Sandra Oh: “Con ‘Killing Eve’ tratamos de crear un nuevo género”
Por interpretar a la agente secreta Eve Polastri, la actriz ganó el Globo de Oro y consolidó este drama televisivo como en el proyecto que reinventó el thriller.
Lilian Contreras Fajardo
Quienes siguen la temporada de premios extranjeros del cine y la televisión saben que Killing Eve es el drama que revolucionó la pantalla chica y que su protagonista, Sandra Oh, se consagró como la mejor actriz de drama de 2019. Oh, quien es recordada por interpretar a la doctora Cristina Yang en la serie Grey’s Anatomy, ganó el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores (SAG) por su interpretación de Eve Polastri, una mujer de mediana edad que trabaja como agente del MI5. Podría decirse que tiene una vida acomodada, una bonita relación con su esposo y un buen trabajo, pero ella simplemente quiere algo más.
La actriz define su personaje como “una mujer común que está un poco insatisfecha con su trabajo y que le falta algo en su vida”, un factor clave, según ella, para que la audiencia se identifique con Eve, cuya rutina cambia cuando conoce a Villanelle (Jodie Comer), una asesina en serie hermosa, sarcástica y sofisticada que le aporta la energía necesaria para sacarla de su estado de conformidad.
La serie, que se puede ver en Latinoamérica desde el 3 de febrero en Paramount Channel, sigue dos historias paralelas que eventualmente se cruzan desde cuando Villanelle comete un error que Eve aprovecha para demostrarle al jefe, amable pero dudoso de su talento, que está capacitada para dejar el escritorio, salir de la oficina y realizar un buen trabajo como agente secreta.
El primer episodio se desarrolla entre Viena, Londres y Rusia y a medida que avanza la trama toma un “fantástico sentimiento internacional”, pues Eve sigue su instinto, deja a su esposo Niko y viaja a Rusia con el objetivo de esclarecer los crímenes. Villanelle, por su parte, comienza a filtrarse en la vida de Eve y a ejercer, de cierta manera, poder sobre ella.
En Estados Unidos la serie se estrenó en mayo pasado y así como sucedió con Big Little Lies (la serie de HBO creada por Nicole Kidman y Reese Witherspoon), no mucha gente le dio la oportunidad de verla por haber sido catalogada como un producto femenino por el hecho de ser creada y protagonizada por mujeres.
Sin embargo, la crítica avaló el trabajo de Sandra Oh, quien además de ser la reina del drama televisivo, se convirtió en la primera actriz de ascendencia asiática en presentar los premios Globo de Oro. Para ella, estar parada en el escenario frente a los actores más importantes de Hollywood fue un “momento de cambio” en la industria que de pronto no dura, pero que está feliz de disfrutar.
También se goza el buen momento de la industria televisiva que apostó por este proyecto basado en la saga literaria de Luke Jennings, Codename Villanelle, que fue adaptado por Phoebe Waller-Bridge, una productora y guionista que también ha actuado en series como Crashing (que también escribe) y en la película Adiós Christopher Robin. Precisamente fue por el enfoque de la guionista que Sandra Oh aceptó encarnar a Eve Polastri, pues le parece un proyecto fresco, divertido y dramático que “en última instancia es más fácil de relatar porque se vuelve más humano”, pues la vida es una mezcla de cosas “divertidas, tristes, emocionantes, peligrosas y absurdas”, situaciones que se relacionan directamente con la comedia o el drama.
Estos aspectos de la vida cotidiana hacen que la serie sea mucho más que un thriller de espías y se convierta en una historia de dos mujeres con las que el público se puede identificar.
Por ejemplo, la necesidad de encontrarse mutuamente radica en la energía o inspiración que una proyecta en la otra. Eve necesita a Villanelle no solo para pararse del escritorio, sino también para tener la fortaleza suficiente para reinventarse, dejar su vida normal y lograr el sueño de ser espía.
La diferencia entre las protagonistas también se refuerza en la apariencia de cada una; mientras Villanelle es una joven que sigue reglas, le gustan los lujos y las prendas de diseñador, Eve es una mujer madura, sencilla, práctica y aburrida en su forma de vestir que quiere salir de la rutina.
La artista sostiene que el guion tiene “mucho ingenio y humor y por eso es una nueva voz y un nuevo género”, así que es un logro de la creadora el presentar varias capas de un mismo personaje, pues la historia se torna tan absurda como la realidad a la vez que se renueva un género tan común como el thriller de espías.
