Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El 30 de mayo de 1973 el avión HK-1274 de la Sociedad Aeronáutica de Medellín, SAM, despegó de Bogotá pasada la 1:00 p.m. El destino era Medellín, sin embargo, tras hacer escala en Pereira, la aeronave fue secuestrada por dos hombres encapuchados. US$ 200 mil dólares de rescate y la liberación de unos presos políticos en el Socorro, Santander, fueron las exigencias iniciales de los secuestradores.
El drama fue reportado ampliamente por los medios de comunicación de la época, entre ellos El Espectador. Revisamos los archivos y recordamos algunos de los testimonios de las víctimas reales.
Álvaro Lloreda, gerente del diario El País de Cali, fue uno de los secuestrados. Tras protagonizar una fuga con un grupo reducido, concedió una entrevista a la emisora Todelar.
“Afortunadamente, hemos salido bien librados. Pudimos evadirnos del avión por una de las puertas traseras de emergencia. Nosotros fuimos secuestrados, como ustedes posiblemente sabrán, en la ruta entre Pereira y Medellin, a la altura de Marmato y el avión aterrizó en Medellín para abastecerse de gasolina, empezando la odisea más peligrosa en manos de individuos especializados en esta clase de actividades y además, aparentemente extranjeros, pues no parecía que fueran colombianos por el acento que tenían. Parecía que fueran más bien del sur de América.
El avión siguió para Aruba, que fue el primer aeropuerto que tocamos. En Aruba permanecimos desde las 5:00 p.m., aproximadamente, hasta las 4:00 a.m., tratando de negociar el rescate minuto a minuto peligrando las vidas de todos los ocupantes del avión. Los secuestradores amenazaban con la muerte de cualquiera de nosotros si el Gobierno colombiano no aceptaba las condiciones que imponían.
A las cuatro de la mañana salimos con rumbo desconocido. Una de las cosas más aterradoras de esta odisea fue la de que no sabíamos en ningún momento qué sucedía, ni qué pasaba, ni a donde íbamos, ni de donde veníamos, o si estábamos seguros, o si podíamos confiar en lo que nos estaban diciendo. Durante todo este tiempo observamos cuál era la posible vía de escape y mantuvimos en secreto la solución de la misma hasta que encontramos el momento oportuno.
No habíamos querido evadirnos antes porque pensábamos que podíamos perjudicar al resto de pasajeros. Sin embargo, ya hoy y viendo que los secuestradores no aceptaban las condiciones de la entrega del rescate, no nos quedó más remedio que evadirnos en la forma que ustedes ya conocen.
En todo caso nos preocupa la suerte de la gente que en este momento está en el avión. Es una situación incómoda, ofuscante, aterradora y que se vive minuto a minuto de una manera por demás peligrosa”.
El gerente del diario vallecaucano habló de la fuga de la que formó marte. Huyeron por una puerta de emergencia de la aeronave.
“La abrimos de acuerdo a un plan que ya teníamos preparado y una vez que fue abierta fuimos desfilando doce pasajeros, de los cuales desafortunadamente dos quedaron heridos malográndose, uno de ellos, las piernas y el otro se golpeó la cabeza, pero ninguno de los dos de gravedad y de quienes no tengo los nombres. Entre los evadidos se encuentra el reportero gráfico del periódico Occidente”.
Los archivos de la época recogen versiones diversas de los móviles del secuestro.
“Los secuestradores del avión confesaron que tuvieron que actuar en esa forma, pues sus familiares estaban amenazados de muerte. La curiosa manifestación, escuchada a uno de los asaltantes, fue revelada por Amparo Quinchla, una de las damas que regresó de Aruba”, se lee en la edición del 1 de junio de 1973.
“Amparo Quinchía dijo que solo eran dos los secuestradores y que no portaban metralletas, ni bombas de mano. Coincidieron todos los pasajeros que retornaron a Medellin, en hablar únicamente de dos secuestradores, a quienes definieron como elementos jóvenes de 18 y 24 años.
En todo momento, los individuos fueron respetuosos y trataron bien a tripulantes y pasajeros pidiéndoles mantener la calma. ‘Nosotros no tenemos nada contra ustedes y lo que buscamos es liberar a los presos de Socorro’, habrían dicho los secuestradores, de acuerdo con el testimonio rendido aquí por quienes regresaron de Aruba”.
