Naomi Watts y Sean Penn vuelven a actuar juntos en 'Fair game'
El director de Bourne retoma el cine político de los 60, aunque esta historia es real y del siglo XXI.
Alicia García de Francisco / Efe
'Fair game' es una entretenida historia de espías interpretada con más que solvencia por Naomi Watts y Sean Penn, una muestra más de la tendencia actual de Hollywood a fijarse en el cine político de los años setenta, con la salvedad de que se trata de una historia real y del siglo XXI.
En 2003, el nombre de Valerie Plame saltó a la primera página de los periódicos estadounidenses y, a continuación, de todo el mundo, como el de una agente de la CIA, hasta ese momento totalmente anónima.
Un descubrimiento que se produjo después de que su marido, el ex diplomático Joseph Wilson, dijera en un artículo que las razones esgrimidas por el Gobierno de George W. Bush para ir a la guerra en Irak eran falsas.
Una historia claramente cinematográfica que Doug Liman (responsable de la saga Bourne) ha trasladado con eficacia a la pantalla.
Liman ha desarrollado una historia con una doble vertiente. La pública, conocida por todo el mundo a través de la prensa, y la privada, el cambio en la vida de una pareja a resultas de un escándalo que les sobreviene sin haberlo buscado.
Para ello, Liman se apoya en dos actores de solidez más que demostrada y que con esta película realizan su tercera colaboración, tras '21 gramos' de 2003 y 'The assassination of Richard Nixon' de 2004.
Tanto Watts como Penn se meten en sus papeles y los llenan de matices sin caer en el manierismo tan de moda en el cine actual.
Y los convierten en personajes de celuloide y no en meras imitaciones histriónicas de la realidad, que es en lo que suelen convertirse las adaptaciones de casos reales en la gran pantalla.
Con un ritmo que no decae, unos movimientos de cámara que se identifican con cada parte de la historia -más estáticos en la personal y más veloces y extremos en la política- Liman construye una película sólida y bien tramada.
Y que en su objetivo de no imitar, sino recrear, utiliza escenas reales para mostrar los momentos y personajes más conocidos por el público.
Como la comparecencia de Bush en el Congreso para anunciar que Irak tenía armas de destrucción masiva; los primeros bombardeos sobre Bagdad; o declaraciones de la entonces secretaria de Estado estadounidense, Condolezza Rice, justificando la guerra de Irak.
'Fair game' se estrena este viernes en España, Estados Unidos y parte de Europa y llegará al resto del mundo a partir de diciembre.
'Fair game' es una entretenida historia de espías interpretada con más que solvencia por Naomi Watts y Sean Penn, una muestra más de la tendencia actual de Hollywood a fijarse en el cine político de los años setenta, con la salvedad de que se trata de una historia real y del siglo XXI.
En 2003, el nombre de Valerie Plame saltó a la primera página de los periódicos estadounidenses y, a continuación, de todo el mundo, como el de una agente de la CIA, hasta ese momento totalmente anónima.
Un descubrimiento que se produjo después de que su marido, el ex diplomático Joseph Wilson, dijera en un artículo que las razones esgrimidas por el Gobierno de George W. Bush para ir a la guerra en Irak eran falsas.
Una historia claramente cinematográfica que Doug Liman (responsable de la saga Bourne) ha trasladado con eficacia a la pantalla.
Liman ha desarrollado una historia con una doble vertiente. La pública, conocida por todo el mundo a través de la prensa, y la privada, el cambio en la vida de una pareja a resultas de un escándalo que les sobreviene sin haberlo buscado.
Para ello, Liman se apoya en dos actores de solidez más que demostrada y que con esta película realizan su tercera colaboración, tras '21 gramos' de 2003 y 'The assassination of Richard Nixon' de 2004.
Tanto Watts como Penn se meten en sus papeles y los llenan de matices sin caer en el manierismo tan de moda en el cine actual.
Y los convierten en personajes de celuloide y no en meras imitaciones histriónicas de la realidad, que es en lo que suelen convertirse las adaptaciones de casos reales en la gran pantalla.
Con un ritmo que no decae, unos movimientos de cámara que se identifican con cada parte de la historia -más estáticos en la personal y más veloces y extremos en la política- Liman construye una película sólida y bien tramada.
Y que en su objetivo de no imitar, sino recrear, utiliza escenas reales para mostrar los momentos y personajes más conocidos por el público.
Como la comparecencia de Bush en el Congreso para anunciar que Irak tenía armas de destrucción masiva; los primeros bombardeos sobre Bagdad; o declaraciones de la entonces secretaria de Estado estadounidense, Condolezza Rice, justificando la guerra de Irak.
'Fair game' se estrena este viernes en España, Estados Unidos y parte de Europa y llegará al resto del mundo a partir de diciembre.