“Bebé Reno”, una mirada desconcertante y realista del acoso y abuso sexual
Una miniserie inspirada en hechos reales con una mirada original y desgarradora de la violencia sexual. Dirigida por Weronika Tofliska y Josephine Bornebusch y protagonizada por Richard Gadd, Jessica Gunning y Nava Mau.
Sandra M. Ríos U. - CineVista
La mejor palabra para describir “Bebé Reno” posiblemente es: desconcertante. Desconcertante resulta la historia, sus personajes, los hechos, su tono. En partes iguales es también original, desgarradora e incómodamente realista.
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La mejor palabra para describir “Bebé Reno” posiblemente es: desconcertante. Desconcertante resulta la historia, sus personajes, los hechos, su tono. En partes iguales es también original, desgarradora e incómodamente realista.
La miniserie de siete capítulos de Netflix aborda temas profundamente sensibles y delicados que no deja indiferente a nadie que la vea hasta el final. Se ha sostenido como la serie más vista en el mundo tras su estreno el pasado 11 de abril.
Creada, coproducida y protagonizada por Richard Gadd, comediante y guionista británico, la historia está basada en dos hechos que marcaron su vida. Por un lado, el abuso sexual por parte de un hombre y, por el otro, el feroz acoso de una mujer desconocida, 20 años mayor que él. En entrevistas, Gadd ha dicho que Martha – la acosadora en la que se centra la serie – es un personaje creado para reflejar el rango de emociones que se cree la motivaron a cometer este delito.
Todo empieza por un acto de amabilidad y una taza de té
“Bebé Reno” arranca con Donny Dunn, interpretado por el propio Gadd, un hombre de mediana edad, más bien patético, de bajas aspiraciones que trabaja en un pub londinense y que sigue con la idea de convertirse en un comediante, a pesar de que pocos se ríen de sus rutinas. Un día, a las puertas del trabajo aparece Martha, una mujer obesa que llama su atención por su postura, mirada triste y tímida, que dice no tener dinero para consumir en el lugar, por lo que le ofrece una taza de té gratis que abrirá las puertas de un infierno.
En adelante, la acosadora acudirá sin falta. La extrañeza de este personaje despierta en Donny una curiosidad y empatía motivadas por una fuerza desconocida que hará que poco a poco caiga en lo que inicialmente se ve como una inofensiva amistad de alguien intenso y necesitado de atención, misma que él demanda en su actual y complicada vida.
Su curiosidad lo lleva a perseguirla y descubrir cosas. Martha no es rica, no vive ocupada, no es una abogada con un alto cargo, vive en uno de los suburbios de la ciudad y los excesivos mensajes que le manda al email, los escribe desde su laptop y no desde un iPhone, como dice. Podría ser esto suficiente para abandonar una naciente amistad, pero Donny sigue minimizando su escalada y a pesar de que comienza a aparecerse en sus shows y los mensajes por correo electrónico aumentan y se cargan de palabras donde le expresa su amor. Lo apoda “mi bebé reno”. Todo permanece en control para él, porque no tiene su número telefónico y aunque intenta rechazarla de forma empática, la acepta en su Facebook, lo que da pie a que Martha inicie a investigar su vida privada y se comience a meter con los suyos.
A partir del segundo capítulo, la historia se bifurca y va al tiempo entre el despiadado acoso de Martha y un espiral de baja autoestima, autodestrucción y necesidad de aprobación de Donny que explican por qué se enganchó con un personaje como ella y permitió que la situación se descontrolara. Y en esto la serie es absolutamente original y desgarradora. El foco está sobre él, sobre su vida, entorno y problemas emocionales.
La actriz Jessica Gunning es la encargada de hacerse odiar con este personaje pasivo-agresivo, misterioso, sagaz, a ratos simpático, muchas veces chocante y absolutamente desequilibrado, ayudado por una atmósfera asfixiante y una cámara que juega con sus estados emocionales y su estrategia de acoso, bien distanciándose de ella o, por el contrario, mostrándola en primerísimos planos para detallar la furia de sus ojos o sus ráfagas de vulnerabilidad. La música con sonidos electrónicos, golpes y distorsión refuerzan la desconexión, por otro lado, que Donny tiene con la gente con la que interactúa y sus desórdenes psiquiátricos.
