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En 2014 el director de cine y televisión Andrés Baiz estaba en Palomino, La Guajira, grabando la primera temporada de “Narcos”. El cineasta vio una fila de carros Renault 18 cargados en su interior con recipientes gigantes de gasolina y con conductores muy jóvenes. Los vehículos iban a toda velocidad y no se detenían ante nada. “Le pregunté a un amigo de la zona qué era eso. Él me dijo que era una caravana de la muerte, contrabandistas de gasolina que vienen de Venezuela, y me explicó el fenómeno. Quedé fascinado y ahí dije: aquí hay una película”, contó el director en entrevista para El Espectador.
El 10 de octubre se estrenó en salas la película “Pimpinero: Sangre y Gasolina”, inspirada en lo que sucedía en esa zona de la frontera. La historia tuvo una década de trabajo. “Pasé por muchas etapas de escritura hasta que pude colaborar con María Camila Arias”, dijo el director sobre la coguionista de la cinta, conocida por películas como “Pájaros de verano” (2018) y “Los reyes del mundo” (2022), y la miniserie “Frontera Verde” (2019).
“Ella fue muy importante porque pudimos brindarles humanidad a los personajes, descubrir otros nuevos y hacer que la película creciera. No que fuera solamente el contrabando, sino que se pusiera una luz sobre el fenómeno de lo que sucede en esa frontera tan ebullente”. Después de tener el guion listo fue el momento de buscar las caras de los protagonistas: los tres hermanos Estrada y Diana, la hija de un pimpinero leyenda. El primero que se eligió fue el cubano Alberto Guerra, como Ulises, el hermano del medio. El actor ya había trabajo con el director en la serie “Griselda”.
Después llegó Alejandro Speitzer, actor mexicano que interpreta a Juan, el hermano menor. “Él hizo una audición muy honesta con un acento colombiano que me sorprendió. A Diana la encontré viendo a más de 300 actrices en Colombia. Laura Osma hizo alrededor de cinco callbacks, hasta que dije ‘tú eres’”. Para Moisés, el hermano mayor, el director necesitaba a un colombiano.
Buscando actores en internet, Baiz se cruzó con una fotografía de Juanes, músico consolidado con cuatro Grammys y 25 Grammy Latinos, pero que poco había actuado. “Lo vi e instintivamente sentí que era él”, dijo el director, que se contactó con el cantante para contarle del casting. “Cuando Andy me buscó yo casi que le digo ‘hermano, usted póngame a hacer lo que sea, que yo quiero trabajar con usted’. Esto para mí fue una gran oportunidad. Me gusta la oscuridad que tiene Andy en sus películas y esa estética que maneja. La película fue algo que el destino me puso ahí, porque no lo estaba buscando”, dijo Juanes.
“Ambientada en el desierto de la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela, donde los contrabandistas de gasolina conocidos como ‘pimpineros’ arriesgan sus vidas transportando combustible ilegal de un país a otro. La película sigue a Juan, el más joven de un clan de tres hermanos involucrados en este peligroso comercio, mientras se ve obligado a trabajar para un siniestro rival. Determinada a descubrir los secretos horribles que envuelven esta tierra de nadie, Diana, la novia de Juan, emprende un viaje en la búsqueda de la verdad”, se lee en la sinopsis de la película.
Juanes recuerda el proceso para formar la hermandad en pantalla de los Estrada. “Lo primero que hicimos fue conocernos acá en Bogotá. Andy nos citó y nos vimos un mes antes del rodaje. Afortunadamente, el clic fue inmediato”. La historia de “Pimpinero” se centra en los hermanos y en Diana, una joven que quiere entrar en el negocio del contrabando.
El director recuerda lo que fue trabajar con el músico en su debut actoral en el cine. “Muchas de sus escenas fueron en la primera semana de rodaje. Eso es complejo porque apenas nos estamos compenetrando todo el equipo y entendiendo bien la dinámica. Ese inicio fue difícil porque tenía que pensar en muchas cosas, pero para mí los actores son lo más importante. Juanes llegó muy preparado, generoso, humilde y obviamente con nervios”.
El cantante definió la experiencia como “increíble e incómoda”. “Para mí era algo totalmente diferente. Los tiempos eran distintos y la dinámica de trabajo era nueva para mí. Había hecho antes videos musicales y cosas así, pero nunca el nivel de una producción como ‘Pimpinero’. Con Andy dirigiendo y ellos actuando me sentía muy nervioso antes de cada escena. Era como ‘Dios mío, tengo que hacer esto bien’”.
La intención del director con Juanes era despertarle el lado intuitivo del cerebro y cerrarle el racional. “Debí tener un lenguaje permisivo con él. Tenía que darle el permiso de equivocarse, de tomar riesgos, de hacerlo a su manera y a la mía. Juanes tiene una intensidad en los ojos y una presencia muy bonita. Él comanda escenarios, entonces esa parte ya estaba hecha”.
Mientras que el cantante tuvo a Carolina Gómez como su coach de actuación, los actores Alberto Guerra y Alejandro Speitzer tuvieron un reto diferente, el de lograr un acento colombiano. “La forma en la que trabajo no es con un coach de actuación, sino que me pegó mucho a mi director. Trabajo mucho en adentrarme en la problemática de lo que estamos contando. En este caso había una responsabilidad añadida para mí que vengo de México, que había que entender la cultura de lo que sucedía en esa frontera. Por supuesto, el acento, que ahí sí tuve como coach a Paula Casas”, dijo Speitzer.
Diana, la mujer principal de la historia, “quiere entrar a este mundo de vender gasolina de contrabando entre Venezuela y Colombia, pero no la dejan. Un poco porque no es un negocio para mujeres y su novio la quiere proteger porque todo es muy turbio (..) Ella es esta luchadora de romper con todo eso que le dicen que no”, explicó Osma sobre su personaje.
Según el director, la hermandad entre estos personajes, y la misma hermandad, pero entre los dos países, eran piezas claves en el filme. “Es una película de fronteras, pero no solo la geográfica, sino también las fronteras éticas y morales. Incluso los límites entre las familias”.
El equipo de la película viajó a departamentos como La Guajira y Cesar para el rodaje. “La producción fue muy retadora. Tenía que grabar ahí porque le daba autenticidad y belleza. Es una región con poca infraestructura, sobre todo para un proyecto así de grande”, dijo Baiz.
El elenco vivió en la zona durante varios meses. “Fue muy duro porque las jornadas de trabajo eran bien intensas. Nos levantábamos muy temprano, pero creamos una familia. Vivíamos en el mismo edificio e hicimos un lazo muy fuerte”, dijo Osma. Para Juanes “lo que hizo toda la producción de la peli fue, como decía Andy, un milagro. Era ir al desierto a grabar con polvo y viento, en un calor impresionante y a dos o tres horas de la base. Todo eso me parecía un reto increíble”.
“Yo lo recuerdo como de los meses más bonitos, no solo de mi carrera, sino también personalmente (...) Todo ese contexto y el haber estado ahí nos hizo mucho más sencillo el trabajo (...) Como dice Laura, el equipo no solamente estaba comprometido y hacía las cosas, sino que las hacía con tal pasión. Todos sonriendo y sabiendo que estábamos dejando una huella, no solo en el desierto, sino también en nuestro cine”, dijo el actor mexicano.
“Pimpinero: Sangre y Gasolina” tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto (Canadá). En Colombia, la película se estrenó en salas de cine el pasado 10 de octubre y próximamente estará disponible en la plataforma de streaming Prime Video.