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Setenta años de la TV colombiana (Opinión)

Esa fue la televisión que mis ojos descubrieron y con la que se fascinaron desde muy niña en mi casa en Barranquilla y en la que posteriormente incursioné hasta ahora.

Jenniffer Steffens
20 de junio de 2024 - 04:41 p. m.
Hace 70 años el general Gustavo Rojas Pinilla ordenó implementar la televisión en Colombia luego de entender el impacto que tenía para hacer propaganda. Desde entonces, dramatizados, noticieros, programas de concurso, realities, entre otros géneros, han desfilado por la parrilla chica.
Hace 70 años el general Gustavo Rojas Pinilla ordenó implementar la televisión en Colombia luego de entender el impacto que tenía para hacer propaganda. Desde entonces, dramatizados, noticieros, programas de concurso, realities, entre otros géneros, han desfilado por la parrilla chica.
Foto: Begi Valentina Rojas Duarte

La Mirilla

La historia de la televisión colombiana empezó de manera amplia, diversa y generosa por parte del Estado, empresarios y realizadores con un modelo mixto, que avanzó y posicionó la historia joven y reciente de la televisión colombiana. Hoy, en la celebración de estos 70 años, podemos decir que durante los primeros casi 50 años la televisión se manejó con este modelo, en el cual la combinación entre el Estado y la empresa privada generaba contenidos exigentes, culturales y educativos que, a pesar de esto, no estaban exentos de gran diversión y patrimonio. La variedad de géneros nutría al espectador.

La TV pública destinaba recursos para enseñar, para transmitir el pénsum académico de los años escolares, para que las regiones tuvieran acceso a una educación primaria y secundaria, así como para familias de bajos recursos. Fue una televisión pensada para la comunidad y la sociedad, con el entendimiento de la necesidad comercial. En ese aspecto, les sobraba imaginación y creatividad. El ingenio de publicistas, actores y presentadores se distinguía por su gracia y talento, haciendo increíbles comerciales en vivo.

Cuantioso y valioso es el contenido que ha hecho la TV colombiana, y los géneros o formatos que nos enorgullecen, dándole reconocimiento a esta actividad que hoy es una gran industria.

Entre los géneros o formatos que nos enriquecen, no se omite el Tele-teatro. Se invirtió mucho en ese ámbito cultural, en la dramaturgia clásica, realizando obras de teatro en vivo y en directo, cuando aún no se grababa. Esto, de la mano de Bernardo Romero Lozano. Posteriormente, disfrutamos del Teatro Popular Caracol bajo la batuta del gran Jaime Botero.

Nuestro querido maestro Jorge Alí Triana aportó su conocimiento, abanderando la educación con la historia a través de “Revivamos Nuestra Historia” de Promec. Luego, desde Audiovisuales, " Crónicas de una Generación Trágica”, basada en un proyecto de Garcia Márquez y dirigida también por Luis Alberto Restrepo, con la producción de Jorge Lopez, serie en la que participaron grandes talentos y trabajadores de esta industria, como Teresa Saldarriaga, entre otros.

Especiales y relevantes adaptaciones de grandes obras literarias como “La Marquesa de Yolombó” de Tomas Carrasquilla, dirigida por Fabio Camero, “Rojo y Negro”de Stendhal, direccion Felipe González, “La Mala Hora” de Gabriel García Márquez, dirigida por Bernardo Romero Pereiro; “La Vorágine” de José Eustasio Rivera, dirigida por Lisandro Duque; “El gallo de Oro” de Juan Rulfo, dirigido por Felipe González y Julio Sánchez Cristo; “La Tregua” de Mario Benedetti, dirigida por David Stivel; “La otra Raya del Tigre” de Pedro Gómez Valderrama, bajo la dirección de Carlos Mayolo; “La casa de las dos Palmas” de Manuel Mejía Vallejo, adaptación de Marta Bossio y dirección de Kepa Amuchastegui; “Los colores de la fama”, de Fernando Ayala Poveda, historia de afros, protagonizada por afros y sin que los actores fueran caracterizados como afros, dirigida por Pepe Sanchez. “Tiempo de Morir” de García Márquez y “Castigo Divino” de Sergio Ramírez, con la también dirección del maestro Jorge Alí Triana, y muchos mas.

