“Matrioshka”, la película colombiana que se estrenó en el Festival de Cine de Shanghái
Las actrices Vicky Hernández, Ana María Sánchez y Alma Rodríguez, protagonizan una historia íntima que presentó en Asia una versión del cine colombiano con narrativas diferentes al narcotráfico o al conflicto. Aún hay retos para su distribución.
Sandra M Ríos U - CineVista
El Festival de Cine de Shanghái es el primero y único competitivo de la zona asiática, es de categoría A y se caracteriza por la diversidad cinematográfica, exhibiendo una nutrida selección de películas, en variedad de estilos y géneros. También, por tejer un puente entre las filmografías de Oriente y Occidente. Para esta edición recibieron 3.700 proyectos para la competencia oficial. En Cannes, el festival referente, se reciben alrededor de 4.500 obras. Al final se seleccionaron 461 producciones, repartidas en casi 1,600 exhibiciones.
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El Festival de Cine de Shanghái es el primero y único competitivo de la zona asiática, es de categoría A y se caracteriza por la diversidad cinematográfica, exhibiendo una nutrida selección de películas, en variedad de estilos y géneros. También, por tejer un puente entre las filmografías de Oriente y Occidente. Para esta edición recibieron 3.700 proyectos para la competencia oficial. En Cannes, el festival referente, se reciben alrededor de 4.500 obras. Al final se seleccionaron 461 producciones, repartidas en casi 1,600 exhibiciones.
La sección “Belt and Road Film Week” tuvo el enfoque titulado “el camino del coraje”, con una selección de 18 largometrajes que tenían en común presentar protagonistas que rompen barreras físicas o internas, dando paso a vidas valerosas. Entre ese selecto grupo, ocho compitieron por tres premios, uno de ellos, el del público. Entre esas ocho, la colombiana “Matrioshka”, bajo la dirección de Jorge Forero (“Violencia”. 2015).
Como una película “femenina y delicada” la describió dicho festival, donde hizo su premier mundial. La historia sigue a tres mujeres, abuela, madre e hija, que tienen un reencuentro que les ofrece la oportunidad de restablecer sus heridas de larga data. Ana viaja de repente a visitar a su abuela Lucía. En la casa de campo también está Julia, su madre, una escritora con quien nunca tuvo una buena relación, pues fue la abuela quien crio a la nieta. Esos días que comparten abren las puertas para que un secreto salga a la luz y de razón a su abandono.
“Matrioshka” tiene las características de un cine distinto, en el contexto del cine colombiano, al tratarse de una producción que le apuesta a la historia de tipo intimista, con un fondo universal, evitando temáticas como la del conflicto armado que suelen llamar tanto la atención de festivales europeos. “El estreno de Matriohska en el Festival de Cine de Shanghái fue maravilloso. Primero, nos alegró mucho la noticia, porque estar en un festival de cine de clase A siempre es importante, pero, sobre todo, descubrir cómo una película como esta resonó mucho con la audiencia china, fue muy valioso”, comentó Jorge Forero, quien trabajó esta historia con tres actrices profesionales y muy experimentadas: Vicky Hernández, Ana María Sánchez y Alma Rodríguez.
Al evento asistieron el director junto a Alma y Ana María. Esta última destacó que la historia de la película aborda temas familiares, a través de tres generaciones. “Siempre habíamos pensado lo particular que era traer a Shanghái una historia tan íntima, de nuestras familias en Colombia, y sucedió que el público estuvo muy emotivo, identificándose con sus temas; los amores, los odios, las cosas no dichas y esos silencios que se guardan por años entre familias”. Sánchez, con una carrera de tres décadas en la televisión, el teatro y el cine (con esta ha participado en una docena de títulos), celebra el guion (coescrito con Tatiana Andrade) de esta historia pensada para las actrices, pensado el guion para ser actuado.
Otro Cine Colombiano
“Teníamos la experiencia que la película había quedado en el shortlist de diferentes festivales europeos y estadounidenses, pero no había llegado a dar ese último paso para su estreno mundial. Siempre nos hablaban de las particularidades de la historia, de que en determinados eventos están pendientes de aquellas películas que están dando cuenta de urgencias de los países, de necesidades, de comunidades eurorepresentadas, de conflictos, de esos temas que, a veces, parecieran ser únicamente los urgentes, pertinentes y necesarios y que, por el contrario, no le dan espacio a otro tipo de cinematografías, por lo menos colombianas”.
Forero recoge con estas palabras un sentir de quienes estamos más involucrados en la industria, sus dinámicas y esa idea – que algunas desconocen y llaman mito – de que en el fondo sí existe una curaduría no reconocida por estos eventos, unos parámetros que se corresponden a agendas, tendencias o momentos de la actualidad. “Como que hay una suerte, si bien no es oficialmente, de curaduría sobre cuál es el tipo de películas las cuales los colombianos podemos hacer para poder participar de este tipo de espacios. No es siempre, digamos, pero sí en una gran parte”.
