Sean Baker, el retratista de los marginados
El cineasta estadounidense llegó a la cúspide del séptimo arte al ganar la Palma de Oro en el 77ª Festival de Cannes. Con su película “Anora”, que sigue a una joven trabajadora sexual de Brooklyn que tiene la oportunidad de vivir una historia de Cenicienta, el director se ubica en el foco de la cinematografía mundial.
Mateo Medina Escobar
Sean Baker, nacido en febrero de 1971, alcanzó la cumbre del cine en el Festival de Cannes de este año. En la tarde del 25 de mayo, en la fílmica ciudad de la Riviera francesa, el cineasta estadounidense se llevó la Palma de Oro, uno de los galardones más prestigiosos y soñados del séptimo arte. El director obtuvo el premio con su cinta Anora que, fiel a su narrativa, se adentra en lo profundo de las poblaciones marginadas de la sociedad.
Inmigrantes, trabajadoras sexuales, transexuales, niños sin supervisión y estrellas porno han sido algunos de los personajes protagonistas en las películas del cineasta. Su más reciente filme no es la excepción. La cinta sigue a una joven trabajadora sexual llamada Anora, interpretada por Mikey Madison (Había una vez en Hollywood), que tiene la oportunidad de vivir una historia de Cenicienta cuando conoce y se casa con el hijo de un oligarca ruso (Mark Eidelstein).
Entre la realidad social, la desmitificación del sueño americano y la comedia, Baker se alzó con el galardón máximo. “Este premio es para todas las trabajadoras sexuales. Las últimas cuatro o cinco películas que he hecho se han centrado en el trabajo sexual, y lo que he estado diciendo sobre eso es que creo que estas historias individuales pueden no cambiar el mundo, pero son parte de las historias que se están contando, y que ayudan a reducir el estigma que existe”, dijo el cineasta durante la presentación de su filme en lo que considera “la mejor pantalla del mundo”.
El jurado de esta edición, presidido por la directora, guionista y actriz Greta Gerwig (Barbie, Mujercitas, Lady Bird...), junto a los demás miembros Lily Gladstone, Omar Sy, Ebru Ceylan, Juan Antonio Bayona, Eva Green, Hirokazu Kore-eda, Nadine Labaki y Pierfrancesco Favino, eligió a Anora como la gran ganadora.
Baker ha dirigido hasta el momento ocho largometrajes: Four Letter Words (2000), Take Out (2004), Prince of Broadway (2008), Starlet (2012), Tangerine (2015), El Proyecto Florida (2017), Red Rocket (2021) y su más reciente producción: Anora. Todos estos con protagonistas poco comunes, lejos del canon narrativo hollywoodense, aunque en la frontera de la industria convencional.
“Siempre sentí que era importante permanecer dentro de la industria, incluso si estaba en los márgenes. Estoy hablando de editar videos de bodas o corporativos, de hecho, en un momento incluso estaba esforzándome tanto que estaba haciendo un servicio de duplicación porque casualmente tenía 10 videograbadoras”, recuerda el director en una entrevista de 2018 para The Creative Independent. Así, en la frontera entre la industria y la independencia, el estadounidense se hizo un nombre dentro del cine.
Conocí a Sean Baker, o más bien su cine, por la misma época de aquella entrevista. Su película El Proyecto Florida me llegó en un momento de la vida de un profundo interés por un cine más allá del comercial e industrial. El título de la cinta, la atmósfera cálida que transmitían sus imágenes, el sello de distribución de A24 y el nombre del actor Willem Dafoe entre los créditos (nominado al premio Óscar por este filme) me llamaron la atención de inmediato.
La historia de una niña de seis años creciendo y jugando a la puerta del parque de Disney, con una madre soltera descuidada y rebelde, se mantiene en mi mente hasta hoy. Las actuaciones, la fotografía y el enfoque humano me impulsaron a buscar las demás películas posibles del cineasta, que, con un aún leve reconocimiento en el panorama, no eran tan fáciles de conseguir.
