“The Flash”: el viaje a un pasado lleno de nostalgia
Llegó a los cines la decimotercera película del Universo Extendido de DC, cuyo mayor fortín es el tributo que les brinda a personajes de entregas anteriores, acompañado de un toque de comedia.
Nelson Sierra Gutiérrez
El mundo del universo cinematográfico de DC no había tenido una película con tantos tropiezos como esta, empezando por la continuidad de su protagonista Ezra Miller, quien, por múltiples problemas legales que incluían violencia, robo, acoso, alteración del orden público y consumo de drogas, estuvo a punto de ser despedido, a pesar de que ya habían sido filmadas muchas escenas, lo cual provocó que los fans solicitaran la participación de otros actores que pudieran interpretar al veloz superhéroe.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
El mundo del universo cinematográfico de DC no había tenido una película con tantos tropiezos como esta, empezando por la continuidad de su protagonista Ezra Miller, quien, por múltiples problemas legales que incluían violencia, robo, acoso, alteración del orden público y consumo de drogas, estuvo a punto de ser despedido, a pesar de que ya habían sido filmadas muchas escenas, lo cual provocó que los fans solicitaran la participación de otros actores que pudieran interpretar al veloz superhéroe.
Además de eso se dio la llegada de James Gunn, como cabeza del desarrollo del nuevo mundo cinematográfico de DC, quien estuvo a punto de cancelar el proyecto, tal como hizo con el de La Mujer Maravilla, una nueva película de Batman, la continuidad de Henry Cavill como Superman y las nuevas temporadas de varias series de televisión de los superhéroes de dicha casa editorial, y los sacó de un tajo sin importarle las críticas del fandom.
Finalmente, The Flash vio la luz y los espectadores pudimos darle otra oportunidad a las películas de DC, que últimamente lo único que nos han brindado son duras decepciones y las últimas en hacerlo fueron Black Adam y Shazam, la furia de los dioses, que han marcado los índices más bajos en la crítica especializada (la verdad no creo que se pueda caer más bajo). Dando así la razón a lo que Gunn plantea: “Hay que darle un giro a este universo cinematográfico”.
The Flash, decimotercera entrega de este universo extendido, tiene sin duda los primeros mejores 10 minutos de toda la franquicia, al menos en espectacularidad, es un abrebocas a lo que hubiese podido ser todo un festín, de esos a los que nos tiene acostumbrado su director Andy Muschietti, como lo fueron IT (2017) y Mamá (2013). Pero no fue así, pues la película poco a poco va cayendo en su noble intención de introducirnos en ese multiverso de héroes creados por DC y amalgamado por cineasta Zack Snyder, que empezó con El hombre de acero (2013) y terminó con su versión semiindependiente de la Liga de la Justicia (2021).
Warner DC trata con esta, su última entrega, de emular a Marvel, su eterna némesis, introduciéndonos a un multiverso, pero falla en el intento, pues la película se llena de estereotipos para evitar la muerte de la madre de Barry Allen, el alter ego de Flash. Karma que también se evidencia en la reciente Spider-Man Across the Spider verse, en donde queda redundantemente claro que no puede existir un superhéroe sin una gran pérdida familiar, ya que inevitablemente la tragedia hace parte de su personalidad heroica.
Alerta de “spoilers”
Esta película tiene muchas cosas a su favor y una de ellas es la nostalgia que despierta en aquellos que somos apasionados por este mundo, el de los semidioses encapotados. De hecho, en la aventura del viaje en el tiempo para evitar la muerte de su madre, Flash termina alterando todo el universo, lo que nos permite tener de nuevo en pantalla al gran Michael Keaton, el entrañable Batman de 1989. Ustedes dirán que eso no es spoiler, pues ya lo sabíamos, pero ese detalle nos da pie a prepararnos para lo que sigue después: se les rinde tributo a todos los Superman y Batman que han existido en la pantalla y tenemos el placer de ver a uno en particular, que definitivamente la rompe: el Superman interpretado por Nicolas Cage, proyecto que también iba a dirigir Tim Burton y que, para fortuna de muchos, de nosotros no vio la luz. Lo siento, les acabo de dañar uno de los momentos más sorprendentes de la película, pero estoy seguro de que querrán verlo.
Otro punto a favor, sin importar que su leitmotiv sea la forzada inclusión racial, que por estos días invade a Hollywood en su falso equilibro de moral, es la aparición de la actriz de origen colombiano Sasha Calle, quien, al escucharla hablar en español, nos deja más que claro que por sus venas no corre sangre kryptoniana, sino paisa, ya que toda su familia es colombiana. A Sasha se le atravesó este proyecto encapotado a lo que verdaderamente le apasiona: la música, pero nos demostró con su interpretación de Supergirl que es una artista integral, y que en algunos momentos frente a la pantalla deja en evidencia la poco convincente actuación de Ezra Miller, quien no es un mal actor, pues ya lo ha demostrado en películas como Tenemos que hablar de Kevin, de 2011, en la que despliega toda su capacidad actoral. Tal vez se le nota que nunca se ha sentido cómodo interpretando al veloz superhéroe o simplemente que la comedia no es lo suyo, y eso es algo que ni el mismo Muschietti pudo evitar.
La contundente actuación de la “colombiana” Sasha Calle logra ser una bocanada de aire fresco, que podría ser clave en el futuro de DC, tal vez protagonice ‘Supergirl: Woman of Tomorrow’ planeada para 2027 y así dejar de complacer a costa de lo que sea al fanservice, que tanto daño le hace a este género.
Es grato ver en la pantalla a viejos conocidos interpretando de nuevo a personajes que han marcado el mundo de los cómics durante décadas, esta vez enmarcados en un tono de comedia, pero no es razón suficiente para afirmar que The Flash es una excelente película; no es mala, pero tampoco tan buena. Tal vez es el momento de ir entendiendo que, por ahora, este género cinematográfico no puede ofrecer nada más que efectos especiales e historias que se repiten, pero con diferentes protagonistas. Los grandes estudios quieren conquistar nuevos públicos y ven en los más pequeños de la familia un nuevo nicho para enriquecer su marketing a costa de vender historias sosas; por fortuna Flash no cae tan bajo, es entretenida y eso es lo que realmente importa.
Después de dirigir una de las películas más costosas del Universo Extendido DC, con US$220 millones, es claro que no será el final para el director argentino Andy Muschietti, pues ha sido elegido para dirigir la nueva película del hombre murciélago: Batman: The Brave and the Bold. Cuya premisa será, la relación con su hijo Demian,como Robin. Eso sí, bajo la mirada del hoy todopoderoso James Gunn.
Sin duda, este no es el adiós que los seguidores de La Liga de la Justicia esperábamos, aún nos queda Aquaman 2, que esperemos no se haga agua como la escena poscréditos, en la que queda claro que Peter Safran, copresidente y director ejecutivo de DC Studios, y James Gunn no quieren comprometerse con nada que pueda afectar a ese nuevo mundo de superhéroes que nos prometen a partir de 2025 con Superman Legacy.