“Roma”: mucho más que un relato familiar de Alfonso Cuarón
Yalitza Aparicio, quien interpreta a Cleo, piensa que esta historia que reflexiona sobre las diferencias sociales y raciales puede ayudar a que el público piense en las cosas que como sociedad “tal vez estamos haciendo mal”.
Lilian Contreras Fajardo
Alfonso Cuarón define su nueva película, Roma, como una carta de amor a las mujeres que lo criaron, quienes le dieron las herramientas para forjar su mundo. Pero lo cierto es que el filme, que toma el nombre del barrio en el que el cineasta se crió en Ciudad de México, es un relato sobre el matriarcado y la diferencia social y racial impregnada en la sociedad de los primeros años de la década del 70. (Le recomendamos ver: Cinco películas que Netflix estrenará en diciembre).
El peso de la narrativa recae en Cleo, quien representa a la niñera del cineasta, Libo. La protagonista es una de las dos empleadas domésticas que trabajan en la casa de una familia de clase media. Sus funciones van desde lavar la ropa, atender la mesa y limpiar al perro hasta estar pendiente de los cuatro hijos de la señora Sofía (Marina de Tavira) y el señor Antonio (Fernando Grediaga).
Alfonso Cuarón, el primer latino en ganar el Óscar a mejor director —por Gravedad en 2014— muestra cómo Cleo es quien lleva las riendas de la casa, un trabajo que le exige levantarse antes que el resto de los integrantes de la familia y acostarse de última. Entre plano y plano captura cómo, a pesar de que Cleo es bien tratada por todos, es una mujer que no tiene tiempo para vivir su propia vida ni para estar pendiente de los suyos, salvo el día de descanso o cuando se permite hablar en lengua indígena mixteca con su amiga y colega Adela (Nancy García). Sus labores diarias ni siquiera le permiten ver el programa de televisión que más le gusta.
Cleo es encarnada por Yalitza Aparicio, una licenciada en educación preescolar que no ha tenido tiempo de ejercer su profesión, porque apenas se graduó empezó la aventura de la actuación de la mano de un director cuya obra no había visto.
Para esta joven de 25 años, Roma presenta problemáticas sociales y raciales que aún están presentes en la sociedad. Por eso, considera que el éxito que hasta el momento ha tenido la película en festivales cinematográficos se debe a que muchas personas se han sentido identificadas.
“Es increíble ver cómo las personas se conmueven al ver esta historia, no la sienten tan lejana a su vida personal. A pesar de ser la historia de Alfonso (Cuarón), se siente esa conexión”, dijo en conversación con El Espectador.
Al ganar el León de Oro, máximo premio del Festival de Cine de Venecia 2018, Cuarón dijo que el filme es producto del amor que siente por su familia, por su país y por Libo, a quien no consideraba una mujer ni una indígena, sino simplemente su nana. Para reflexionar sobre la diferencia de clases sociales y raciales decidió alejarse un poco de Hollywood y volver a rodar en su país 15 años después de Y tu mamá también.
Cleo y la señora Sofía afrontan en silencio, cada a una a su manera, los cambios que afectan el hogar, pero con la solidaridad y el amor que cada una puede ofrecer.
“Lo que se muestra en la película es lo que pasa en muchos hogares. Se ven mujeres fuertes haciéndose cargo de la familia con la ausencia de la parte masculina”, relata Yalitza Aparicio, quien espera que el filme ayude a pensar en “muchas cosas que como sociedad tal vez estamos haciendo mal”, pues para ella debería haber más “hermandad” porque “todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos”.
Alfonso Cuarón pensó que Roma iba a tener una distribución difícil por estar hablada en español y mixteca y filmada en blanco y negro, por eso se alió con Netflix para asegurarle una vida a largo plazo. La película fue nominada al Globo de Oro 2019 en la categoría de mejor película extranjera, mejor director y mejor guión. México la postuló como su representante para el premio Óscar del próximo año y según la crítica estadounidense podría ser nominada a mejor película.
Mientras eso sucede, Yalitza Aparicio disfruta del cambio de vida que le proporciona el éxito de Roma y no piensa mucho en el futuro. No sabe si seguirá actuando o si será profesora, lo que sí tiene claro es que ha descubierto que ambas profesiones van de la mano y pueden enseñar. “El hecho de hacer una película y compartir este tipo de mensajes de forma masiva es muy similar a lo que hace una maestra, pues uno de los propósitos que tiene es enseñar a tener esa humanidad”.