Con una humildad serena, Baker sobrepasa las esferas del cine independiente. Le da a su trabajo una atención necesaria en un mundo que mira con prejuicios a quienes son diferentes y que ve “una película en casa mientras navega por el teléfono, mientras revisa el correo electrónico y presta atención a medias”, como lo comentó en Cannes.
El cineasta, con una sonrisa imposible de ocultar, valoró el trabajo de los demás por encima del suyo. “Mi increíble equipo. Ustedes hicieron esta película para mí. Simplemente, me senté y vi cómo sucedió”. El director, que, aunque toma riesgos al innovar de forma narrativa y técnica, quiere mantener viva la llama original del séptimo arte.
“Mi enfoque es en gran medida la ruta tradicional que no creo que a muchos cineastas jóvenes les interese ya, pero a mí sí. Mi objetivo ha sido llegar a Cannes toda mi vida. Se trata de ese circuito de festivales, de presentarse en los ocho festivales y de ser reconocido en el cine mundial”, vaticinó hace seis años.
El 25 de mayo recordó lo que era su objetivo en el cine. “Honestamente, esto no es solo un sueño hecho realidad, sino que es ‘el sueño’ hecho realidad. Este era el objetivo que tenía en mente desde hace 30 años. Todavía no puedo comprenderlo, ni siquiera entenderlo, pero estamos muy felices. ¿Qué sigue? Bueno, con suerte esto (la Palma de Oro) me permitirá conseguir algunos dólares extras para hacer una película. Así que voy a reconsiderar lo que sigue”, concluyó Baker con el premio en sus manos y despidiéndose de la ciudad francesa que lo vio triunfar.
Anora” será distribuida globalmente por Neon, empresa que completa su quinta cinta en racha en ganar la Palma de Oro en Cannes, las demás siendo “Parásitos” (2019) de Bon Joon Ho; “Titane” (2021) de Julia Ducornau; “El triángulo de la Tristeza” (2022) de Ruben Östlund y “Anatomía de una Caída” (2023) de Justine Triet. La cinta de Baker apunta por estrenar en octubre durante los festivales de otoño, mientras que en Colombia podría llegar a salas de cine a principios del próximo año.
Sean Baker, nacido en febrero de 1971, alcanzó la cumbre del cine en el Festival de Cannes de este año. En la tarde del 25 de mayo, en la fílmica ciudad de la Riviera francesa, el cineasta estadounidense se llevó la Palma de Oro, uno de los galardones más prestigiosos y soñados del séptimo arte. El director obtuvo el premio con su cinta Anora que, fiel a su narrativa, se adentra en lo profundo de las poblaciones marginadas de la sociedad.
Inmigrantes, trabajadoras sexuales, transexuales, niños sin supervisión y estrellas porno han sido algunos de los personajes protagonistas en las películas del cineasta. Su más reciente filme no es la excepción. La cinta sigue a una joven trabajadora sexual llamada Anora, interpretada por Mikey Madison (Había una vez en Hollywood), que tiene la oportunidad de vivir una historia de Cenicienta cuando conoce y se casa con el hijo de un oligarca ruso (Mark Eidelstein).
Entre la realidad social, la desmitificación del sueño americano y la comedia, Baker se alzó con el galardón máximo. “Este premio es para todas las trabajadoras sexuales. Las últimas cuatro o cinco películas que he hecho se han centrado en el trabajo sexual, y lo que he estado diciendo sobre eso es que creo que estas historias individuales pueden no cambiar el mundo, pero son parte de las historias que se están contando, y que ayudan a reducir el estigma que existe”, dijo el cineasta durante la presentación de su filme en lo que considera “la mejor pantalla del mundo”.
El jurado de esta edición, presidido por la directora, guionista y actriz Greta Gerwig (Barbie, Mujercitas, Lady Bird...), junto a los demás miembros Lily Gladstone, Omar Sy, Ebru Ceylan, Juan Antonio Bayona, Eva Green, Hirokazu Kore-eda, Nadine Labaki y Pierfrancesco Favino, eligió a Anora como la gran ganadora.
