“Pobres criaturas”: Una declaración que enfrenta al espectador desde su jaula
La película dirigida por el griego Yorgos Lanthimos y protagonizada por Emma Stone tiene 12 nominaciones a los Óscar 2024, entre ellos, Mejor director, Mejor película, Mejor actriz y Mejor guion adaptado. Poor Things toma el riesgo de llevar ideas de cuestionamiento atemporales a estadios fantásticos.
Daniel Rojas Chía
Así como hay sabores amargos, encantadores y aromas que no son percibidos con gusto por todas las personas, el cine del director griego Yorgos Lanthimos está lleno de ingredientes fuertes y, algunas veces, de cosas crudas. El ganador del León de Oro a mejor película en el Festival de Cine de Venecia logra mostrar desde obras como Canino (2009) o Langosta (2015) entre otras, que la capacidad humana para percibir el mundo, solo depende de sí mismo y de lo que quiera encontrar.
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Así como hay sabores amargos, encantadores y aromas que no son percibidos con gusto por todas las personas, el cine del director griego Yorgos Lanthimos está lleno de ingredientes fuertes y, algunas veces, de cosas crudas. El ganador del León de Oro a mejor película en el Festival de Cine de Venecia logra mostrar desde obras como Canino (2009) o Langosta (2015) entre otras, que la capacidad humana para percibir el mundo, solo depende de sí mismo y de lo que quiera encontrar.
Poor Things, desde el principio, muestra al espectador lo ambicioso del director Lanthimos que, desde estéticas tan reconocibles como la del cineasta francés clásico Georges Méliès, sigue transitando en una fábula, en ocasiones tenebrosa, pero profundamente interesante para encontrarse muy de cerca con la fantasía del británico Terry Gilliam en 12 Monos, el surrealismo de David Lynch en Terciopelo Azul, o la violencia de Stanley Kubrick en Ojos Bien Cerrados.
Según el director, le dio al guionista y dramaturgo, Tony McNamara, tres obras de referencia para componer el guion: Alasdair Gray “Y la Nave Va” (1983), Belle de jour (1967) y El Jovencito Frankenstein (1974), del cual toma referencias de lo que significa la vida y cómo resulta impredecible desde las manos de lo no divino. Desde ese punto de partida, el poco ortodoxo doctor Godwin Baxter (Willem Dafoe) va más allá con sus experimentos y revive a una joven que pronto se muestra ansiosa por aprender sobre la vida con sus sensaciones y memorias.
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Presa en un cuerpo adulto, Bella es una niña insaciable que va aprendiendo a descubrir sus deseos, a construir el mundo, a hacerlo propio y andar en él. En ese camino se cruza con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un abogado oportunista que se convierte en su amante, situación que la lleva a ampliar su mundo y en el que comienza a relacionar su experiencia con su presente, entremezclando un humor negro y lleno de carismático sufrimiento, y el común sentimiento humano de poseerlo todo.
Desde una visión no contaminada por los prejuicios y con sed de conocimiento de la época victoriana en la que le ha tocado vivir, Bella, desarrollada por una vibrante y brillante Emma Stone, abraza su lado más salvaje e instintivo para salir adelante en una sociedad oportunista y llena de rencor hacia sí misma, presentando diferencias y parámetros para todo tipo de situaciones en una cultura tan poco solidaria como ruin. Cuando decide liberarse de los yugos que la oprimen y asumir su propio destino, es atraída por lo único que le pertenece junto con sus ideas: su cuerpo.
El director le propone al espectador un debate continuo dentro de la experiencia del conocimiento, los imaginarios morales y el encuentro con la plenitud del autoconocimiento, cuando según parece, la sociedad solo ha encontrado muros para retenerla, pero ¿Por qué la libertad parece estar en el acto de poder decidir? ¿Acaso un individuo depende de la individualidad del otro para ser?
El director expone mundos llenos de metáforas reales desde Bella y su mundo que se transforma a partir de la crueldad y de la desesperación abrigados por la muerte en donde terminó y, paradójicamente, arrancó al renacer, literalmente, desde lo empírico y del cariño racional, si tal cosa existe y que conlleva tantos elementos.
