la historia que siempre había querido. Meses más tarde, Lee presentaría Los Cuatro Fantásticos. Incluso resucitó a la Antorcha Humana de Marvel Comics n.° 1.
Con esta nueva etapa, Lee hizo un cambio en la forma en que los superhéroes eran caracterizados en sus historias: les dio defectos. Al hacerlo abrió un universo narrativo para sus personajes que ahora tenían varias capas, conflictos personales que resolver y se relacionaban con un público más amplio. Para lograr su objetivo, con un catálogo tan amplio, Lee decidió aplicar de manera estructurada una forma de trabajo explorada por Kirby años antes.
El método consistía en crear historias de manera conjunta entre escritor e ilustrador, de forma que ambos artistas aportaran su visión de manera complementaria durante el proceso creativo, construyendo narraciones visuales más conectadas con las historias propuestas por los escritores.
Esto reavivó el interés por el género, particularmente entre los lectores mayores, y abrió el camino para que estas historias salieran de las páginas a la televisión y al cine.
Las malas decisiones
En medio de los éxitos creativos, Marvel siempre fue desafortunada en los negocios. Goodman construyó un intrincado sistema de empresas dependientes financieramente unas de otras, lo que lo llevó a vender sus propiedades en 1968, acabando con la buena racha, aunque siguió siendo editor hasta que se vio obligado a abandonar el cargo en 1972. Marvel, bajo sus nuevos dueños, buscó ganancias de cualquier manera, vendiendo licencias de cine y televisión de sus principales personajes al mejor postor. Pero cuando obtuvieron financiamiento para hacer sus propias películas este siglo, después del éxito de la película Spider-Man de Sony en 2002, ya habían vendido sus personajes más valiosos: Los Cuatro Fantásticos, X-Men y Hulk, entre otros.
El regreso del método Marvel
Pero toda mala racha tiene un fin. A pesar de contar con las licencias de personajes de segunda categoría para la época como Iron Man. En el año 2000 Marvel puso en manos de Brian Michael Bendis, la mente creativa detrás de la nueva revolución narrativa de los cómics, la renovación de su catálogo de personajes con historias aun más actuales, llamando la atención de un nuevo público joven y del gigante del entretenimiento Disney, que encontró una nueva fórmula en la que creación de una oportunidad novedosa. La empresa puso las decisiones en manos de sus creadores y gestionados por una figura que los entiende y los respeta, una versión 2.0 del método Marvel que da luz a un universo cinematográfico sin precedentes. De la mano de su presidente Kevin Feige, Marvel Entertainment creó una cantidad de franquicias que establecería un récord este año para los ingresos brutos más altos de todos los tiempos.
La historia de Marvel ha dado para todo: grandes logros, terribles caídas y un impacto innegable en la cultura pop que ha transformado el género de superhéroes en varias ocasiones. Ya sea con los superhéroes imperfectos de Lee, las dinámicas modernas y actuales de Bendis o el éxito de Feige en traducir estas historias al cine. A lo largo de ochenta años, Marvel ha creado un elenco de personajes y un universo de historias que han moldeado la cultura y entretenido a millones.