Pasajeros fingieron estar enfermos en el secuestro del vuelo 601
Para poder abandonar la nave, los nueve pasajeros que regresaron a Barranquilla fingieron sentirse enfermos por insinuación del médico Valencia Villegas, una de las víctimas del sucuestro.
“Yo fingí sentirme enfermo pensando que sería la única alternativa para salir del infierno en que nos encontrábamos. En realidad, llevábamos muchas horas a bordo, y el calor era asfixiante.
Sugerí a otros señores que me imitaran. Le dijimos a la cabinera, y los secuestradores aceptaron pensando que en realidad estábamos enfermos”, comentó el doctor Valencia Villegas.
Según el industrial payanés Luis Ángel Lozada Mena, el primer grupo de pasajeros abandonó el avión a las diez de la noche del miércoles. “Ellos ordenaron que salieran primero las mujeres y los niños, porque una señora que tenía un niño recién nacido. Les suplicó que la dejaran salir porque el bebé se le estaba ahogando con la temperatura tan violenta. Así pudieron salir, creo que unas 25 o 30 mujeres, la mayoría ancianas.
Otro grupo salió a las dos de la mañana aproximadamente. Solamente pernoctaron en el avión cinco mujeres, tres pasajeras y dos aeromozas; los demás que dormimos en el avión éramos todos hombres”.
El médico Valencia Villegas declaró a El Espectador que los dos jóvenes secuestradores abordaron el avión en Pereira. “Los datos que yo le pueda suministrar no identifican plenamente a los dos sujetos, porque no les pude ver la cara. ‘Cuando los vi, tenían una capucha negra en los rostros. Agarrada por la cintura a una de las azafatas, a quien encañonaron en la nuca y la obligaron a ir hasta la cabina de mando’”.
Valencia agregó que se trataba de dos hombres jóvenes, uno de estatura mediana y musculoso y el otro más alto y delgado, pero también fornido. Yo me di cuenta del secuestro cuando sentí dos disparos que creo dieron contra el piso”, dijo el médico.
El mecánico Misael Zapaata señaló que posiblemente los dos tiros fueron hechos con balas de fogueo. “Creo que eran de fogueo porque esta mañana cuando abandonamos el avión, no vimos orificios por ningún lado”.
La confusión durante el secuestro del vuelo 601
Según el ciclista Carlos Montoya, el secuestro se produjo cinco minutos después del despegue en el aeropuerto de Pereira. “Yo estaba leyendo una revista y en eso vi el forcejeo con la cabinera. Alcancé a oír a uno de los tipos cuando decía: ‘Quedan secuestrados’. No dijeron más nada, porque enseguida se fueron hasta la cabina tomando fuertemente a la muchacha”.
Entre los pasajeros secuestrados había tres ciclistas del Valle del Cauca. Carlos Montoya, Luís A. Reátegui y José Barreta, quienes iban a Medellín a competir en el Clásico RCN.
“Los pasajeros mostraban en sus rostros las huellas del cansancio, producto de 20 horas a bordo del HK-1274.
Cori los tres ruteros regresaron también el médico Jalro Valencia Víllegas, de Pereira; el zootecnista Luis Angel Echeverrl Valencia, de Medellin; el mecánico textil José Misael Zapata, de Medellln; el industrial Luis Angel Lozada Mena, de Popayán, y los comerciantes Sergio Palma Collazos y Rubén Vélez Rivera, de Pereira, y Osear Sarrázola, vendedor de Discos Fuentes, de Medellin”, dice la reseña periodística de la época.
Por su parte, Luis A. Reátegui, otro de los ciclistas caleños, aseguró que alcanzó a hablar unas palabras con uno de los secuestradores: “Esta mañana, cuando ya me sentía tan cansado, resolví dirigirme hasta la cabina y cuando me acerqué el hombre me dijo que me devolviera porque si no disparaba. Al rato, volví y le dije que yo era deportista, que estaba con otros dos compañeros del ciclismo, y que como deportistas no teníamos nada que ver con política. Le pedí el favor que nos dejaran libres porque nos iban a perjudicar. El hombre consultó con el otro y asintió con un movimiento de cabeza, y así fue como pudimos salir”.