La apuesta por historias de conexión
A finales del año pasado se estrenó en cartelera “El Otro Hijo”, una película que al igual que esta apostó por un cine de historia, basada en conflictos familiares e intimismo. Dirigida por Juan Sebastián Quebrada, no abordaba temas fáciles: el duelo y el suicidio, pero su tratamiento y problemática hizo que el público se sintiera profundamente identificado, que le tocara las fibras, así que la recepción fue muy positiva y el voz a voz ayudó para que se sostuviera en cartelera, en medio de estrenos hollywoodenses como la secuela de los “Juegos del Hambre”, “The Marvels” o “Napoleón”, y de la llamada época de las “películas de la temporada de premios”.
Forero señala que “Matrioshka” es un largometraje que “si bien no es de entretenimiento, comercial y de evasión, termina siendo una película amplia en el sentido que está pensada para una audiencia amplia, grande, porque es muy fácil de conectarse a pesar de que no tenga el ritmo o la dinámica que tiene la televisión o las películas comerciales”. La palabra conexión parece ser, en definitiva, esa clave para que este tipo de películas de historias e independientes puedan acceder al gran público.
Si en el caso de la notoria “El Otro Hijo” la clave estuvo en profundizar en cómo la muerte repentina de un ser querido desestabiliza la estructura familiar y el mostrar con hiperrealismo cómo se gestiona el duelo, en “Matrioshka” esa clave la recepción de una audiencia tan lejana como la china. Al parecer ha sido la capacidad que tiene de expresar en imágenes aquellas situaciones incómodas y en lo que se prefiere callar. “La película tiene otra propuesta, porque está concebida sobre lo no dicho. Si bien hay una diferencia cultural y hay también una diferencia en la estructura de familia, también hay una cercanía dentro de lo que tiene que ver con el comportamiento humano, especialmente femenino, porque la película está construida sobre esos elementos. Está construida sobre lo no dicho, sobre los secretos familiares, lo que se dice, lo que se expresa, pero por el otro lado, lo que no se dice, lo que no se expresa y se mantiene, lo que se guarda y se oculta, intentando mantener un equilibrio, intentando que las cosas estén bien, pero al final eso se vuelve acumulativo y termina saliendo por algún lado, como una olla a presión”, dice el director de la cinta.
Alma Rodríguez no solo es la coprotagonista de este trío de mujeres, sino que, además, fue parte del origen de la película. “La película habla de una historia familiar, de la conexión entre abuela, madre e hija, y cómo hay que sanar secretos, viejas heridas, para que la historia no se repita. Es una idea que nos surgió a un compañero y a mí. Jorge ayudó a enriquecerla”.
El director, quien también tiene una extensa trayectoria como productor, compartiendo créditos en obras como “La Tierra y la Sombra” y “Siete Cabezas”, descubrió con este viaje que en Asia hay pocas referencias del cine colombiano, por lo que fue motivo de orgullo acercarlos con una historia de esta naturaleza, con “una historia sencilla, muy familiar, muy íntima, sobre los conflictos generacionales de tres mujeres”. En últimas, el director, como las actrices, concuerdan en que la recepción fue muy emotiva y que dio pie para que los asistentes hablaran de sus propios conflictos y vivencias.
La distribución
Otra de las paradojas de este tipo de cine recae en la dificultad que tienen estas películas en encontrar espacios para su distribución. Son historias diferentes, pero el hecho que no sean comerciales, complacientes y de evasión, parece que supone un menor atractivo para distribuidores y exhibidores. En ese sentido, Forero hace un llamado. “Esperamos que pueda ser entendida por los distribuidores y exhibidores, que entiendan que hay películas que pueden abarcar unas audiencias amplias y para eso es necesario que todo el ecosistema esté trabajando en función de que las películas puedan tener ese alcance y no sea restringido o sea limitado por esa etapa de la circulación. Matrioshka sí es una película que habla ampliamente a la audiencia y que, sin ser de evasión, permite también una reflexión y una identificación con una resonancia como la que su historia plantea”.
El largometraje aún no tiene distribución en Colombia y continúa la búsqueda para conseguirlo. “Estamos en la búsqueda de poder lograrlo y con base en eso poder presentarla al público colombiano que es nuestro principal objetivo. Participan tres grandes actrices y es una película narrativa, clásica, que realmente abre las puertas para que haya una buena asistencia, pero que sobre todo, se abra la conversación que genera sobre su visualización y que no necesariamente gira en torno a la película, sino a la propia vida y experiencias de quien la ve, y eso me parece que está siendo súper interesante y valioso”, dice Jorge Forero, quien además promueve el documental “Los Sueños Viajan con el Viento” de Inti Jacanamijoy, donde actuó como productor y que tuvo su estreno internacional en el Sheffield Doc a principios de junio.