Nicholas Gonzalez: “En ‘The good doctor’ nos ocupamos de la política y los problemas sociales”

Existen muchas series de médicos, ¿cuál es el diferencial de “The good doctor”?

Es un espectáculo diferente en medio del momento tan sombrío que vivimos, con el ascenso del nacionalismo y más divisiones en el mundo. La serie muestra las diferencias y tratar de encontrar puntos en común. En The good doctor nos ocupamos de la política y de los problemas sociales, no solo de las cirugías. Uno de los casos con los que Christina Chang (doctora Audrey Lim) tuvo que lidiar, en la segunda temporada, fue con la mutilación genital, cosas que suceden no solo en África o en los países musulmanes, también en los Estados Unidos.

¿Cree que los programas deben abordar grandes problemáticas y enviar mensajes, y no ser solo entretenidos?

Cuando empecé en la televisión pensaba que no era mi responsabilidad, pero con el paso del tiempo he cambiado. Me di cuenta que tengo una voz y puedo hacer eco de aquellos que intentan decir qué está mal o por qué algo está mal.

Ahora hay más diversidad en la televisión, pero, ¿fue difícil para usted obtener papeles cuando comenzó?

Todavía lo es, luchas con eso todos los días. Programas como este pueden ayudar porque no centran la atención en la cultura estadounidense. Por ejemplo, Christina (Chang) habla mandarín en el programa y también salen a relucir elementos de otras culturas. Pero sí, sigue siendo una batalla constante; una vez me pidieron que cambiara mi apellido y usara mi segundo nombre, que es Edward, pero Nicholas Edward suena como personaje de telenovela.

¿Entonces “The good doctor” busca tener un equilibrio social?

Definitivamente. La gente quiere historias diversas, verse a sí misma. Incluso, Game of thrones nos mostró muchos más de nosotros en ese mundo fantástico.

Su personaje, Neil Melendez, tiene una relación con Audrey Lim. ¿Cómo lo manejaron?

A mí y a Christina (Chang) nos encanta el programa, así que cada vez que tenemos un elemento nuevo es favorecedor como actores. La serie está enfocada en el doctor Shaun Murphy (Freddie Highmore), pero las otras historias tejen la trama completa. Además, con Shang, nos encanta trabajar junto y ahora podemos besarnos. Todos los actores quieren su historia paralela, y el público quiere saber qué sucede con los personajes fuera del hospital. Es un halago que David Shore (el creador) nos haya dado ese protagonismo con esta relación adulta, madura y nada ridícula.

¿En la tercera temporada tienen más tiempo para explorar la relación?

Habrá algunos desafíos. Al final de la segunda temporada algunas cosas cambian para nosotros y hay que tratar de lidiar con estar en un ambiente de trabajo y tener una relación. ¿Cómo lo haremos? Nos toca probar.

¿Su padre y su hermano son médicos. ¿Le han dado algún consejo para interpretar al doctor Neil Melendez?

Cuando grabamos el piloto mi hermano fue asesor técnico no oficial. Es decir, no hacía parte del programa, pero le preguntábamos qué le parecía lo que estábamos haciendo. Nos dio su punto de vista sobre lo que un médico podría hacer en determinada situación para realizar la escena lo más fiel a la realidad.

Existen muchas series de médicos, ¿cuál es el diferencial de “The good doctor”?

Es un espectáculo diferente en medio del momento tan sombrío que vivimos, con el ascenso del nacionalismo y más divisiones en el mundo. La serie muestra las diferencias y tratar de encontrar puntos en común. En The good doctor nos ocupamos de la política y de los problemas sociales, no solo de las cirugías. Uno de los casos con los que Christina Chang (doctora Audrey Lim) tuvo que lidiar, en la segunda temporada, fue con la mutilación genital, cosas que suceden no solo en África o en los países musulmanes, también en los Estados Unidos.

¿Cree que los programas deben abordar grandes problemáticas y enviar mensajes, y no ser solo entretenidos?

Cuando empecé en la televisión pensaba que no era mi responsabilidad, pero con el paso del tiempo he cambiado. Me di cuenta que tengo una voz y puedo hacer eco de aquellos que intentan decir qué está mal o por qué algo está mal.

Ahora hay más diversidad en la televisión, pero, ¿fue difícil para usted obtener papeles cuando comenzó?

Todavía lo es, luchas con eso todos los días. Programas como este pueden ayudar porque no centran la atención en la cultura estadounidense. Por ejemplo, Christina (Chang) habla mandarín en el programa y también salen a relucir elementos de otras culturas. Pero sí, sigue siendo una batalla constante; una vez me pidieron que cambiara mi apellido y usara mi segundo nombre, que es Edward, pero Nicholas Edward suena como personaje de telenovela.

¿Entonces “The good doctor” busca tener un equilibrio social?

Definitivamente. La gente quiere historias diversas, verse a sí misma. Incluso, Game of thrones nos mostró muchos más de nosotros en ese mundo fantástico.

Su personaje, Neil Melendez, tiene una relación con Audrey Lim. ¿Cómo lo manejaron?

A mí y a Christina (Chang) nos encanta el programa, así que cada vez que tenemos un elemento nuevo es favorecedor como actores. La serie está enfocada en el doctor Shaun Murphy (Freddie Highmore), pero las otras historias tejen la trama completa. Además, con Shang, nos encanta trabajar junto y ahora podemos besarnos. Todos los actores quieren su historia paralela, y el público quiere saber qué sucede con los personajes fuera del hospital. Es un halago que David Shore (el creador) nos haya dado ese protagonismo con esta relación adulta, madura y nada ridícula.

¿En la tercera temporada tienen más tiempo para explorar la relación?

Habrá algunos desafíos. Al final de la segunda temporada algunas cosas cambian para nosotros y hay que tratar de lidiar con estar en un ambiente de trabajo y tener una relación. ¿Cómo lo haremos? Nos toca probar.

¿Su padre y su hermano son médicos. ¿Le han dado algún consejo para interpretar al doctor Neil Melendez?

Cuando grabamos el piloto mi hermano fue asesor técnico no oficial. Es decir, no hacía parte del programa, pero le preguntábamos qué le parecía lo que estábamos haciendo. Nos dio su punto de vista sobre lo que un médico podría hacer en determinada situación para realizar la escena lo más fiel a la realidad.