Hay situaciones tan absurdas en la vida de este personaje que la risa incómoda aparece unas cuentas veces como respuesta. El tono de la serie, la comedia negra, avala ese concepto tan new age de que todo lo malo (igual lo contrario) llega porque lo atraes, borrando categóricamente que la gente se mete en ocasiones con uno porque sí, porque quiere, lo busca y es también su responsabilidad, y lo ratifica cuando el personaje en sus conclusiones asegura que el abuso que sufrió lo convirtió en “imán para atraer ese tipo de locos” a su vida.
A diferencia de la mayoría de las series que tiene dos o tres capítulos de relleno y que poco evolucionan en la trama, “Bebé reno” sorprende en cada episodio y es imposible adivinarla, porque ambos personajes son impredecibles y a la relación tóxica entre ellos dos, se le suman unos padres que ignoran lo que sucede, unos amigos que inconscientemente empeoraron las cosas, una novia trans y un sueño que no se cumple a pesar de sus esfuerzos.
¿Cómo llegar hasta dónde llegó?
“Bebé Reno” es la triste historia de un hombre adulto acorralado, lleno de problemas y vulnerable, que un buen día escucha de un hombre lo que es incapaz de decirse a sí mismo: “Creo en ti. Te haré famoso”. Dulces palabras para un artista en apuros que se deja llevar por un personaje que se aprovecha emocional y físicamente de él, al punto de destruirlo, hacerle perder la total confianza, de dudar de su virilidad y cambiarle su vida por completo. El descenso de Donny pasa por el consumo de drogas y la exploración de su sexualidad, sin más sentido que hallar forzadamente respuestas, mientras se ataca a sí mismo.
Ese capítulo cuatro es el más duro y explícito de la serie y el que eleva la importancia de esta producción frente a otras (incluso del cine) que abordan el tema del acoso y abuso sexual. Primero porque la víctima es un hombre y no hay que minimizar que sea así. Segundo, porque su modo de recrear la situación produce un impacto sin amarillismo. Sencillamente se siente real y lo es, muy probablemente, porque es imposible no creerle a las lágrimas y el dolor del actor, que a su vez es la víctima contando parte de su propia historia verídica.
Dicen que, al tocar fondo, no hay de otra que comenzar a escalar de nuevo, así que los dos últimos episodios dan un poco de tregua al personaje que va encontrando la forma de liberar su carga al sincerarse y confrontar su situación sin máscaras. El reencuentro conmovedor y estadía con sus padres le marcan la salida. Su final, aunque deja la amarga sensación de un hombre errático que ha normalizado las relaciones tóxicas (¿cómo puede ser capaz de revisitar a sus verdugos y continuar ligados a ellos de algún modo?), es más que fiel reflejo del trasegar de la trama a lo largo de los siete capítulos y de un Donny trastornado que aprendió a odiarse a sí mismo y que está lejos de sanar sus traumas.
La miniserie logra conmover por su honestidad, por la forma como retrata a un hombre que pierde toda su confianza en su intención de alcanzar la fama, mostrando cómo la ansiedad, el estrés agudo y los problemas de adaptación a la vida diaria, lo llevan por una espiral de autosabotaje. “Bebe reno” es realista por su forma en la que el personaje asimila en soledad lo que le sucede, a pesar de estar rodeado de familia y amigos, y es uno de los mensajes importantes que deja la serie. Para él las cosas se resuelven cuando habla y pide ayuda. El otro mensaje funciona como un llamado de advertencia para aprender a detectar señales tempranas de acoso, que definitivamente no hay que ignorar. Con esto de las redes sociales, los acosadores siempre están al acecho y para la muestra lo que actualmente le sucede al periodista del Daily Mail que dice estar siendo acosado por la real Martha tras concederle una entrevista en su apartamento.
Es una gran serie porque es cero complaciente y por las capas de complejidad que va añadiendo y su intención clara de no hacer de estos dos personajes (Donny y Martha) dos marcados antagonistas, sino más bien de proponer una mirada que busca ahondar en sus motivaciones más profundas, sus pasados más oscuros, llegando al origen de lo que desató sus trastornos e hizo que se cruzaran en el camino. Finalmente, es efectiva al retratar el calvario que supone denunciar a un acosador, dado los fallos a la hora de asumir con seriedad y premura estos casos, la inmensa zona gris que dificulta delimitar qué es y qué no es acoso y la habilidad de estas personas para burlar la ley.
Ficha Técnica
Título original: Baby Reindeer
Creador: Richard Gadd
Productor: Matthew Mulot
Dirección: Weronika Tofliska y Josephine Bornebusch
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fecha de lanzamiento: 11 de abril de 2024
Plataforma: Netflix