Baker ha dirigido hasta el momento ocho largometrajes: Four Letter Words (2000), Take Out (2004), Prince of Broadway (2008), Starlet (2012), Tangerine (2015), El Proyecto Florida (2017), Red Rocket (2021) y su más reciente producción: Anora. Todos estos con protagonistas poco comunes, lejos del canon narrativo hollywoodense, aunque en la frontera de la industria convencional.
“Siempre sentí que era importante permanecer dentro de la industria, incluso si estaba en los márgenes. Estoy hablando de editar videos de bodas o corporativos, de hecho, en un momento incluso estaba esforzándome tanto que estaba haciendo un servicio de duplicación porque casualmente tenía 10 videograbadoras”, recuerda el director en una entrevista de 2018 para The Creative Independent. Así, en la frontera entre la industria y la independencia, el estadounidense se hizo un nombre dentro del cine.
Conocí a Sean Baker, o más bien su cine, por la misma época de aquella entrevista. Su película El Proyecto Florida me llegó en un momento de la vida de un profundo interés por un cine más allá del comercial e industrial. El título de la cinta, la atmósfera cálida que transmitían sus imágenes, el sello de distribución de A24 y el nombre del actor Willem Dafoe entre los créditos (nominado al premio Óscar por este filme) me llamaron la atención de inmediato.
La historia de una niña de seis años creciendo y jugando a la puerta del parque de Disney, con una madre soltera descuidada y rebelde, se mantiene en mi mente hasta hoy. Las actuaciones, la fotografía y el enfoque humano me impulsaron a buscar las demás películas posibles del cineasta, que, con un aún leve reconocimiento en el panorama, no eran tan fáciles de conseguir.
Con una humildad serena, Baker sobrepasa las esferas del cine independiente. Le da a su trabajo una atención necesaria en un mundo que mira con prejuicios a quienes son diferentes y que ve “una película en casa mientras navega por el teléfono, mientras revisa el correo electrónico y presta atención a medias”, como lo comentó en Cannes.
El cineasta, con una sonrisa imposible de ocultar, valoró el trabajo de los demás por encima del suyo. “Mi increíble equipo. Ustedes hicieron esta película para mí. Simplemente, me senté y vi cómo sucedió”. El director, que, aunque toma riesgos al innovar de forma narrativa y técnica, quiere mantener viva la llama original del séptimo arte.
“Mi enfoque es en gran medida la ruta tradicional que no creo que a muchos cineastas jóvenes les interese ya, pero a mí sí. Mi objetivo ha sido llegar a Cannes toda mi vida. Se trata de ese circuito de festivales, de presentarse en los ocho festivales y de ser reconocido en el cine mundial”, vaticinó hace seis años.
El 25 de mayo recordó lo que era su objetivo en el cine. “Honestamente, esto no es solo un sueño hecho realidad, sino que es ‘el sueño’ hecho realidad. Este era el objetivo que tenía en mente desde hace 30 años. Todavía no puedo comprenderlo, ni siquiera entenderlo, pero estamos muy felices. ¿Qué sigue? Bueno, con suerte esto (la Palma de Oro) me permitirá conseguir algunos dólares extras para hacer una película. Así que voy a reconsiderar lo que sigue”, concluyó Baker con el premio en sus manos y despidiéndose de la ciudad francesa que lo vio triunfar.
Anora” será distribuida globalmente por Neon, empresa que completa su quinta cinta en racha en ganar la Palma de Oro en Cannes, las demás siendo “Parásitos” (2019) de Bon Joon Ho; “Titane” (2021) de Julia Ducornau; “El triángulo de la Tristeza” (2022) de Ruben Östlund y “Anatomía de una Caída” (2023) de Justine Triet. La cinta de Baker apunta por estrenar en octubre durante los festivales de otoño, mientras que en Colombia podría llegar a salas de cine a principios del próximo año.