“Creo que lo que hace que Killing Eve sea única es que realmente estamos tratando de crear un nuevo tono, casi como un nuevo género, una manera diferente de contar la historia al presentar a estos personajes”, concluye la actriz.
Quienes siguen la temporada de premios extranjeros del cine y la televisión saben que Killing Eve es el drama que revolucionó la pantalla chica y que su protagonista, Sandra Oh, se consagró como la mejor actriz de drama de 2019. Oh, quien es recordada por interpretar a la doctora Cristina Yang en la serie Grey’s Anatomy, ganó el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores (SAG) por su interpretación de Eve Polastri, una mujer de mediana edad que trabaja como agente del MI5. Podría decirse que tiene una vida acomodada, una bonita relación con su esposo y un buen trabajo, pero ella simplemente quiere algo más.
La actriz define su personaje como “una mujer común que está un poco insatisfecha con su trabajo y que le falta algo en su vida”, un factor clave, según ella, para que la audiencia se identifique con Eve, cuya rutina cambia cuando conoce a Villanelle (Jodie Comer), una asesina en serie hermosa, sarcástica y sofisticada que le aporta la energía necesaria para sacarla de su estado de conformidad.
La serie, que se puede ver en Latinoamérica desde el 3 de febrero en Paramount Channel, sigue dos historias paralelas que eventualmente se cruzan desde cuando Villanelle comete un error que Eve aprovecha para demostrarle al jefe, amable pero dudoso de su talento, que está capacitada para dejar el escritorio, salir de la oficina y realizar un buen trabajo como agente secreta.
El primer episodio se desarrolla entre Viena, Londres y Rusia y a medida que avanza la trama toma un “fantástico sentimiento internacional”, pues Eve sigue su instinto, deja a su esposo Niko y viaja a Rusia con el objetivo de esclarecer los crímenes. Villanelle, por su parte, comienza a filtrarse en la vida de Eve y a ejercer, de cierta manera, poder sobre ella.
En Estados Unidos la serie se estrenó en mayo pasado y así como sucedió con Big Little Lies (la serie de HBO creada por Nicole Kidman y Reese Witherspoon), no mucha gente le dio la oportunidad de verla por haber sido catalogada como un producto femenino por el hecho de ser creada y protagonizada por mujeres.
Sin embargo, la crítica avaló el trabajo de Sandra Oh, quien además de ser la reina del drama televisivo, se convirtió en la primera actriz de ascendencia asiática en presentar los premios Globo de Oro. Para ella, estar parada en el escenario frente a los actores más importantes de Hollywood fue un “momento de cambio” en la industria que de pronto no dura, pero que está feliz de disfrutar.
También se goza el buen momento de la industria televisiva que apostó por este proyecto basado en la saga literaria de Luke Jennings, Codename Villanelle, que fue adaptado por Phoebe Waller-Bridge, una productora y guionista que también ha actuado en series como Crashing (que también escribe) y en la película Adiós Christopher Robin. Precisamente fue por el enfoque de la guionista que Sandra Oh aceptó encarnar a Eve Polastri, pues le parece un proyecto fresco, divertido y dramático que “en última instancia es más fácil de relatar porque se vuelve más humano”, pues la vida es una mezcla de cosas “divertidas, tristes, emocionantes, peligrosas y absurdas”, situaciones que se relacionan directamente con la comedia o el drama.
Estos aspectos de la vida cotidiana hacen que la serie sea mucho más que un thriller de espías y se convierta en una historia de dos mujeres con las que el público se puede identificar.
Por ejemplo, la necesidad de encontrarse mutuamente radica en la energía o inspiración que una proyecta en la otra. Eve necesita a Villanelle no solo para pararse del escritorio, sino también para tener la fortaleza suficiente para reinventarse, dejar su vida normal y lograr el sueño de ser espía.
La diferencia entre las protagonistas también se refuerza en la apariencia de cada una; mientras Villanelle es una joven que sigue reglas, le gustan los lujos y las prendas de diseñador, Eve es una mujer madura, sencilla, práctica y aburrida en su forma de vestir que quiere salir de la rutina.
La artista sostiene que el guion tiene “mucho ingenio y humor y por eso es una nueva voz y un nuevo género”, así que es un logro de la creadora el presentar varias capas de un mismo personaje, pues la historia se torna tan absurda como la realidad a la vez que se renueva un género tan común como el thriller de espías.
“Creo que lo que hace que Killing Eve sea única es que realmente estamos tratando de crear un nuevo tono, casi como un nuevo género, una manera diferente de contar la historia al presentar a estos personajes”, concluye la actriz.