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¿Se puede ser un brillante ajedrecista y fracasar en su vida personal? Esta es la cuestión que aborda la directora colombiana Natalia Santa en "La defensa del dragón", presentada este miércoles en la Quincena de los Realizadores en Cannes.
Natalia Santa (Bogotá, 1977), la primera directora colombiana en figurar en el certamen, se embarcó hace seis años en la aventura de "La defensa del dragón", la historia de tres hombres mayores aficionados al ajedrez que, aunque son hábiles frente al tablero, no logran poner orden en sus vidas.
Con esta primera película, "la primera ópera prima", insiste la directora puesto que no tiene ningún tipo de experiencia cinematográfica, Santa opta a la Cámara de Oro del certamen, que de ganarla sería la segunda para Colombia después de "La tierra y la sombra", de César Acevedo, hace dos años. (Leer "La tierra y la sombra", la mejor participación de Colombia en Cannes).
Pero la directora y guionista no fue la única que debutó en este proyecto, también el músico español Gonzalo de Sagarminaga dio sus primeros pasos como intérprete principal y para la productora cubana Ivette Liang fue su primer filme en tierras colombianas.
Una serie de fotografías sobre antiguos locales y comercios de antaño del centro de Bogotá está en el origen del proyecto. Es el caso del club de ajedrez Lasker, uno de los más antiguos de la capital colombiana, donde cada día se reúnen los aficionados de este juego, y que es uno de los principales escenarios de la película.
Inspirada por los personajes que aparecen en estas fotografías, "empecé a crear historias a partir de estos universos y estos oficios", revela Santa.
Y surgió la trama del filme alrededor de "conflictos que son conflictos de gente mayor, pero que son conflictos comunes a todos (...) como el miedo a arriesgar, la necesidad de tenerlo todo bajo control", explica.
Es así como los tres protagonistas, un profesor de ajedrez, un relojero y un médico homeópata se ven confrontados a situaciones, con sus familias, con sus trabajos, que no saben cómo resolver. No encuentran la jugada que les salve la partida.
Consciente de que la historia de su filme está lejos de la imagen que a menudo se da de Colombia en el cine, en torno a las drogas y al conflicto armado, Santa defiende a sus personajes "urbanos" y que "no se han visto afectados por el conflicto directamente".
"No quería que fueran víctimas, solo víctimas de sí mismos, de sus propias decisiones, de los caminos que han tomado en la vida, y no de los conflictos a su alrededor", explica.
"La defensa del dragón", única cinta latinoamericana en la Quincena de Realizadores, se estrenará en Colombia dentro de dos meses. La directora espera que la acogida sea buena y que la gente rompa la imagen de que las películas colombianas tienen buena crítica en los festivales pero son "aburridas y demasiado artísticas" para el público.
Esta "historia es divertida, esperanzadora, conciliadora del pasado y el futuro", sentencia la cineasta.