En cuanto a las telenovelas, la lista sería interminable, alcanzando muchos éxitos en general y a lo largo de estos 70 años. Estamos llenos de ejemplos, cabe mencionar “Vendaval” de Luis Serrano Reyes, primera novela colombiana que abordó la cultura caribe, dirigida por Pepe Sánchez, quien le dio ese toque musical de la región con los Cañaguateros, reconociendo la diversidad y dando paso a otras músicas.

Por supuesto, no faltó la comedia insigne”Yo y Tú”. Y hablando de humor, el mismo Pepe Sánchez, hombre del cine que trajo el lenguaje cinematográfico a la pantalla chica, contó que Fernando Gómez Agudelo, (quien cumplió el encargo del presidente, el general Rojas Pinilla, y trajo la TV en 1954), aplaudió la iniciativa, auspiciando que Pepe hiciera “Don Chinche” en exteriores, todo en una casa-lote y en una calle para el propósito, y que en el presupuesto incluyera por primera vez, un director de fotografía que le diera atmósfera y profundidad a la imagen y de ñapa que contratara a su hermano Carlos, gran director de fotografía de ese tiempo, para que hiciera la foto. El aporte de esta comedia a la TV ha merecido múltiples reconocimientos, estudios sociológicos y hasta tesis de estudiantes de Comunicación, tanto por su contenido como por su innovación. Luego, este director creó “Romeo y Buseta” y “La Posada”, que continuaron con la propuesta, imponiendo un lenguaje exigente y distintivo con su sello personal. Me quedo corta hablando del humor destacado que acompañó a la audiencia y que hoy se extraña, como “Vuelo Secreto” y “Dejémonos de Vainas”, entre otros.

Luego vino la sorprendente propuesta de “Quac” con Diego León Hoyos y Jaime Garzón, dupla que no escatimó ingenio y talento. “Zoociedad”, hecha por Francisco Ortiz, con libretos de Eduardo Arias y Karl Troller, donde Jaime Garzón nos deleitó con su creatividad y gracia, e impactó, junto a él Elvia Lucía Dávila. Esta propuesta nos permitió un humor crítico, hecho de otra forma, en la época del gobierno Gaviria y del apagón de la TV que tanto material brindó al programa. En los 90, nos cautivó “La Tele”, en manos de Carlos Vives, Santiago Moure y Martín de Francisco, libreteada por Rafael Noguera.

La programadora Tevecine de Jorge Ospina, y socios, realizó en materia de miniseries (formato que retoma la tv hoy y las plataformas) “La historia de Tita” de Bernardo Navas Talero, bajo la dirección de Pepe Sánchez. En esta serie, especialmente, se destaca el manejo que imprimió con su estilo este director, memorable un plano secuencia de varios minutos, aprovechando las nuevas técnicas del steadicam. Series como “El Confesor”, de Colombiana de tv, también dirigida por Pepe Sánchez, premio Simón Bolívar y escrita por Roberto Pombo y Jenniffer Steffens. En la que César Mora incursionó, pisando firme con su primer protagónico, lo que le mereció el premio Simón Bolívar. También en materia de miniseries se destaca “La Mujer del Presidente”, Caracol (siendo aún programadora), escrita por Mauricio Navas Talero y Mauricio Miranda. De Cinevisión, “La Alternativa del Escorpión”, de los Mauricios y muy galardonada. OKTV, escrita por Navas Talero y bajo la dirección de Diego León Hoyos, una acertada producción. Son incontables las producciones y apuestas de la TV en esos años. ¡No cesan los aplausos!