Itinerario del dramático secuestro del vuelo 601
El más dramático secuestro en la historia de la aviación colombiana continuaba desarrollándose anoche en la isla de Aruba, cuando a las 12 de la noche, hora de Colombia, se cumplieron cerca de 36 horas después que dos aeropiratas asaltaron el avión HK-1274 de la empresa SAM con 98 personas a bordo, incluida la tripulación. Un itinerario aproximado de la forma como se desarrollaron los hechos, es el siguiente:
12 m. El avión HK-1274 de SAM despega de Cali con 92 pasajeros.
12:15 p.m. Aterriza en el aeropuerto Matecaña. Descienden los pasajeros con destino a Pereira y aborda el avión un grupo de 38 pasajeros más.
12:30 p.m. Despega de Pereira con 92 pasajeros y seis tripulantes:
12:45 p.m. Se conocen las primeras noticias que indican que cinco sujetos han asaltado el avión.
2:20 p.m. El Electra toca pista en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellin y el piloto, bajo presión de los asaltantes, pide que se reabastezca de combustible la nave. Al parecer los aeropiratas quieren dirigirse a Cuba.
3:15 p.m. El avión despega de Medellín con destino a Aruba.
5:25p.m. El HK-1274 toca pista en el aeropuerto de Beatriz, Aruba, y se conocen las primeras exigencias de los asaltantes.
Comunicaciones radiales con el avión permiten establecer que los aeropiratas exigen un rescate de US$ 200.000 y la liberación de 140 personas que se encuentran detenidas en la población santan-dereana del Socorro, sindicadas de actos subversivos.
6:00 p.m. Se inicia una reunión del Consejo de Seguridad en la Casa de Bolívar con el presidente Pastrana para estudiar las exigencias de los aeropiratas.
7:00 p.m. Directivos de la Liga de Ciclismo del Valle piden a los dirigentes del Clásico RCN aplazar la competencia en vista de que a bordo del avión secuestrado se encuentra la delegación deportiva del Valle, entre cuyos integrantes están los famosos ciclistas Carlos Montoya y Luis A. Reátegui. La lista parcial de pasajeros indica que a bordo del avión se encuentra el gerente del diario “El Pais” de Cali, José Alvaro Lloreda y su esposa, la exreina Maria Antonia Garcés de Lloreda. La tripulación la integran el piloto Jorge Lucena, el copiloto Pedro Gracia; el ingeniero Germán Murillo; el auxiliar Pedro Duarte y las azafatas Nancy Celis y Maria Arango.
8:00 p.m. Comunicaciones radiales desde Aruba indican que la situación a bordo del avión sigue sin modificación.
9:00 p.m. Se conocen las primeras versiones sobre la liberación de un grupo de nueve pasajeros, compuesto por señoras de edad y niños.
Jueves 31 mayo
0:05 a.m. Las autoridades colombianas expiden un comunicado en el que rechazan las exigencias de los secuestradores expresando que el Gobierno carece de facultad constitucional y legal para intervenir de cualquier manera en el proceso (la exigencia de liberación de 140 presos), y agrega que a suerte de los sindica depende única y exclusivamente de la decisión de las autoridades que por la Constitución y la ley están llamadas a pronunciarse sobre lo que ha sido puesto a su conocimiento”.
1:00a.m. Los aeropiratas liberan a otro grupo de pasajeros.
3:00 a.m. Dejan en libertad a otro reducido grupo de pasajeros.
4:00 a.m. Los asaltantes hacen reabastecer de combustible al avión y ordenan levantar vuelo al aparato con destino a Lima.
4:55 a.m. Fallas mecánicas en la aeronave obligan a los aeropiratas desistir de ir a Lima y se inicia el regreso a la isla de Aruba
6:00a.m. El HK-1274 aterriza por segunda vez en el aeropuerto de Beatriz.
7:00 a.m. Aumenta el desespero entre los asaltantes y doblan la cifra de sus exigencias monetarías para el rescate a la suma de 400 mil dólares fijando plazo hasta las tres de la tarde.
8:30 a.m. En un avión de ALM parte un grupo de 31 pasajeros liberados con destino a Medellín
10:25 a.m. Llega a Medellín el avión con los primeros pasajeros liberados.
11:50 a.m. Parte del aeropuerto de Medellín el avión de ALM llevando a bordo una comisión negociadora de SAM para entrevistarse con los secuestradores. En el mismo aparato viaja una tripulación de relevo, y aceite y repuestos para el Electra que se encuentra en Aruba.
