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¿Qué lo motivo a entrar al mundo del cine y la televisión?
Yo, en principio, tenía interés de ser un médico, pero siempre he estado involucrado con el mundo del teatro y del cine. A los catorce años dije: “Quiero hacer esto, pero necesito un trabajo como un doctor que sea fijo”. Fui a Columbia University y estudié con unos profesores de cine, que eran de Checoslovaquia y esta experiencia me cambió. Aprendí tanto del idioma del cine y se convirtió en todo lo que quería hacer. Después ingresé al American Film Institute. Quería trabajar con actores, presentar una variedad de historias. También me encantó el idioma del cine, que es muy interesante y es algo que hasta ahora sigo aprendiendo y estudiando.
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Vinculando sus intenciones de ser médico y su experiencia en la industria audiovisual, ¿le hubiera gustado abordar ese tema en alguna serie?
Ya lo he hecho, hice una serie que se llama Medical Investigation, que me gustó mucho y en muchos shows siempre hay temas de medicina, de militares. He estado en el Ejército y lo conozco, igual con la medicina y esas historias me gustan mucho. Pero también para mí la variedad de historias es importante, la ciencia ficción, la fantasía y también todo el trabajo que hago en el mundo de policía. Porque son la historia y los personajes que me atrapan.
¿Qué es lo que más le atrae del género de investigación criminal?
Todo empezó cuando yo estaba viviendo en California, pero yo soy de Nueva York, y me contrataron para hacer un show: New York Undercover, que era de policía, y regresé y había una energía de filmar en las calles, con estos temas policíacos que me gustan mucho. Ese fue el comienzo de mi historia en esta temática.
¿Le gustaría trabajar en una combinación entre el género de investigación criminal, pero futurista, mezclado con ciencia ficción?
Claro. Me gusta, por ejemplo, French Connection o Prince of the City, ese tipo de películas en las que las ciudades son un personaje. Me gusta el análisis de los crímenes porque hay un alto drama, pero también es una textura de cine que me atrae mucho. Recuerdo que estuve al frente de un show que se llama Grimm, por cinco años, era una mezcla de policía con fantasía. Me contrataron en ese entonces por la experiencia que tenía con la policía y también hice unas propuestas audiovisuales como Fringe y Strange, que era la combinación, ideal para mí, entre la fantasía y los desarrollos policíacos en cine y televisión.
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“La ley y el orden” es la serie que marca su sello en la televisión, ¿por qué cree que ha sido tan exitosa en estas 22 temporadas?
En particular por el Special Victims Unit (SVU), que tiene 22 años. Creo que hemos tenido éxito por la actriz Mariska Hargitay y también porque presentamos historias desde el punto de vista de las víctimas y somos las voces de ellas, especialmente en esta época del Mee Too. La ley y el orden es una serie que está presentando la realidad de gente que antes no queríamos oír, no les dimos nada de tiempo y ahora, después de Harvey Weinstein y de todo esto, sabemos que tenemos que oír esas historias. Esta serie es uno de mis sellos, pero creo que Grimm también lo es, hice mucho de NCIS, pero mucha gente me recuerda por La ley y el orden. Y eso para mí es una bendición.
¿Qué fue lo más novedoso que hizo en “La ley y el orden”?
Yo, nada. Todo ha sido una colaboración, yo traje algo y colaborando con los escritores hicimos cosas en Criminal Intent, que era un poco diferente a las series de ahora. En lo que sí nos seguimos esforzando todos es para que este show, después de 22 temporadas, siga saliendo muy bien y muy fresco.