No se puede olvidar a “Don Camilo”, protagonizada por el querido Carlos “el Gordo” Benjumea, serie que compartía un mensaje lleno de enseñanzas, amor y solidaridad.

“La Momposina”, inspirada en la obra musical del maestro José Benito Barros, protagonizada por la gran actriz y cantante Carolina Sabino, escrita y dirigida por Bernardo Romero Pereiro, fue producida por RCN TV en los 90, y Mario Mitrotti tuvo a cargo la dirección, años después, de Pandillas, Guerra y Paz entre otras, producción de Telecolombia, serie que con mucho tino, abordó problemáticas de la juventud en las esferas populares.

Sin dejar de mencionar “Los cuentos del Domingo”, “Motivos”, “Vivir la vida” “Brillo”, y otros mas de RTI, que abrieron la puerta a nuevos actores, que hoy cuentan con reconocimiento y trayectoria.

En estas décadas, las programadoras le dieron cabida a espacios juveniles: “Décimo Grado”, “Francisco el Matemático”, “Clase Aparte”, ya en la TV privada, “LP. Loca Pasión”, puro rock en español, con Carlos Vives. “O todos en la cama”, y otros que se me escapan.

Los niños hicieron parte fundamental de las franjas, y las programadoras le apostaron a contenidos como “Imagínate”, “La brújula mágica”, “OkiDoki”, “Pequeños gigantes”, “Los Gumis” y seguro muchos más.

Todas estas obras, entre tantas que es imposible mencionar, y por lo que pido comprensión, hicieron de la TV colombiana un referente internacional. También abrió campo a técnicos, y artistas de distintas áreas, mucho talento.

En esos primeros 48 años no faltaron concursos como “Concéntrese” de JES, “Signo y Fortuna” de Telestudio, Pacheco con “Cabeza y Cola” en 1978 de Gegar TV. Muchos años después, disfrutamos de “¿Quién quiere ser millonario?”, formato conducido de manera encantadora por Mario Laserna.

Sonaron también y vimos musicales que nos pasearon por el mundo a través de sus artistas. “Espectaculares JES” nos brindó una nómina variada, para todos los gustos y de lujo en la materia: Rubén Blades, Roberto Ledesma, Joe Arroyo, Paco de Lucía, Manzanero, Gloria Gaynor, Flans, Alci Acosta, Rocío Dúrcal, Raphael. Lista interminable tanto de artistas nacionales como internacionales que nos ofreció Julio E. Sánchez Vanegas, su creador y conductor, hombre de la televisión que se destacó por décadas.

Los domingos, tal vez, veíamos “La Retreta”, de Telestudio, un musical infantil-familiar que reunía en el contexto de un parque, con globos y payasos, vendedores de algodón de azúcar, y como su nombre lo indica, tenía bandas de música colombiana y folclóricas, recreando al público, mostrando la gran diversidad y riqueza en composición, melodía, ritmo de nuestra Colombia. ¡Era linda La Retreta!

Imposible no hablar del “El show de Jimmy”, que amenizó los hogares tantas noches con sus reconocidos invitados. Sus segmentos inolvidables “Cante aunque no cante”, en el que todos los que no entonamos ni en la ducha fuimos irremediablemente a aportar una dosis de ridículo; “Los Recochans Boys”, que contaba con El Culebro Casanova, gran actor y comediante, sumándole humor y mucha risa a este programa. Jimmy Salcedo hizo de este musical una mezcla, introduciendo también una sección-concurso con su “Llamada Do Re Millonaria”. Era muy ingenioso. Posteriormente vinieron “A toda música”, dirigido y presentado por César Ramírez, que conversaba con la audiencia. Y el querido Jorge Enrique Abello, también director, por los 90, hizo “Persiana Americana”, presentado por Angie Cepeda y Karl Troller, ese musical que también se oía en la radio, dedicado al Rock Latino, homenajeando con su nombre a la banda Soda Stereo. El darle micrófono a una mujer lo hizo importante referente para la posterior incursión de la mujer en estos programas.