Alfonso Cuarón define su nueva película, Roma, como una carta de amor a las mujeres que lo criaron, quienes le dieron las herramientas para forjar su mundo. Pero lo cierto es que el filme, que toma el nombre del barrio en el que el cineasta se crió en Ciudad de México, es un relato sobre el matriarcado y la diferencia social y racial impregnada en la sociedad de los primeros años de la década del 70. (Le recomendamos ver: Cinco películas que Netflix estrenará en diciembre).
El peso de la narrativa recae en Cleo, quien representa a la niñera del cineasta, Libo. La protagonista es una de las dos empleadas domésticas que trabajan en la casa de una familia de clase media. Sus funciones van desde lavar la ropa, atender la mesa y limpiar al perro hasta estar pendiente de los cuatro hijos de la señora Sofía (Marina de Tavira) y el señor Antonio (Fernando Grediaga).
Alfonso Cuarón, el primer latino en ganar el Óscar a mejor director —por Gravedad en 2014— muestra cómo Cleo es quien lleva las riendas de la casa, un trabajo que le exige levantarse antes que el resto de los integrantes de la familia y acostarse de última. Entre plano y plano captura cómo, a pesar de que Cleo es bien tratada por todos, es una mujer que no tiene tiempo para vivir su propia vida ni para estar pendiente de los suyos, salvo el día de descanso o cuando se permite hablar en lengua indígena mixteca con su amiga y colega Adela (Nancy García). Sus labores diarias ni siquiera le permiten ver el programa de televisión que más le gusta.
Cleo es encarnada por Yalitza Aparicio, una licenciada en educación preescolar que no ha tenido tiempo de ejercer su profesión, porque apenas se graduó empezó la aventura de la actuación de la mano de un director cuya obra no había visto.
Para esta joven de 25 años, Roma presenta problemáticas sociales y raciales que aún están presentes en la sociedad. Por eso, considera que el éxito que hasta el momento ha tenido la película en festivales cinematográficos se debe a que muchas personas se han sentido identificadas.
“Es increíble ver cómo las personas se conmueven al ver esta historia, no la sienten tan lejana a su vida personal. A pesar de ser la historia de Alfonso (Cuarón), se siente esa conexión”, dijo en conversación con El Espectador.
Al ganar el León de Oro, máximo premio del Festival de Cine de Venecia 2018, Cuarón dijo que el filme es producto del amor que siente por su familia, por su país y por Libo, a quien no consideraba una mujer ni una indígena, sino simplemente su nana. Para reflexionar sobre la diferencia de clases sociales y raciales decidió alejarse un poco de Hollywood y volver a rodar en su país 15 años después de Y tu mamá también.
Cleo y la señora Sofía afrontan en silencio, cada a una a su manera, los cambios que afectan el hogar, pero con la solidaridad y el amor que cada una puede ofrecer.
“Lo que se muestra en la película es lo que pasa en muchos hogares. Se ven mujeres fuertes haciéndose cargo de la familia con la ausencia de la parte masculina”, relata Yalitza Aparicio, quien espera que el filme ayude a pensar en “muchas cosas que como sociedad tal vez estamos haciendo mal”, pues para ella debería haber más “hermandad” porque “todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos”.
Alfonso Cuarón pensó que Roma iba a tener una distribución difícil por estar hablada en español y mixteca y filmada en blanco y negro, por eso se alió con Netflix para asegurarle una vida a largo plazo. La película fue nominada al Globo de Oro 2019 en la categoría de mejor película extranjera, mejor director y mejor guión. México la postuló como su representante para el premio Óscar del próximo año y según la crítica estadounidense podría ser nominada a mejor película.
Mientras eso sucede, Yalitza Aparicio disfruta del cambio de vida que le proporciona el éxito de Roma y no piensa mucho en el futuro. No sabe si seguirá actuando o si será profesora, lo que sí tiene claro es que ha descubierto que ambas profesiones van de la mano y pueden enseñar. “El hecho de hacer una película y compartir este tipo de mensajes de forma masiva es muy similar a lo que hace una maestra, pues uno de los propósitos que tiene es enseñar a tener esa humanidad”.