12:00 m. En el primer signo de desesperación de los aeropiratas rebajan sus exigencias monetarias a 160.000 dólares y no vuelven a hacer mención sobre la liberación de las personas sindicadas de actos subversivos en Colombia.
1:30 p.m. Llega el avión de ALM a Curazao.
3:40 p.m. Cuarenta minutos después del plazo fijado por los asaltantes, estos estallan en ira y ordenan la salida intempestiva del avión sin rumbo fijo.
3:45 p.m. En uno de los momentos más dramáticos del secuestro aéreo once pasajeros se lanzan del avión por una puerta de emergencia cayendo a la pista del aeropuerto. Entre ellos están José
Álvaro Lloreda, gerente de “El País”, su esposa María Antonia Garcés de Lloreda y el ingeniero de vuelo Germán Murillo. Dos de los fugados reciben lesiones de menor consideración en las piernas y la cabeza. Los demás resultan ilesos. La fuga se produce cuando el avión ya había prendido motores para despegar.
Carros policiales de Aruba acuden inmediatamente en auxilio de los fugados.
3:50 p.m. Empieza un vuelo sin rumbo fijo en el que los aeropiratas mencionan varias ciudades como punto de destino. Panamá, Guatemala, San Salvador, Lima, Cuba y México se señalaron entre los sítios a donde posiblemente se dirigen.
5:00 p.m. Comunicaciones radiales con el capitán Jorge Lucena dejan saber que la tripulación se encuentra bastante agotada y los asaltantes al borde de una crisis nerviosa.
6:30 p.m. La torre de control del aeropuerto de Tocumen informa que el avión acaba de sobrevolar a la ciudad de Panamá y que al parecer tiene pensado dirigirse hacia Guatemala.
6:40 p.m. José Alvaro Lloreda uno de los once fugados habla por Todelar y revela que sus diez compañeros de aventura se encuentran fuera de peligro. Dice que los asaltantes tienen acento extranjero, al parecer de alguna región de Suramérica.
7:00 p.m. Autoridades aeroportuarias de Guatemala informan que no han tenido contacto con el avión y que este posiblemente puede dirigirse a San Salvador.
7:15 p.m. Se revela una versión según la cual las autoridades de San Salvador habrían negado la autorización para el descenso del aparato.
7:30 p.m. Nuevas informaciones indican que los aeropiratas han decidido por propia voluntad iniciar el regreso hacia el aeropuerto de Beatrix en Aruba.
8:00 p.m. Una comunicación radial conocida en Bogotá indica que los aeropiratas estarían dispuestos a recibir una “cuota inicial de 50 mil dólares como parte del pago de rescate exigido.
8:05 p.m. Versiones extraoficiales señalan que directivos de SAM ofrecen la suma de US 30 mil dólares a los secuestradores.
8:50 p.m. El avión se aproxima a la Isla de Aruba.
9:30 p.m. El HK-1274 sobrevuela a Aruba y se produce otro momento dramático cuando los asaltantes anuncian que solamente permitirán el aterrizaje cuando se les garantice la entrega de los primeros 50 mil dólares.
9:35 p.m. Los servicios radiales del aeropuerto de Aruba informan a los secuestradores que solamente permitirán el aterrizaje del avión si los aeropiratas permiten a la tripulación descansar doce horas.
9:55 p.m. Los asaltantes se muestran dispuestos a negociar.
10:30 p.m. Se gestiona la entrega del dinero. r11:15 p.m. Se reporta que los secuestradores han aceptado el cambio de tripulación y se muestran dispuestos a permitir el descenso de todos los pasajeros que se encuentran a bordo, siempre y cuando se les entreguen los 50 mil dólares de rescate.
11:30 p.m. Directivos de la empresa aérea
SAM informan en Medellín que los dos secuestradores accedieron a que los pasajeros desciendan del avión y se alojen en un hotel. Se informó que dos negociadores de la empres aneviados a
Aruba entrarán esta misma noche en negociaciones con los aeropieratas a fin de concluir los detalles para el pago del rescate.
Viernes 1″ de Junio
1: 00 a.m. No han permitido aún el descenso de pasajeros ni el cambio de la tripulación. Se informa que tienen a 2 damas como rehenes y amenazan hacer estallar el avión con 4 grana-das. Alerta policial en el aeropuerto de Aruba. Siguen intensas negociaciones.