La televisión en esas décadas también nos permitió conocer personajes y enterarnos de muchas cosas por medio de entrevistas: “El Juicio” con César Simmonds Pardo, “Charlas con Pacheco”, “En Blanco y Negro” con Margarita Vidal, discípula de Don Guillermo Cano. Estábamos muy al día con nutrida información desde distintas ópticas con los programas de opinión, por ejemplo, “Enviado Especial” de Germán Castro Caicedo. José Fernández Gómez, destacado periodista tuvo a su cargo “Cara a Cara” de RTI, creo. “Cómo le parece?”, “Póngase a pensar” de Colombiana de TV en 1988, si mal no estoy. En fin, noticias, variedades o magazines hicieron la TV en este país. En el 2003, ya en la era de la televisión privada, Hollman Morris plantea un periodismo con abierto cuestionamiento y denunciando temas susceptibles y álgidos del país. Recuerdo “Correo Especial” de Gloria Valencia de Castaño también. Y a propósito, no es posible hacer este recuento de la TV nacional sin mencionar el primer programa que habló de la naturaleza, del aprecio por ella y de la necesidad de su conservación, hoy es evidente su importancia, hablo de”Naturalia”, con Doña Gloria Valencia de Castaño, en RTI Televisión.

En la pantalla chica exploró en esa época de los 80 un proyecto que le dio “gloria” a nuestra diversidad, que fue pionero e incluyente en su temática y propuesta documental, que desde su mirada antropológica y gran conocimiento contribuyó hasta hoy en mostrarle al país y al mundo qué es Colombia, quiénes somos los colombianos. Fue la primera vez que las distintas etnias tuvieron voz en la televisión del país. Hablo de “Yuruparí” y su creadora, siempre aplausos y reconocimiento para esta considerable labor de Gloria Triana.

En la tercera década, los 80, hay un significativo avance y se da comienzo a los canales regionales. Específicamente, en 1984 el gobierno nacional promulga los decretos correspondientes con los que autoriza los canales públicos regionales. Teleantioquia fue el primer canal regional del país. Luego llegó Televalle, que se llama hoy Telepacífico; siguió Telecafé. Ahora contamos con Telecaribe, TRO, Teleislas, Canal Capital y Canal Trece. Lamento no dedicarles a ellos las líneas que merecen en este escrito. Pero sin duda será tema importante en otra ocasión.

Épocas donde la familia almorzaba y comía unida, tiempos en que seguramente se compartían los deberes y en donde algún miembro de la familia tenía que treparse al techo para cuadrar la antena para que la señal fuera nítida.

Estas cuatro décadas han sido el pilar y soporte para la televisión que nos acompaña hasta ahora. En 1998 se le dio paso a la televisión privada, que por supuesto merece aplausos, al ser la historia más reciente, la más recordada y la que todo el mundo ya conoce, propuestas que le apostaron por ejemplo a las videografías, y abrieron paso en definitiva a las negritudes, entre otras. Realities con distintas temáticas. Y series con hechos de la realidad nacional.

En todo este paseo por las décadas, desde los en vivo, las diferentes cintas para grabar dos pulgadas, una pulgada, 3/4, etc, hasta llegar al digital, se destaca, reitero, el talento humano, creativo, en todos los campos. Un reconocimiento para ellos, a los actores que le dieron inicio a la televisión, que aún están y engalanan los recuerdos y experiencia de años de la pantalla chica. Ovación y palmas. A todos los que ya no nos acompañan, el reconocimiento será perenne.

Esa fue la televisión que mis ojos descubrieron y con la que se fascinaron desde muy niña en mi casa en Barranquilla y en la que posteriormente incursioné hasta ahora.

Por Jenniffer Steffens

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