Poor Things toma el riesgo de llevar ideas de cuestionamiento atemporales a estadios fantásticos, en donde el universo visual, fruto de la unión de las fuerzas de los diseñadores de producción Shona Heath y James Pricel, inspirados en el pintor y caricaturista francés, Albert Guillaume, durante la Belle Époque en París y futuristas para la época, logran ese tono transgresor, tan adecuado como la vieja escuela del director italiano Federico Fellini y su surrealismo lleno de oscura belleza, impulsado por el trabajo de Nadia Stacey y Holly Waddington, que dieron rienda suelta a su imaginación para sumar aún más riqueza creativa a la estética disruptiva de la película desde el maquillaje y el vestuario.
Esta es una de las mejores películas de 2024, y para mí, la mejor de la filmografía del director, ya que desarrolló el cine como arte y, por lo tanto, como vehículo transgresor para transmitir pensamientos o ideas llevadas a cabo con su equipo de trabajo para poner en consideración, a quien lo esté viendo y pueda por sí mismo, tener la experiencia estética de poder ser y estar bajo la visión de Bella, o tal vez, inconforme consigo mismo.
Juzguen ustedes.
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Una entrevista con Yorgos Lanthimos y Emma Stone
En una entrevista concedida a este medio por Cinecolor, la distribuidora de la película en Colombia, Lanthimos menciona que la cinta se gestó en un período de 12 años. “Estaba leyendo mucho en la época en la que encontré su libro, y decidí leerlo junto con otras de sus obras”, explica el cineasta sobre el libro del que se basa su película, escrito por Alasdair Gray. “¡Pobres criaturas! me impresionó mucho. Me entusiasmó la idea de ver si había alguna oportunidad de adquirir los derechos, así que fui a Glasgow a encontrarme con Alasdair en 2011 o 2012. Me dijo que había visto mi cinta Colmillo y que le había gustado. Después de pasar el día juntos, me dio su consentimiento para hacer la película”, agrega.
“Traté de hacer la película durante un tiempo. Exploré opciones con otros productores, pero no prosperaron. Cuando sentí que había llegado el momento apropiado, la volví a sacar a la luz y esta vez logramos hacerla realidad”, recuerda el director. Por su lado, la protagonista de la cinta, Emma Stone, se enteró del proyecto cuando terminó de trabajar en La favorita (2017), su primera colaboración con Lanthimos.
“Me enteré del proyecto en 2017. Era muy al comienzo del proceso. Tony McNamara todavía estaba escribiendo el guion en ese momento”, recuerda la actriz. “No creo que haya una razón por la cual no se hizo antes, pero creo que el hecho de que Yorgos se encontrara con Alasdair y tuviera su consentimiento para hacerla desde el comienzo fue muy importante. Creo que Yorgos es la única persona que podía hacer esta película. Claro que mi punto de vista es parcial, pero no conozco a nadie que pudiera haberla hecho al nivel al que se la hizo. Adaptamos la historia desde la óptica de Bella Baxter, que creo que es algo extraordinario porque el libro no es así”, asegura Stone.
Tanto Lanthimos como Stone, alaban el trabajo de Tony McNamara, que obtuvo una de las nominaciones a los Premios Óscar con Pobres Criaturas en la categoría de mejor guion adaptado. “Yo ya había trabajado con Tony en La favorita y me pareció la persona ideal para darles voz a nuestros personajes. Además, el espíritu del guion, el tono, es bastante fiel al libro. No incluye todos los aspectos, niveles, puntos de vista o narrativas, pero en cuanto al tono, el lenguaje, el humor y la intención principal, creo que fuimos bastante fieles”, aseguró el director de la cinta.
“Uno de los talentos más grandes de Tony es el diálogo, y noté en las tres películas que había “Tony-ismos” que se repetían. Tiene algunas palabras preferidas, o frases que le gustan, y es muy divertido”, dice Stone, quien también protagonizó la película Cruella (2021), que cuenta con un guion de McNamara. “La manera en la que escribe y cómo sabe encontrar humor en cada situación, incluso cuando la situación es trágica, es algo único. Su conexión con Yorgos es extraordinaria porque son capaces de dar forma a las ideas juntos, mientras trabajan. Adoro a Tony y creo que no hay nadie como él, especialmente en relación al diálogo”, termina diciendo la intérprete nominada al Óscar por su papel de Bella Baxter.